Charles Bukowski
Hasta la última gota
las malditas hormigas se acercan desfilando hasta aquí
y están trepando por mi vino.
me las trago.
las fotos del dios de mi amiga están
por todas partes:
en el cuarto de baño
en el salón
su rostro llena las paredes.
nunca habló de dinero ni lo tocó.
murió hace 7 u 8 años.
su dios.
ella se ha ido hoy a un retiro religioso
para rendirle culto.
yo me fui al hipódromo y gané
97 dólares.
esta noche ella se ha ido a un concierto de
Devo
un grupo de rock o punk
o de la nueva ola.
yo me quedo bebiendo vino y hormigas.
y sigo pensando, mierda, que todas las mujeres
que conozco están sencillamente locas
una tras otra
son mujeres sencillas y locas:
piernas, bocas, cerebros, culos,
orejas, pies
no saben
apreciarlos.
incluso las hormigas saben más.
bebo con ellas y me las
bebo.
esto es lo que se llama un
poema confesional.