Pasos:

1. Pelamos la piña quitando la piel con cierta generosidad. A continuación, con un sacabolas pequeño sacamos las hendiduras que hace la piel sobre la propia carne. Cortamos rodajas de medio centímetro aproximadamente.

2. En una perola ponemos el azúcar al fuego y lo calentamos hasta obtener un caramelo con tono avellana. En este momento incorporamos la piña y la rehogamos durante un par de minutos. Posteriormente añadimos el zumo de naranja y llevamos a ebullición el conjunto. En este momento echamos las hebras de azafrán y a fuego bajo dejamos infusionar durante 35-40 minutos.

3. Dejamos atemperar la piña, aunque servida templada gana bastante.

4. En un plato preferible hondo, disponemos las rodajas de piña y las cubrimos con el caldo que hemos obtenido de la cocción.

5. A esta mezcla le va muy bien ponerle en la parte superior una bolita de helado que se vaya deshaciendo y haya contraste con la piña que tiene debajo. Coronaremos el plato con una ramita de menta que nos aportará un aroma muy interesante.