Charles Bukowski
De vuelta a la ametralladora

me despierto a eso de mediodía y salgo a recoger el correo

con mi viejo albornoz raído.

el pelo me cae sobre los ojos

voy descalzo

a paso ligero por encima de piedrecillas afiladas

por el sendero

todavía temeroso del dolor tras la barba de cuatro días.


la joven ama de casa de al lado sacude una alfombra

por la ventana y me ve:

“¡hola, Hank!”.


¡hostia! es casi como que te disparen en el culo

con un calibre 22.


“hola”, contesto

al tiempo que recojo la factura de la Visa, los cupones del Pennysaver,

un aviso de impago del Dept. de Aguas y Electricidad,

una carta de los de la hipoteca

además de una demanda del Departamento de Eliminación de Malas Hierbas

que me da 30 días para limpiar el jardín.


regreso a paso de ratón por las piedrecillas afiladas

pensando, igual más vale que escriba algo esta noche,

por lo visto se me

están echando todos encima.


solo hay una manera de enfrentarse a esos cabrones.


las carreras nocturnas de trotones tendrán que esperar.



Charles Bukowski de La noche desquiciada de pasos [2014]

Trad. de Eduardo Iriarte