Margarita,
Jamás sentí que un buen verso
pudiera superar tu bello nombre.
Tu nombre es el de una bonita flor
que llamaron perla los helenos,
tu nombre es también una sonrisa
que hace latir mi corazón
para hablarme solo de amor:
del amor de madre a hija
y de hija a madre querida…
Yo recuerdo que cuando niña
oía a alguien que te llamaba
por el dulce nombre de Margarita,
y sentía que la emoción me subía
del corazón hasta mi vista,
mis lágrimas con ello me decían
cuanta ternura en mi despertaba
el nombre de la madre mía!!
Margarita,
aunque ya no estés en la vida
mi amor a ti nunca, nunca cesa,
tu nombre es para mí un romance,
tu recuerdo una explosión de ternura,
yo sueño contigo noche y día
que te quiero, que me quieres,
y que te amaré toda mi vida
con la dulzura de una bella poesía.