Calcetines, burkas, maletas y Mauricio

Fecha de publicación: Aug 24, 2019 6:5:54 PM

Me puse los calcetines el jueves a primera hora de la tarde, poco antes de empezar a cargar el coche con el que salimos a eso de las 17:30 dirección Madrid. Casi sin tráfico, y con el único inconveniente de una pequeña retención a la altura de la Panadella, llegamos a la Muela para cenar en el área de servicio recordando viajes pasados mientras el cielo cambiaba su paleta de colores para acabar oscureciendo.

Y así, de noche, hicimos los últimos quilómetros del día para llegar a Medinacelli, pueblo al que le tenemos un ‘pendiente’, pues es la segunda vez que paramos en él sin visitarlo.

Nos quedamos en el Hostal Torremar, situado a pie de la autovía y ‘dignificando’ lo que son estos sitios, en medio de la nada, nuestro ‘Radiator Springs’ particular, cero glamour, Aranete decía que le daba ‘yuyu’, pero ideales para una noche sin perder tiempo. Como eran casi las 11, nos fuimos directos a la habitación, una habitación sencilla pero grande y con un olor muy agradable y unas camas increíblemente agradables, de esas que daba placer entrar, que justificaban parte los 65€ que nos costó la noche.

Ayer por la mañana nos despertamos muy descansados, sumado la ducha, que hubiera sido ideal con otras toallas, las que había era tamaño mini, y el súper desayuno que nos ‘arreamos’* en el hostal nos sentíamos pletóricos para atacar un día que sabíamos de antemano que iba a ser duro, pues iba a ser ‘doble’. No puse calcetines en la maleta ‘de un día’ así que me puse los mismos del jueves.

El trayecto al aeropuerto de Barajas desde el hostal era corto, y se nos lo hizo más aún al tenir que ir a la terminal uno, de manera que llegamos antes de lo previsto. Además, el señor de Parclick, la compañía de tele-parking a la que le hemos dejado el coche 17 días por 55€, estaba justo allí, no había casi cola en el check-in y todavía menos para pasar ‘el arco’, de manera que mucho antes de lo previsto estábamos esperando el avión, con la sensación de… “teníamos que haber paseado por Medinaceli” ¿volveremos a la vuelta?

De hecho, la espera se nos hizo larga, estuvimos demasiado tiempo de pie, por suerte, las gestiones de ‘Mireioneta’ alegando los 5 años de Aranete, consiguieron que entráramos al avión justo después de los ‘preferentes’.

Al entrar al avión, todo fue “para arriba”, un Boeing 787 de nueve asientos por fila, con pantalla para cada persona, que hemos utilizado hasta la saciedad, en mi caso para ver Alita (correcta para ser de súper héroes) y Doctor Strange (Bennedict Cummerbatch siempre genial pero la película combina momentos buenos con otros…).La comida, la comodidad, el servicio, todo, en el avión fue estupendo, volar con Saudia ha sido una experiencia muy positiva (esperemos el post-vuelo), ¡hasta tienen whatsapp en el avión!!!!

Lo curioso es el hecho que el territorio Saudí empieza en el avión, de manera que Mireioneta se tuvo que tapar para subir al aeroplano y una vez dentro, junto con las instrucciones de seguridad hubo una oración para Alá, y cuando sobrevolábamos La Meca, nos informaron de ello y “animaron” al pasaje a rezar por el por el profeta.

Aun así, esto no nos preparó lo suficiente para el choque cultural que vivimos en el aeropuerto de Jeddah, el más próximo a la Meca, y según parece es época alta de peregrinación. Al salir del avión nos recibió una bofetada de aire caliente de esas que duelen, y para compensarlo, el autobús que nos llevó a la terminal tenía el aire acondicionado a temperatura ideal para los pingüinos.

Una vez en la terminal, nos marearon por el transito internacional, tuvimos que pasar 2 arcos (pasando hombres y mujeres separados el segundo) hasta llegar a la sala de espera, la cual, se merece un parágrafo aparte.

Gracias a losviajeros.com íbamos avisados de lo que era, pequeña y llena de gente, muchos hombres vestidos de blanco y mucho, mucho burka y otras variedades más light, más que eso, el poco espacio vital que mantienen los musulmanes, la manera de hablar, muchas veces en un tono muy alto, de verdad, parecía un zoco. Una experiencia muy enriquecedora, de esas que hay que verlas.

Quizá porque encontramos asiento rápido, y poco después, nos pudimos poner en las ‘tumbonas’, no nos pareció para tanto, aunque las horas que intentamos dormir fue difícil hacerlo un rato ‘del tirón’. Pero al final, entre la cena a base de bocadillos y agua por 100SAR, el wifi, la Tablet, los juegos y el sueño, la escala de 8 horas no fue tan pesada. Los nenes se durmieron fácil (a regañadientes, pero fácil) y Mireioneta tampoco tardó mucho. Eso sí, el lavabo… bufff, eso de enriquecedor nada, mucha gente, sucio, letrinas, mal olor, personas lavándose los pies en la pica…

Y así, esta mañana (como se distorsiona el tiempo cuando estás cansado, a las 5:30 despertábamos a los nenes (que se han portado como jabatos una vez más) y embarcábamos en otro Boeing 787 con los mismos servicios que el primero, aunque era un poquito más viejo.

En este caso, los adultos, a ratos, hemos podido descansar y, acortar de este modo, más saludable que la pantalla del avión, las más de 6 horas que nos separaba la península arábica de Mauricio, nuestro paraíso.

Pero el paraíso nos ha recibido llorando, pues el viaje ‘oficial’ ha empezado torcido, lluvia y niebla en la isla (esperemos que no dure) y para más inri, nos han perdido una maleta, la que contenía todas las cosas de playa… Hemos hecho la reclamación, para la maleta, no para que deje de llover, pero nos han dicho que nos dirían algo esta noche y de momento… nada.

Con todo el ‘embolado’, nos hemos encontrado con Olivier pasadas las 16:00, y teníamos casi una hora hasta nuestro apartamento, en la que hemos aprovechado para preguntarle sobre la isla y sobre él.

Es nacido en Suiza y lleva 10 años en Mauricio, en los que solo ha conseguido pasaporte mauriciano y sólo ha vuelto a esquiar una vez. No lo echa de menos.

Sobre la isla, nos ha confirmado muchas cosas, que el este y el oeste son muy diferentes en cuanto a clima que la economía está diversificada entre turismo, industria textil, banca, y ‘call centers’ franceses. Y es que Francia, a pesar de haber perdido el control oficial de la isla en favor del Reino Unido hace más de 200 años, tiene una influencia brutal, el francés, por ejemplo, aun no siendo el idioma oficial, es el más utilizado. Además, hemos podido ver plantaciones de caña de azúcar, Curepipe, plantas coloniales y un par de templos hindúes, que es de lo que más ilusión nos hace a nivel 'monumental'.

Cuando hemos llegado a nuestro apartamento, no ha hecho ni hablarlo, el plan más optimista pretendía visitar la playa de Albion esa misma tarde, pero ya estaba oscureciendo y estamos reventados (de hecho, Mireioneta ya duerme), así que nos hemos quedado con testar la ‘conducción por la izquierda’ conduciendo hasta el súper donde nos hemos aprovisionado para los días que vamos a estar en el oeste de la isla. Hemos vuelto a cenar a casa y ahora, más de 48 horas después, me voy a quitar los calcetines.

    • * El Desayuno consistió en:Dos zumos de naranja

    • Dos colacaos

    • Un café con leche

    • Dos torreznos (pequeños)

    • Dos pinchos de tortilla de patatas (recién hecha y buenísima)

    • Una ensaimada pequeña

    • Un mollete de lomo embuchado

    • Una caña de chocolate

19.5€