Charles Bukowski

Lo que más me gusta es rascarme los sobacos:

Sin nueva vida

Luego comenzó la vida de los viajes y de los traba­jos manuales a la americana, que iban de un día a una semana, de empleado de un matadero a guardián de un burdel. Siempre borracho, dormía en los bancos de los parques y en los asilos, una vez en la cárcel por rechazo del servicio militar, hasta que a los treinta y cuatro años se encontró moribundo en una sala de un hospital de Los Angeles por una hemorragia provocada por el al­coholismo. Salió adelante pero no comenzó «una nueva vida»- Siguió bebiendo y escribiendo poemas que envia­ba a pequeñas revistas a veces underground y otras sim­plemente alternativas; la directora de una de estas re­vistas comenzó a escribirle cartas de amor desde Texas hasta que Bukowski se casó con ella, para divorciarse al cabo de dos años.


en Entrevista a Charles Bukowski por Fernanda Pivano  

18 de enero - 11 de febrero de 1982.