Preparación:
- Tamizar la harina en un bol junto con la pizca de sal.
- Añadir el azúcar y la mantequilla.
- Con la ayuda de un tenedor o con las manos frotar estos ingredientes (la harina, el azúcar, la mantequilla y la sal), para conseguir una especie de migas, o una mezcla parecida al pan rallado.
- Incorporar suavemente las yemas y la vainilla, y amasar solo hasta que se integren en la masa o hasta que quede una bola de masa homogénea.
- Envolver la masa en papel film de cocina y dejar reposar en la nevera durante 30 minutos.
- Pasado el tiempo de reposo, sacar la masa de la nevera y dividirla en dos porciones.
- Estirar cada porción de masa entre dos hojas de papel de hornear, con la ayuda de un rodillo con aros intercambiables o un rodillo clásico ayudándose de unas guías de madera, para que todas las galletas salgan con el mismo grosor (de unos 5 mm aproximadamente).
- Llevar en la nevera por 2 - 3 horas (para poder cortar unas galletas perfectas, es muy importante que la masa esté bien fría antes de cortarla).
- Cortar las galletas con la forma deseada y disponerlas sobre unas bandejas de horno, forradas con papel de hornear. A la mitad de las galletas hay que sacarle el centro, con un cortador más pequeño, de la forma deseada (circulo, flor o rombo, por ej.)
- Llevar las bandejas en la nevera o en el congelador, y mientras tanto precalentar el horno a 160ºC (horno con ventilador) o 170ºC (horno convencional, sin ventilador).
- Hornear de 12 - 15 minutos según el tamaño, o hasta que los bordes estén ligeramente doraditos. Lo ideal es que queden un poco blanquitas, que no se tuesten mucho.
- Dejarlas 5 minutos en la bandeja y luego traspasarlas con la ayuda de una espátula, a una rejilla para que se terminen de enfriar.
- Una vez frías, espolvorear las tapas o las galletas que irán arriba, con azúcar glasé (hay que hacerlo antes de montar las galletas para no manchar la mermelada).
- Extender un poco de mermelada en las galletas de la base. Procurar poner un poco más de cantidad en el centro de la galleta. Colocar las tapas y presionar suavemente, para que se queden bien pegadas las dos galletas.
- Servir el mismo día.
Observaciones:
○ Si se quiere enriquecer la masa de las galletas se le puede añadir harina de almendras, de avellanas o de otro fruto seco, a gusto. Para ello, hay que sustituir una tercera parte de la harina, por harina de algún fruto seco.
○ Aunque lo típico es rellenar estas galletas con mermelada, lo más probable es que los pequeños de la casa prefieran la nocilla o la ganache de chocolate, antes que la mermelada. Si es vuestro caso, perfectamente podéis sustituir la misma por ganache de chocolate o nocilla.
○ Si no se van a consumir las galletas en el mismo día, recomiendo guardarlas en un recipiente hermético sin montarlas (sin rellenarlas con la mermelada), e montarlas el mismo día que se van a consumir. Así se mantienen crujientes hasta el último momento.
○ Para conseguir unas galletas Linzr crujientes y perfectas, es importante manipular la masa lo mínimo posible, y que la mantequilla esté fría la hora de trabajar la masa.