Charles Bukowski
Bayonetas entre la luz de las velas
cuando los pájaros te escupen maldiciones y
mientras las prisiones vacían a sus moribundos
en tu regazo sedoso,
veo los finos bigotes de una rata
explorando mi botella y el suelo desalentador,
una rata gorda, gorda: ángel que se arrastra sigiloso
y hay un libro de Rimbaud y la rata
ignora el libro de Rimbaud mientras
las partículas del reloj se clavan en mi cerebro de partículas
como flechas que penetran en viejas heridas
y hostias no puedo sacármelas.
puedes coger una mariposa y desgarrarle las alas,
puedes coger esta habitación y pasarla por el fuego,
puedes coger mis huesos y pintarlos de verde
y colgarlos de la ventana como si fuesen cartas desde España
pero
yo estaré corriendo por el pasillo de tu corazón de granito
durante años
y entonces,
contigo,
no cogidos de la mano sino igualmente arrepentidos, pobres y tristes,
con todos los fracasos y los triunfos
asegurados en el pasado,
seremos
como bayonetas entre la luz de las velas
las voces oídas, ahora retrospectivamente:
veo oigo soy veo oigo soy era era
sigo siendo este momento
este momento de revelación con la mirada en el
profundo ojo redondo de una botella vacía
la sombra moviéndose en el viento como una mano
una vez más aquí
y ahora ya ida.
pienso pienso
pero no le doy muchas vueltas
y quito este papel de la máquina de escribir
mientras le doy una patada a la rata que se pasea distraída.