¿Cómo estuvo tu infancia en casa? Descríbelo y su entorno.
Crecí en una encantadora casa de pueblo, virgen de un hermoso jardín. Era todo de piedra, decorado con flores. Las habitaciones estaban en el piso de arriba y daban a los campos de lavanda; a lo lejos pudimos ver un río donde, niños, pasamos cada momento que teníamos libre. Como la casa estaba en el corazón del pueblo, había una iglesia cerca de casa, y todas las mañanas eran sus campanas las que nos despertaban.
Cuente una historia inquietante que usted (o uno de sus amigos) haya experimentado.
En ese momento, salí con el hombre del que estaba loco de amor. Estuvimos juntos por un tiempo cuando finalmente decidió presentarme a su familia. Estos padres nos invitaron a cenar a su casa. Eran verdaderos bourges, así que tenía mucho miedo de que las cosas salieran mal. Y tenía razón en preocuparme. Recién llegado a casa, sentí que no era bienvenido. ¡Su madre me recibió con frialdad! Y su hermana apenas me habló. Era el tipo de mujer que te habla por la espalda tan pronto como sales de la habitación. ¡Pero ni siquiera se molestaron en fingir que conocerlos me agradó! No sabía qué hacer conmigo. Afortunadamente, fue una gran fiesta: el vino fluía libremente, y lo aproveché tanto que me quedé atónito mucho antes de sentarnos a comer. Fue serio. Además, no había comido el día, y cuando fuimos a servir el plato principal, ¡me caí en las manzanas! ¡Vergüenza! Obviamente mi amigo me dejó al día siguiente.
¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo? ¿Cuáles son las apuestas? ¿Han cambiado sus opiniones sobre su profesión durante su carrera?
Llevo más de una década trabajando como profesor de Francés como Lengua Extranjera (FLE) y, a diferencia de algunos de mis colegas que se sienten hastiados después de enseñar durante un tiempo, amo mi trabajo mejor que nunca. Lo considero uno de los más importantes en el mundo de hoy. Aunque mal pagado, el trabajo de enseñanza es exigente, emocionante y gratificante. Al comienzo de mi carrera, pensé que el idioma extranjero era solo una herramienta de comunicación. Pero a medida que pasaba el tiempo, me di cuenta de que lo que estábamos haciendo en el aula era mucho más importante de lo que pensaba porque, además de enseñar a los jóvenes a comunicarse con personas de otro país también se les enseñó a abrirse a otras culturas y conocerlas mejor. Conocer al otro es esencial para conocerse a uno mismo. Lo mismo aplica para el lenguaje y la cultura: comprendemos mejor el suyo comparándolo con los demás. Por lo tanto, las clases de idiomas son de vital importancia, especialmente en una sociedad heterogénea como la nuestra.