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San Joan Bateatzailearen Jaiotza eguna (06/24)

Sarrera-agurra

Senideok: Zelangoa ete zan, edo zer ete zan Joan Bateatzailea hainbesteko garrantzia emoten deutsogu-ta! Domekako liturgia ospatu barik, san Joanena ospatzen dogu. Zeo-zergaitik izango da.

Ba al dakizue nor zan, zelan bizi zan, zer iragarten eban eta zein zan bere ezaugarria? Ba, guzti hori hartuko dabe geroko Jesusen jarraitzaileek, honen ikasle izateko aurre-urrats lez Ospatu daigun, ba, pozik.

Sarrera abestia

Abadearen agurra eta Damu-otoitza

† Joanek bizitza latza aukeratu eban Jainkoagana hurreratzeko bide lez. Eta guk errex-keriak aukeratzen doguz..., eta Jainkoagandik urrindu egiten gara. Damutu gaitezan:

—Jesus Jauna: gure artean zeure jainkotasunaz hustuta agertzen zarana: erruki, Jauna!

—Jesus Jauna: Joanen bateoa hartzerakoan Aitak Espirituaz iragarten zaituna, Kristo, erruki!

—Jesus Jauna, menpetuengana, pobreengana ta baztertuengana heltzen zarana, erruki, Jauna!

Erantzun salmoa

Gauza ederra da alkarren ezaupidea, batez ere zintzo jokatu nahi danean. Erantzun salmo honetan hauxe izango dogu erantzun-gai: Jainkoak ezagutzen ta alaitzen gaitula. Goretsi daigun maite gaituen Jainkoa.

Ebanjelioaren oharra

Ebanjelio-txatal honek Joan Bateatzailearen aldia, ingurua ta familia ezagutzen lagun-duko deusku. Eta hauxe azpimarratu geike: zelango indarra dauen ohitureak, eta zelan eten behar dan ohiturea behin baino sarriagotan. Egin deiogun harrerea Aleluia abestuz, tente.

ESKARIAK

† Jainkoak poztu egin nahi dau gure bizitza, eta bildurretatik atara egiten gaitu. Zu-zendu deioguzan gure eskariak:

—Elizearen alde: Jainkoaren bila dabizenentzat benetako argi ta bide izan daiten, eta bere altzoan senidetasuna aurkitu daien, egin daigun otoitz.

—Bateatuta egonarren, sinismena ta eliz-alkartea aintzat hartzen ez dabezenen alde: holango ondare bat alperrik galtzen laga ez daien, egin daigun otoitz.

—Autormen bizitza daroenen alde, eta autorle izateko gertatzen diharduenen alde: inoiz falta ez dakien bizi-poza ta Jainko-argitasuna, egin daigun otoitz.

—Pobre, alboratu eta inorentzat ezer ez direnek, aurkitu daien kristau alkarteetan maitasun ta harrera oneko inguru ta esparrua, egin daigun otoitz.

—Jesus salbatzaile lez autortuz, bere mahaietan esku hartzen dogunok indarturik urten daigun, gure bizitzan haren barri-emoile izateko, egin daigun otoitz.

† Jainko Jauna: Bateatzailearen jaia ospatzen dogunok haren antzeko gaur-gaurko autorle izan gaitezala, zuzengabekeriak salatuz eta barri ona iragarriz. Jesukristo gure Jaunaren bitartez.

—Amen.

SAN JUAN BAUTISTA (24/06)

MONICIÓN DE ENTRADA

Os deseamos nuestra más cordial bienvenida a la Eucaristía. La solemnidad de San Juan Bautista tiene preferencia sobre los contenidos del Domingo XII del Tiempo Ordinario que nos correspondería reflejar hoy. Pero al ser 24 de junio, fecha de la fiesta del Bautista, se marca dicha preferencia. Deciros, también, que la Iglesia siempre ha tenido una muy especial predilección por Juan el Bautista. Y es que Jesús de Nazaret, llegó a decir de él que “era el mayor nacido de mujer”. Juan fue la avanzadilla de un tiempo nuevo, del tiempo en que se iniciaba la Redención del género humano. Juan fue un singular personaje que cumplió hasta la muerte la misión que el Padre le había encomendado: mostrar el camino del Hijo que iba a salvar a todos. Y, antes comenzar, nuestra celebración queremos felicitar a los Juanas y Juanes, que hoy celebran su onomástica. Y con este mensaje de alegría comencemos, pues, nuestra celebración eucarística.

Colecta

Roguemos a Dios para que sepamos preparar el camino del Señor.

(Pausa)

Oh Dios misericordioso,

celebramos hoy con alegría

el nacimiento de Juan el Bautista, tu profeta,

que anunció una nueva era

y preparó el camino para tu Hijo.

Ayúdanos a proclamar el mensaje de Jesús

en el nuevo lenguaje que nuestros tiempos reclaman.

Danos el valor de abandonar

nuestros viejos modos y actitudes

y de abrir resueltamente a la gente de hoy

el nuevo camino hacia el futuro que tú nos ofreces

en Cristo Jesús, Hijo tuyo y Señor nuestro,

que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo,

y es Dios, por los siglos de los siglos. R / Amén.

MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS

1.- En la primera lectura, el Profeta Isaías, leemos un fragmento del capítulo 49, describe la misión de un hombre de Dios. Y el relato del antiguo Testamento se parece extraordinariamente a lo que muchos años después contaría el Evangelio. Es el Señor quien nos elige para cumplir una misión y el elegido camina hacia el cumplimiento de su extraordinario trabajo.

S.- Como dice el versículo responsorial del salmo que proclamamos hoy “Dios nos ha elegido portentosamente” estamos ante un reconocimiento a la grandeza de Dios. El autor del salmo 138 refleja también la fuerza y ternura para con sus criaturas. El texto del salmo está, asimismo, considerado como una maravilla en su texto, de gran elegancia en su estilo, sobre todo en aquellos versos en los que se refleja la formación del cuerpo humano en el seno materno. Es, además, un reconocimiento total de la unión con Dios en todos los momentos de la vida.

2.- Pablo habla, en el capítulo 13 de los Hechos de los Apóstoles, de la estirpe davídica de Jesús, pero antes llegó Juan el Bautista. Centra Pablo la labor de Juan y se basa en la escritura para dar la importancia exacta al mensaje de anuncio de la Salvación dado por Juan.

3.- En el Evangelio de Lucas se explica con indudable calidad literaria el momento de poner nombre a ese hijo tardío nacido por el anuncio de un ángel. Y es que cuando Zacarías e Isabel deciden poner el nombre de Juan al pequeño recién nacido, están confirmando la elección de Dios sobre ese niño. Ya se sabe que entre los judíos la imposición del nombre es marcar el camino y la misión de cada uno.

PRECES

Padre hoy miramos la figura de San Juan, indigno de desatar las correas de las sandalias de Cristo, tu Hijo, y el más grande de todos los hombres. Por mediación del Bautista elevamos hacia Ti nuestra petición:

R.- PADRE, AUMENTA NUESTRA FE.

—Padre, te pedimos por el Papa, los obispos y todos los que has llamado para servir tu altar para que alimentados con el Pan y la Palabra anuncien como San Juan la Buena Nueva a todos los hombres. OREMOS

—Padre, te pedimos por las naciones de la tierra, especialmente por las que viven en condiciones más desfavorables, para que siguiendo las palabras del precursor hagamos un reparto más equitativo de los bienes que de Ti recibimos. OREMOS

—Padre, te pedimos por todos los que sufren alguna enfermedad o convalecencia para que Cristo les ayude a salir de su enfermedad como ayudó a tantos durante su vida entre nosotros. OREMOS

—Padre, te pedimos por las familias, para que acojan con alegría los hijos y vean en ellos la acción colaboradora con la voluntad de Dios, cuidándolos y educándolos en el amor a Dios y los hermanos. OREMOS

—Padre, te pedimos por todos nosotros para que busquemos la Gloria de Dios sabiendo que no somos dignos “ni de desatar la correa de la sandalia”. OREMOS

Padre, en la Solemnidad del precursor, te pedimos que atiendas estas necesidades que te presentamos y todas aquellas que cada uno llevamos en nuestro corazón. Te lo pedimos por Jesucristo Nuestro Señor. Amén

Oración sobre las Ofrendas

Oh Dios y Padre nuestro,

tú diste a Juan el Bautista los ojos de fe

necesarios para reconocer y señalar a Jesús

como el Salvador largamente prometido.

Ayúdanos a reconocer a tu Hijo

en estos humildes signos de pan y vino.

Que Jesús se haga mayor y crezca en nosotros

y que nosotros –como Juan el Bautista-

disminuyamos y seamos menores.

Que ojalá él se haga visible en nosotros

para que de esta forma podamos roturar caminos

que nos lleven a ti, nuestro Dios vivo.

Te lo pedimos por el mismo Cristo nuestro Señor.

Oración después de la Comunión

Señor Dios nuestro,

tu Hijo ha estado de nuevo con nosotros

y, a pesar de ello,

seguramente no es del todo reconocible

en nuestras palabras y en nuestro mismo ser.

Cambia nuestros corazones;

pon en nuestros labios palabras de fe y de valor;

y que nuestras acciones y conducta -como las de Juan-

hablen sin miedo el lenguaje del evangelio de Jesucristo,

tu Hijo y Señor nuestro por los siglos de los siglos. R/ Amén.