Charles Bukowski
Lo que más me gusta es rascarme los sobacos:
Sin nueva vida
Luego comenzó la vida de los viajes y de los trabajos manuales a la americana, que iban de un día a una semana, de empleado de un matadero a guardián de un burdel. Siempre borracho, dormía en los bancos de los parques y en los asilos, una vez en la cárcel por rechazo del servicio militar, hasta que a los treinta y cuatro años se encontró moribundo en una sala de un hospital de Los Angeles por una hemorragia provocada por el alcoholismo. Salió adelante pero no comenzó «una nueva vida»- Siguió bebiendo y escribiendo poemas que enviaba a pequeñas revistas a veces underground y otras simplemente alternativas; la directora de una de estas revistas comenzó a escribirle cartas de amor desde Texas hasta que Bukowski se casó con ella, para divorciarse al cabo de dos años.