Charles Bukowski
Amor, fama y muerte

se sienta afuera de mi ventana 

como una vieja que va al mercado; 

se sienta y me observa, 

suda nerviosamente 

por entre alambre y niebla y ladrido-perro 

hasta cuando inesperadamente 

golpeo la pantalla con un periódico 

como manoteando una mosca 

y usted pudiera escuchar el grito 

en esta ordinaria ciudad, 

y entonces salió.


la manera de terminar un poema 

como este 

es quedarse de pronto 

callado.