Charles Bukowski
La historia de un duro hijo de puta

Vino a la puerta una noche mojado flaco golpeado y aterrado

un gato blanco bizco sin cola

lo entré y alimenté y se quedó

empezó a confiar en mí hasta que un amigo subió por mi calle

y lo atropelló

llevé lo que quedó a un veterinario que dijo, “no mucho

por hacer… dele estas píldoras… su columna

está destrozada, pero estuvo destrozado antes y de algún modo

se arregló, si vive nunca caminará, mire

estos rayos X, ha sido disparado, mire aquí, los perdigones

están aún ahí… también, una vez tuvo cola, alguien

se la cortó…”


me llevé al gato, era un verano caliente, uno de los

más calientes en décadas, lo puse en el suelo

del baño, le di agua y píldoras, no comió,

no tocó el agua, yo sumergía mi dedo

y mojaba su boca y le hablaba, no me movía


de casa, pasé un montón de tiempo en el baño y hablé

con él y lo acaricié suavemente y el me devolvía la mirada

con esos ojos bizcos azul pálido y cuando los días pasaron

hizo su primer movimiento

arrastrándose con sus patas delanteras

(las de atrás no funcionarían)

lo hizo hasta su cama

trepó y se dejó caer,

fue como el canto de una posible victoria

celebrando en ese baño y en la ciudad, yo

le conté a ese gato --yo lo había pasado mal, no así

de mal pero bastante mal…


una mañana se levantó, se paró, se cayó y

sólo me miró.


“tú puedes,” le dije.


siguió intentando, levantándose y cayendo, finalmente

caminó algunos pasos, estaba como un borracho, las

patas traseras no querían hacerlo y volvió a caer, desacansó,

luego se levantó.


ya sabéis el resto: ahora está mejor que nunca, bizco,

casi sin dientes, pero la elegancia regresó, y esa mirada

en sus ojos nunca se fue…


y ahora a veces soy entrevistado, quieren escuchar acerca

de la vida y de literatura y yo me emborracho y sostengo a mi bizco,

disparado, atropellado y desrabado gato y digo, “¡miren, miren

esto!”


pero ellos no entienden, ellos dicen algo como, “¿usted

dice que ha sido influenciado por Céline?”

“no,” yo sostengo al gato, “¡por lo que pasa, por

cosas como esto, por esto, por esto!"


sacudo al gato, lo sostengo

en la luz con humo y alcoholizada, está relajado, él sabe…


es entonces cuando las entrevistas terminan

aunque estoy orgulloso a veces cuando veo las imágenes

más tarde y ahí estoy yo y ahí está el gato y somos fotografiados juntos.


él también sabe que todo son estupideces pero que de algún modo todo ayuda.

Charles Bukowski de Gatos [2016]
Trad. Abel Debritto