"Hoy es la fiesta más grande,

porque la Divina Voluntad

tuvo vida en la Reina del Cielo "


... se puede llamar con más verdad:

"La Concepción de la Divina Voluntad en la Soberana del Cielo”

Hoy es la fiesta de la Inmaculada Concepción

Diciembre 8


Parte 1De los escritos de la S. D. Luisa PiccarretaVol. 25, cap. 12 diciembre 8, 1928

Por qué toda la Creación festejó la Concepción de la Soberana Reina

Cómo la Virgen espera en sus mares a sus hijas para hacerlas reinas

Verdadero nombre de la Fiesta de la Inmaculada Concepción



Estaba pensando: ¿Por qué toda la Creación exultó de alegría y festejó tanto a la Inmaculada Reina en su Inmaculada Concepción? Y mi siempre amable Jesús moviéndose en mi interior me ha dicho:

“Hija mía, ¿quieres saber el por qué? Porque la Divina Voluntad tuvo el principio de su Vida en la niña Celestial, por lo tanto, el principio de todos los bienes en todas las criaturas.

No hay bien que en mi Divina Voluntad no comience, descienda y ascienda a su fuente.

Entonces, esta Celestial niña habiendo comenzado su vida en el Fiat Divino desde su Inmaculada Concepción, y siendo Ella de la estirpe humana, con mi Voluntad adquirió la Vida Divina y con su humanidad poseía el origen humano. Entonces

tuvo la potencia de unir lo divino y lo humano

y dio a Dios lo que el humano no le había dado y negado, cual era su voluntad,

y dio a los hombres el derecho de poder ascender a los abrazos de su Creador.

Con la potencia de nuestro Fiat que tenía en su poder ataba a Dios y a los hombres.

Así que toda la Creación, Cielo y tierra, y hasta el infierno, sintieron en la Inmaculada Concepción de esta Virgen niña, recién nacida apenas en el seno de su mamá, la fuerza del orden que Ella ponía en toda la Creación, con mi Voluntad se hermanaba con todos, se abrazaba con todos, amaba todo y a todos, y todos la suspiraban, la amaban y se sentían honrados de adorar en esta privilegiada criatura a la Divina Voluntad.

¿Cómo no debía festejar toda la Creación, pues hasta entonces el hombre había sido el desorden entre todas las cosas creadas, ninguno había tenido el coraje, el heroísmo de decir a su Creador: ‘No quiero conocer mi voluntad, te la entrego en don, quiero por vida solamente a tu Querer Divino?’

En cambio esta Virgen Santa donó su voluntad para vivir de la Divina, y por eso toda la Creación sintió la felicidad del orden que por su medio le venía restituida, e hicieron competencia el cielo, el sol, el mar y todos, para honrar a Aquélla que poseyendo mi Fiat, daba el beso del orden a todas las cosas creadas;

y mi Querer Divino le ponía en la mano el cetro de Reina Divina y le ceñía la frente con la corona de mando, constituyéndola Emperatriz de todo el universo”.


... Y mi dulce Jesús, como si quisiera aliviarme, haciéndose sentir en mi interior, dándome un beso me ha dicho:

“Hija mía, ánimo, no te abatas, quiero que goces tu suerte feliz, porque mi Querer Divino invistiéndote y dardeándote te quita todos los humores humanos y te los cambia en humores de luz divina.

Hoy es la fiesta de la Inmaculada Concepción,

mares de amor, de belleza, de potencia y de felicidad desbordan de la Divinidad sobre de esta Celestial criatura, y lo que impide que las criaturas puedan entrar en estos mares es la voluntad humana.

Nosotros lo que hacemos una vez, permanece con el acto continuado de hacerse siempre, sin cesar jamás.

En la Divinidad es naturaleza el dar, sin que jamás termine el acto. Así que estos mares están desbordando aún, y la Reina Madre espera a sus hijas para hacerlas vivir en estos mares, para convertirlas en tantas pequeñas reinas, pero le está prohibida la entrada a la voluntad humana, no hay lugar para ella,

y sólo puede tener acceso quien vive de Voluntad Divina.

Por eso hija mía, puedes entrar cuando quieras en los mares de tu Mamá, mi Divina Voluntad te avala y con Ella tendrás libre el paso y la entrada, es más, Ella te espera, te quiere con Ella, y a Nosotros y a Ella nos volverás doblemente felices por causa de tu felicidad.

Nosotros nos sentimos más felices con dar, y cuando la criatura no toma nuestros bienes, sofoca en Nosotros la felicidad que queremos darle. Por eso no quiero que estés oprimida,

hoy es la fiesta más grande,

porque la Divina Voluntad tuvo vida en la Reina del Cielo,

fue la fiesta de todas las fiestas, fue el primer beso, el primer abrazo divino que la criatura daba a su Creador en virtud de nuestro Fiat, que la Soberana niña poseía, la criatura que se sentaba a la mesa con su Creador.

Así que hoy es también tu fiesta, en modo especial por la misión que te ha dado mi Divina Voluntad. Por eso ven a los mares de la Inmaculada Reina a gozar su, y tu fiesta”...

Parte 2

De los escritos de la S. D. Luisa PiccarretaVol. 25, cap. 12 diciembre 8, 1928


Parte 2

De los escritos de la S. D. Luisa PiccarretaVol. 25, cap. 12 diciembre 8, 1928

... Después de esto, el día que el confesor ha leído públicamente lo que está escrito en el 15° volumen sobre la Inmaculada Concepción, mi amado Jesús, conforme oía que leía hacía fiesta en mi interior y me ha dicho:

“Hija mía, cómo estoy contento, se puede decir que hoy mi Mamá Soberana recibe de la Iglesia los honores divinos,

honrando en Ella, como primer acto de su vida, la Vida de la Divina Voluntad.

Estos son los honores más grandes que se le pueden dar, porque el querer humano no tuvo jamás vida en Ella, sino siempre, siempre la Divina Voluntad.

El secreto de su Santidad, de su altura, potencia, belleza y grandeza, y todo lo demás, fue mi Fiat, que con su calor extinguió la mancha de origen y la concibió inmaculada y pura, y mi Iglesia, en vez de honrar a mi Voluntad Divina, causa primaria y acto primero, honraba los efectos de Ella y la proclamaba Inmaculada, concebida sin pecado.

Se puede decir que la Iglesia le daba los honores humanos y no los honores divinos, los cuales justamente se merece, porque una Voluntad Divina tuvo Vida continua en Ella.

Y esto era un dolor para Mí y para Ella, porque ni Yo recibía de mi Iglesia los honores de una Voluntad Divina habitante en la Reina del Cielo, ni Ella los honores debidos por haber dado en Ella el lugar para formar la Vida del Fiat Supremo.

Por eso, hoy, con hacer conocer que todo fue en Ella el prodigio de mi Querer, y que todas sus otras prerrogativas y privilegios fueron en orden secundario y como consecuencia de los efectos de aquella Voluntad Divina que la dominaba,

se puede decir que hoy se festeja con decoro, gloria divina y magnificencia la fiesta de la Inmaculada Concepción, que se puede llamar con más verdad:

‘La Concepción de la Divina Voluntad en la Soberana del Cielo”.

Y esta Concepción fue la causa de todo lo que es e hizo, y de los grandes prodigios de esta Celestial Niña”.


Después de esto, con un énfasis más tierno ha agregado:

“Hija mía, cómo era bello, deleitable, el ver a esta Celestial niña desde su Inmaculada Concepción, se miraba y se veía su pequeña tierra tomada de la estirpe humana, y dentro de esta pequeña tierra se veía el Sol de nuestro Eterno Querer, que no pudiéndolo contener desbordaba fuera de Ella y se extendía tanto, que llenaba Cielo y tierra.

Hicimos un prodigio de nuestra Omnipotencia para hacer que la pequeña tierra de la pequeña Reinita pudiese encerrar el Sol de nuestro Querer Divino. Así que se veía tierra y Sol, por eso todo lo que hacía, si pensaba, si hablaba, si obraba, si caminaba, sus pensamientos eran rayos de luz, sus palabras se convertían en luz, todo era luz que salía de Ella, porque siendo su pequeña tierra más pequeña que el Sol inmenso que encerraba, sus actos se perdían en la luz. Y como esta pequeña tierra de la Soberana Celestial era vivificada, animada y conservada continuamente por el Sol de mi Fiat, se veía siempre florida, pero de las más bellas florituras, que daban en frutos dulcísimos, de atraer nuestras miradas divinas y quedar raptados, pero tanto, que no podíamos hacer menos que mirarla, tanta era la belleza y la felicidad que nos daba. Toda bella era la Virgencita Inmaculada, su belleza era encantadora y raptora, basta decir que era un prodigio de nuestro Querer para decirlo todo.

¡Oh! si las criaturas conocieran qué significa vivir de Voluntad de Dios, pondrían la vida para conocerla y vivir en Ella”.


Fiat Divina Voluntad