¿Cómo es un día típico para ti?
Mi rutina es muy diferente, depende mucho del día de la semana, porque enseño en varios lugares. Por ejemplo, los martes y jueves enseño en un solo lugar, pero los miércoles y viernes, enseño en otro lugar. Pero por lo general, me despierto temprano, desayuna, y luego voy a mi clase de gimnasia, o voy a enseñar temprano. Luego, cuando puedo, vengo a casa a almorzar. Cuando no puedo, suelo comer en la calle yo mismo, y voy inmediatamente después a otra clase. La mayoría de los días de la semana, enseño hasta la madrugada y regreso a casa alrededor de las 6 pm. Luego cenaré, veré un poco de televisión y me iré a dormir a las 11:00.
Dime cómo fue tu fin de semana, cuéntame específicamente sobre un evento de principio a fin.
Mis amigos y yo habíamos aceptado ir a la playa, pero desafortunadamente llovió mucho por la mañana, y por la tarde decidimos cambiar el programa. Ahora hay un nuevo centro comercial, que abrió hace un mes, así que decidimos ir a hacer un programa en el centro comercial. Luego fuimos, almorzamos, vimos las tiendas, las ventanas y damos un paseo para ver el centro comercial. Fue un buen espectáculo.
¿Qué aconsejaría a una persona que quiere aprender portugués en Brasil?
En primer lugar, un estudiante portugués en Brasil debe tratar de inscribirse en un programa que le permita integrar una familia de acogida, para que pueda tener oportunidades de comunicación e interacción en el idioma constantemente. Otro aspecto importante a la hora de prepararse para estudiar en el extranjero es una actitud positiva hacia la experiencia. El estudiante se encontrará con una cultura desconocida, con elementos diferentes o inexistentes en la suya, y la capacidad de ser capaz de lidiar con lo desconocido o lo diferente es esencial para el éxito de un estudiante en el extranjero. Por último, es fundamental que el alumno disfrute de todas las oportunidades de comunicarse en el idioma, es decir, no sólo quedarse en la habitación o con el grupo de amigos del mismo país, sino salir de casa y conocer nuevos lugares, y meterse en el camino de la familia anfitriona.