Charles Bukowski
porque tenían cosas que decir
ahí estaban los canarios y el limonero
y la vieja con verrugas
y ahí estaba yo, un chico
que tocaba las teclas del piano
mientras ellos hablaban-
pero no tocaba muy fuerte
porque ellos tenían cosas que decir,
ellos tres;
y de noche yo los veía tapar a los canarios
con bolsas de harina:
“así pueden dormir, querido”.
yo tocaba el piano bajito,
una nota a la vez,
los canarios abajo de sus bolsas,
y había pimenteros,
pimenteros que rozaban el techo como lluvia
y colgaban detrás de las ventanas
como lluvia gris,
y ellos hablaban, ellos tres,
sentados en un cálido semicírculo nocturno,
y las teclas eran negras y blancas
y respondían a mis dedos
como la magia encerrada
de un mundo adulto que espera;
ahora ellos se fueron, los tres,
y yo estoy viejo:
los pies de los piratas pisotearon
el piso de paja limpia
de mi alma,
y los canarios no cantan más.