Charles Bukowski
dulce música
es mejor que el amor porque no hay
heridas: por la mañana
enciende la radio, Brahms o Ives
o Stravinsky o Mozart. cuece los
huevos contando los segundos en alto: 56,
57, 58... pela los huevos, me los
trae a la cama. después del desayuno vuelta
a la misma silla y a escuchar músi-
ca clásica. va por su primer vaso de
güisqui y su tercer cigarrillo. le digo
que debo ir al hipódromo. lleva
aquí unas 2 noches y 2 días. «¿cuándo
te volveré a ver?», pregunto. ella
sugiere que eso depende de mí. yo
asiento y suena Mozart.