¡Lo hemos casado!

Fecha de publicación: Jun 16, 2016 3:7:14 PM

Te lo explico a ti porqué sé que te hubiera hecho mucha ilusión.

Al final se ha casado, no llegaste a ver a la chica pero si te hablamos de ella, aquella chica francesa. De manera que aunque solo fuera de oído, siempre podemos decir que supiste de ella...

Hace tiempo que viven juntos en Barcelona, de hecho en Setiembre tuvieron una nena, pero, para 'compensar' se han casado en Francia, en el pueblo de ella, Fronsac, que está cerca de Burdeos.

Y hasta allí nos fuimos los dos, sí, de novios, dejamos a los nenes con Papá y el tete Viernes y Sábado y con los padres de Mireioneta hasta el Lunes. Eran 7 horas de coche (por trayecto) más la misa, la cena y demás... no nos parecía un buen plan para ellos.

Así que el Viernes, después de esas 7 horas de coche llegamos a la Maison Arc-en-Ciel, una casa preciosa situada en la campiña de la Francia más profunda entre los pueblos de Montcaret y Saint Michel de Montaigne en medio de campos de viñedos. Una estampa preciosa que nos acompañó todo el fin de semana, En Burdeos hay mucha extensión y muchos, muchísimos viñedos.

En la casa estuvimos de lujo, una casa muy grande (de hecho caben hasta 6 personas) con un jardín espectacular con una piscina enorme y ¡hasta un jacuzzi exterior! Lástima que el mal tiempo no nos dejara isfrutarlos. Además Sue y Katherine, las propietarias, nos lo pusieron todo muy fácil. Todo ésto, con desayuno incluído por menos de 70€/noche, algo más caro que lo que pagamos normalmente, però para el sitio que era estaba genial.

Y llegó el Sábado 11, el día de la boda, ¡ah que no te lo he dicho! ¡me hicieron padrino! ésto seguro que te habrá hecho ilusión) y aunque la ceremonia era a las 15:00, entre ir a casa de la novia, y que estábamos cerca de donde era el convite nos tuvimos que vestir de boda a las 11:30... se avecinaba un día largo (y lo fue de verdad).

De camino disfrutamos del paisaje hasta Fronsac, el pueblo de la novia y de estar en su casa, su padre es un viticultor jubilado, de manera que teníamos los viñedos a nuestros pies. Allí, por eso, todo fue un poco caótico, supongo que lo normal en casa de la novia el día de su boda, pero es que nosotros llegamos a las 13:00 puntuales y nos encontramos a las dos familias allí (la del novio tambien), y todos vestidos "de calle", me hizo ilusión porque pudehablar con calma con la familia del niño, a los que, como es lógico, cada vez veo menos. Además, como lo del padrino no es tradición en Francia, una vez todo el mundo se arregló, (incluyendo a las amigas de la novia que se cambiaron con ella), ¡ y se fueron a la iglesia! De manera que le leí el verso a la novia delante de Mireioneta, el fotógrafo, y la madre del niño. Bueno, y el padre de la novia que deambulaba por allí esperando a que nos fuéramos para cerrar la casa... Es que estos franceses son muy raros la verdad, pero eso ya es otra historia.

Después fuimos al pueblo para la ceremonia, antes de entrar a la iglesia me reencontré con Sebas y el resto de amigos del novio, a los que pude saludar pero de manera muy rápida, pues en Francia los testigos, ¡y éramos ocho!, entran a la iglesia detrás del novio. Durante el oficio que fues en Francés y duró más de una hora, tuvimos que subir dos veces al altar. Mireioneta dice que la misa que estuvo bien.

Con los novios ya convertidos en marido y mujer, aprovechamos el impass entre la boda y el convite para visitar Saint Emilion, un pueblo medieval precioso en el que la hora y poco en que lo estuvimos paseando se nos hizo corta. Es un pueblo lleno de tiendas de vino y bares / restaurantes, todo muy bien puesto la verdad. El pueblo en sí carece de monumentos de especial importancia si no que es el conjunto lo que lo hace bonito, aunque según parece, tiene una red de catacumbas visitables bastante espectaculares que tendremos que dejar para otra ocasión. Para más inri, paramos a tomar algo con Sebas y Raquel en el bar le Bouchon, en la plaza de la iglesia, y no acertamos porque después de haber visto tantos sitios bonitos, éste no destaca por nada, bueno sí, por ser muy caro, pero esto seguro que es común a todos.

Y desde Saint Emilion entre viñedos hasta el Chateu de Fojague, el lugar del convite, "un marco incomparable" que diría el chaval de la Peca, un castilloen medio de la naturaleza, todo verde y con algún halcón sobrevolando la zona. Nos lo pasamos muy bien la verdad, había muy buen ambiente y tuve el honor de sentarme al lado de la novia ya que en Francia los novios se sientan con los amigos. El menú fue totalmente clásico, aperitivos fuera, un pescado y una carne asada, todo bien maridado (espectacular el Riesling Luc Faller 2012 del pescado), quesos franceses y pastel de profiteroles. Después, fiesta hasta las 3:00 AM, hora en la que decidimos que ya llevábamos vestidos de etiqueta suficiente tiempo y nos volvimos para casa.

El Domingo pasamos la mañana disfrutando de la casa y a mediodía salimos hacia Burdeos, ciudad que nos recibió con una fachada muy elegante mostrándonosla a la para que cruzábamos el río Garona. Cruzamos esta facha por la puerta espectacular puerta de Borgoña, buscando sitio para aparcar cosa que hicimos, gratis al ser domingo, enfrente del mercado de los capuchinos, en lo que es la zona árabe de la ciudad.

Compramos un pad-thai y un pollo al curry por 20€ en un Pitaya que nos comimos (y no acabamos) en un banco contemplando la iglesia de Saint Michel y su 'flecha' que es como se conoce al campanario de la misma, que, curiosamente está separado de la basílica, igual que en la catedral.

Después de comer empezó a llover, así que volvimos a parar a tomar café en el ecléctico café La Mere Michele, mientras hablábamos con Sebas para vernos más tarde y preparar la ruta por la ciudad, cosa que hicimos empezando por la calle Victor Hugo hasta llegar a la elegantísima puerta de la gran campana por la que accedimos al casco antiguo de la ciudad, muy elegante paseamos por Rue de Santa Katherine, la calle más comercial de la ciudad, llegamos hasta la plaza de la catedral y del ayuntamiento donde había un concierto de gaitas... ¿quizá porque estaba jugando Galés partido de la Eurocopa?

Y es que confome nos acercábamos a la plaza de Quinconces el omnipresente ambiente futbolero, Burdeos es sede de la Eurocopa que se está jugando en Francia se iba incrementando, banderas de las selecciones participantes, infinidad de tiendas de deportes o de souvenirs futboleros, pero además infinidad de turistas iban apareciendo con los colores de sus repectivos países, irlandeses, polacos, galeses,... dando un ambiente precioso, el cuál, por desgracia, en otras ciudades y mezclado con alcohol está enseñando las vergüenzas del ser humano. Patético que se utilice algo tan bonito como el deporte para licharnos los unos a los otros.

A punto de llegar a la plaza de la Comedia nos encontramos a Sebas, de hecho tambien vimos a Susana y a Marc durante el día, debía haber media 'boda española' en Burdeos, y con ellos reculamos hasta la plaza Camille Julian, que se convirtió en mi rincón de Burdeos para tomarnos un último café con ellos en el bar Simeone Dell Arte y hablar sobre la boda, la vida, las familias y las polaroids, sobretodo de polaroids, hasta el punto que de allí salimos hacia la FNAC para comprar una, pero, casualidades de la vida, de camino encontramos la tienda Hema, una tienda tipo Tiger, en la que compramos cosas para los nenes y vimos las Polaroids y los carretes mucho más baratos, así que juguete nuevo para Mireioneta!

Proseguimos nuestra ruta, llegando por fin a la plaza de la Comedia, donde la elegancia de la ciudad alcanza su máximo esplendor y en la que una curiosísima escultura de Jaume Plensa pone el contrapunto, pasamos la cola del resturante l'entrecotte y alcanzamos la gigantesca plaza Quinconces, reconvertida en FanZone para la Euro. Entré un momento pasando los controles de seguridad que incluyen un cacheo completo a todo el mundo debido al miedo a un ataque terrorista y se me mezclaron los sentimientos de miedo por un improbable ataque terrorista, alegría de ver lo bien montado que está eso y lo bien que se lo puede pasar uno viendo el partido mientras disfruta de tomar algo allí o de las multiples actividades que hay montadas y rabia al mezclar las dos anteriores.

Dimos la vuelta a la plaza y comenzamos a recular, paseando al lado del río, anchísimo a su paso por Burdeos, llegamos a la plaza de la Bolsa donde, además de Irlandeses pasándoselo en grande, jugamos nosotros a hacernos fotos en el espejo de agua que hay enfrente, una plazoleta que en verano tiene que ir de perlas a los visitantes de la ciudad..

A partir de ahí nos dedicamos a callejear, pasando por rincones que habíamos visto antes y encontrando otros nuevos, ya con la intención de encontrar un lugar para cenar, cosa que hicimos en la terraza del Couleur cafe, una fórmula de 30€ (foie, carne y tiramisú) y una de 20€ (ensalada, carne, crême broulêe y café), muy, muy bien, justo lo que buscábamos.

De regreso al coche vimos, por fuera el museo de Burdeos, otro edificio elegante y cruzamos la plaza de la Victoria, donde también había ambiente futbolero junto al arco del triunfo y un obelisco, con el que pusimos punto y final a nuestra visita a Burdeos y casi casi a nuestra escapada...

... y es que el Lunes amaneció con mal tiempo, así que decidimos despedirnos de la casa y de Sue con calma, estrenamos la polaroid y comenzamos el viaje de regreso con la intención de parar el algún sitio donde hiciera mejor tiempo, pero como no fue así y tuvimos lluvia hasta Carcasone llegamos a Barcelona a media tarde cerrando, ahora sí, nuestro viajecillo por Burdeos.

VIVAN LOS NOVIOS!!!