“Nadie puede ser aceptable a Mí sin la prueba"


" Mi Mamá tuvo su primera prueba desde el primer instante de su Concepción, en cuanto tuvo su primer acto de razón "


De los escritos de la S. D. Luisa PiccarretaVol. 17, cap. 25 diciembre 8, 1924

Acerca de la Inmaculada Concepción

Prueba

a la cual fue sometida la Virgen

Estaba pensando acerca de la Inmaculada Concepción de mi Soberana Reina Mamá, a mi mente afluían los méritos, las bellezas y los prodigios de su Inmaculada Concepción, prodigio que supera todos los demás prodigios hechos por Dios en toda la Creación. Ahora, mientras esto pensaba decía entre mí: “Grande es el prodigio de la Inmaculada Concepción, pero mi Mamá Celestial no tuvo ninguna prueba en su Concepción, todo le fue propicio, tanto de parte de Dios como de parte de su naturaleza creada por Dios tan feliz, tan santa, tan privilegiada; entonces, ¿cuál fue su heroísmo y su prueba? Si de la prueba no fue excluido el ángel en el Cielo, ni Adán en el Edén, ¿acaso sólo la Reina de todos debía ser excluida de la aureola más bella, que la prueba debía poner sobre su cabeza augusta de Reina y de Madre del Hijo de Dios?” Mientras esto pensaba, mi amable Jesús moviéndose en mi interior me ha dicho:

“Hija mía, nadie puede ser aceptable a Mí sin la prueba.

Si no hubiera estado la prueba habría tenido una Madre esclava, no libre, y la esclavitud no entra en nuestras relaciones ni en nuestras obras, ni puede tomar parte en nuestro libre amor.

Mi Mamá tuvo su primera prueba desde el primer instante de su Concepción,

en cuanto tuvo su primer acto de razón, conoció su voluntad humana por una parte y la Voluntad Divina por la otra, y fue dejada libre para elegir a cuál de las dos voluntades debía adherirse, y Ella, sin perder un instante y conociendo toda la magnitud del sacrificio que hacía, nos donó su voluntad sin quererla conocer más, y Nosotros le hicimos don de la nuestra, y en este intercambio de donación de voluntades por ambas partes, concurrieron todos los méritos, las bellezas, los prodigios, los mares inmensos de gracia en la Inmaculada Concepción de la más privilegiada de todas las criaturas.

Es siempre la voluntad la que tengo costumbre de probar;

todos los sacrificios, aun la muerte, sin la voluntad me darían asco y no atraerían ni siquiera una de mis miradas.

¿Pero quieres saber tú cuál fue el más grande prodigio obrado por Nosotros en esta criatura tan santa, y el más grande heroísmo que ninguno, ninguno podrá jamás igualar de tan bella criatura?

Su vida la comenzó con nuestra Voluntad, la siguió y la cumplió,

así que se puede decir que cumplió desde que comenzó, y comenzó desde que cumplió; y nuestro más grande prodigio fue que en cada pensamiento suyo, palabra, respiro, latido, movimiento y paso, nuestro Querer desahogaba sobre de Ella

y Ella nos ofrecía el heroísmo de

un pensamiento, de una palabra, de un respiro, de un latido divino y eterno obrante en Ella, esto la elevaba tanto, que lo que Nosotros éramos por naturaleza, Ella lo era por gracia; todas sus demás prerrogativas, sus privilegios, su misma Inmaculada Concepción, habrían sido un bello nada en comparación de este gran prodigio; más bien, fue esto lo que la confirmó y la volvió estable y fuerte durante toda su vida.

Mi Voluntad continua, desbordante sobre de Ella, le participaba la Naturaleza Divina, y su continuo recibirla la hizo fuerte en el amor, fuerte en el dolor, distinta entre todos.

Fue esta nuestra Voluntad obrante en Ella

la que atrajo al Verbo a la tierra, lo que formó la semilla de la fecundidad divina para poder concebir un Hombre y Dios sin obra humana, y la hizo digna de ser Madre de su mismo Creador.

Por eso Yo insisto siempre sobre mi Voluntad, porque conserva al alma bella como salió de nuestras manos, la hace crecer como copia original de su Creador;

y por cuantas obras grandes y sacrificios uno pueda hacer,

si mi Voluntad no entra dentro,

Yo los rechazo, no los reconozco, no es alimento para Mí; y las obras más bellas sin mi Voluntad llegan a ser alimento de la voluntad humana, de la propia estima y de la avidez de la criatura”.



Fiat Divina Voluntad

Continuar en el Primer día de la Novena De La Inmaculada

Dic 8 Inmaculada Concepción