Charles Bukowski

Tratando de dejar el alcohol

soy un borracho que trata de

abstenerse de coger la botella durante

una noche;

la televisión me ha drogado con

rostros anquilosados que no dicen

nada.

estoy desnudo y solo

en la cama;

entre las sábanas retorcidas

leo un

noticiero

de chismorreos

y me emboto con

el aburrimiento traicionero de

la vida de los famosa.

dejo la revista en el

suelo

me rasco las pelotas.

un buen día en las carreras:

gané 468 dólares.

miro al techo.

los techos son agradables

como las tapas de las

tumbas;

después entro en un estado de

medio sueño, el mejor:

relajado del todo aunque

semiconsciente bajo la lámpara

suspendida con mi gato

dormido a mis pies.


¡suena el teléfono!


me incorporo despavorido,

es como una invasión

y acerco la mano para coger el

teléfono:


«¿diga?».


«¿qué estás haciendo?»,

me pregunta ella.


«nada…».


«¿estás solo?»,

me pregunta.


«con el gato»,

le contesto.


«¿hay una mujer 

contigo?», me 

pregunta.


«sólo está el gato»,

le contesto.


«¿estás bebiendo?»,

me pregunta ella.


«no…»


«eso está bien»,

me dice ella.


nos despedimos

y cuelgo el

teléfono

después bajo las

escaleras

entro en la cocina

entro en la despensa

cojo la botella de

Mirassou

Monterrey County

Gamay Beaujolais

de 1978

y me voy

al piso de arriba

de nuevo

pensando, en fin, que quizá

mañana por la noche sea

la noche

apropiada.


Charles Bukowski de El padecimiento continuo [2009]

Trad. Silvia Barbero