X - La mujer en la poesía andalusí

ZARAGOZA EN LA POESÍA DE AL-ANDALUS

X - LA MUJER EN LA POESÍA ANDALUSÍ

verkis: Antonio Marco Botella


Uno de los elementos diferenciales en la sociedad medieval de Al-Andalus en comparación con las que podrían llamarse puramente islámica de aquella época, fue la mujer.

Varios siglos de educación musulmana en los que la convivencia con varones exigían por tradición de costumbres y religión la estricta obediencia de la mujer al varón, no fueron suficientes para hacer que la mujer ibérica alcanzara ese grado de similitud de costumbres habituales en las sociedades árabes puramente islámicas.

Una mirada retrospectiva a esas sociedades árabes y un atento análisis a las costumbres y conducta de la mujer andalusí, son suficientes para sin más profundizar, percatarse que el bagaje musulmán importado de Bagdad no fue suficiente para quebrar el espíritu independiente de la mujer andalusí, componente de su individualismo tradicional.

El eminente arabista alemán A.F. Schack, estudioso de esta temática nos da su autorizada opinión en una de sus obras mas importantes, "Poesía y arte de los árabes en España y Sicilia", en los siguientes términos: "La situación de las mujeres en Al-Andalus fue mas libre e independiente que las de los demás países musulmanes. Ellas intervinieron en gran parte de las actividades culturales de la sociedad andalusí y no pocas de ellas alcanzaron fama en tareas intelectuales. Con frecuencia disputaban con los varones los lauros líricos".

Tan alto nivel de conducta y civilización fue la causa real del respeto y estima que ellas recibieron en Al-Andalus, evidentemente nunca alcanzados por las mujeres de los demás países islámicos.

Confirma este aserto en lo que se refiere a la implicación de la mujer andalusí en tareas poéticas y artísticas, entre otros que luego daremos, la cita de Henri Pérès en la que afirma, que además de las múltiples poetisas existentes, eran numerosas las mujeres que en los siglos IX al XIII reflejaron las ideas sociales y religiosas de su época: unas eran jurisconsultas, otras ascetas, la mayor parte copistas del Qur'än, y menciona como dato cierto, “que 170 mujeres se ocupaban de copiar el Qur'än en caracteres cúficos, solo en un barrio oriental de Córdoba”.[1]

[1] Hist. de los Almoh. texto 272 (El Cairo 248), trad. 515-316.

Otros eminentes arabistas también opinaron sobre tan interesante tema e hicieron comparaciones muy precisas sobre el tema. El Dr Sawqi Dayf nos dice en una de sus obras: “las mujeres nobles de Al-Andalus realizaron en las bellas letras de Al-Andalus una tarea similar a la que bastantes siglos mas tarde (en los s. 17 y 18) realizarían las mujeres francesas en su literatura”.

Efectivamente, aun cuando existan diferencias notables en esta comparación, esa similitud existe en ciertos aspectos, especialmente en el caso de la princesa Walläda y otras hijas de reyes de taifas, sin embargo la similitud no es completa porque en la sociedad andalusí había también mujeres de otras clases sociales, como podrían ser las esclavas, que a pesar de su condición como tales, también destacaron en poesía, caso que no se daba ni en las sociedades islámicas de la época, ni tan poco en otras de siglos posteriores en sociedades occidentales.

No podemos dejar de mencionar la opinión del gran arabista Henri Pérès sobre este tema que nos ocupa cuando nos dice: “Durante el siglo XI la mujer se dispone a ocupar altas posiciones en la sociedad andalusí. El nacimiento de la poesía amorosa, que hace de ella un ser idealizado, prueba que incluso semiescondida entre celosías, pero gozando de una relativa libertad, a la mujer andalusí se la ve casi a un mismo nivel intelectual que al hombre, y por ello con idéntico derecho al goce de un mismo tipo de vivencias”.

Esa libertad y aptitud de la mujer andalusí en la sociedad de aquella época, facilita la comprensión del atractivo que ellas despertaron en los varones, el carácter de sus sentimientos que ellos luego expresaban en sus poemas y los perfiles que como mujer de la época idealizaron.

La mas famosa de todas las poetisas andalusíes fue Walläda bint al-Mustaqfï, nacida en Córdoba el año 994. Hija del califa omeya al-Mustaqfi, ella había recibido por esa circunstancia una educación refinada, y muy joven todavía ya escribió sus primeros poemas. En la obra Al-Dajira, texto árabe publicado de M. Ben Cheneb (Argel 1339), puede leerse:

“El salón de esta bella dama era sitio de reunión de los nobles andalusíes y lugar preferido para dejar galopar los caballos de la fantasía de la poesía y la bella prosa, lugar adecuado también para exhibir la belleza y elegancia chic de los vestidos femeninos. Como mujer poco escrupulosa, la princesa, no ocultaba sus pasiones, por ello eran muchos los varones que la criticaban”.

Algunos historiadores aseguran que la princesa era bastante inmoral y libertina, pero como suele ocurrir en casos similares, tales opiniones eran con frecuencia fruto de la envidia y malevolencia. Además, tal como hemos dicho, las mujeres de aquella época gozaban en nuestro país de amplia libertad, según podemos deducir por los poemas y narraciones que disponemos.

A eso hay que añadir la animadversión de gran parte de varones contra las libertades de las mujeres, principalmente por prejuicios tradicionales y religiosos, eso sin contar el caso concreto de la princesa Walläda, “que por su poca discreción y su condición de noble, muchos varones amigos de formalismos consideraban sus actitudes pecados imperdonables”.

La princesa Walläda fue también famosa por sus relaciones amorosas con Ibn Zaydün, uno de los poetas mas excelsos de Al-Andalus, a quien ella eligió entre una numerosa pléyade de brillantes enamorados. Emocionadamente, ella le dedicó, entre otros muchos, este corto poema:


Mi llegada él espera

en la hora vespertina

cuando gris y sombras traen

noche y horas íntimas.

A ti y a mi nos une

algo que al sol no liga,

que de brillar nuestro amor

el sol jamás luciría.

Seria igual con la luna

que su embrujo no daría

ni las blancas estrellas

en la noche parpadearían.


Hay en nuestra antología, repetidamente mencionada, más de una veintena de páginas con biografías de grandes poetisas de la época que tratamos con sus más importantes poemas.

Citemos una de ellas, no por tratarse de una u otra ciudad, sino por su maestría en el dominio de la forma lírica la moaxaja, normalmente no usada en los salones de palacio y medios oficiales, pero muy apreciada en medios populares. La poetisa a la que citamos es la bella Nazhün bint al Qilai, que adquirió fama de ser un tanto libertina, pero que sus poemas eran siempre mejores que los de los varones, veamos uno de sus poemas:


Yo donaría generosamente a mi padre

por conservar mi dulce amor ferviente.

Junto a mi pasó elegantemente:

¡que bellos ojos negros los suyos!

Cuando recitaba lo hacia ardiente

con piadosa y sentida propia rima

cual si seleccionara un ramillete

de perfumados blancos mirtos…

Y cuando declamaba propios versos

parecía reclamar amorosa recompensa!

Me recordaba emocionada todo ello

ciertos inolvidables momentos

de nuestros ardorosos amores…

Ha! si conservara él aun el calor

para poder renacer la pasión

de un nuevo bello amor nuestro!

Yo pienso que él aun me ama,

que me anhela, aunque lo disimule,

cual si tontamente no me conociera,

ho! que estupidos son los hombres!


Hemos citado bellas poetisas de alto rango, incluso de princesas, pero deseo también citar a las de condición humilde, o sea a las esclavas, que también practicaban alta poesía, y las había numerosas, incluso analfabetas, y así lo proclamo en mi antología lírica andalusí describiendo sus poemas, pero al margen de su condición social citemos ahora a la poetisa Hamda bint Ziyäd, al-Muaddib, vulgarmente conocida por el nombre de Hamduna bint Ziyäd que el citado, repetidamente, historiador Ibn Saîd califica como una de las mejores poetisas de Al-Andalus, además de su gran belleza y majestad. He aquí uno de sus poemas:


Una mujer bella en el río

Mis lágrimas muestran emoción

percibiendo los secretos del rio

porque reflejan toda la belleza

de mi cuerpo tras disfrutar el amor.

El rio danza con su zig-zag sereno

entre los huertos de verdes colores

y los jardines, que parecen mecerse,

sobre las onditas languidas del rio.

Entre las bellas gazelas féminas

cuando se desnuda un antílope

en forma de hombre atractivo

yo pierdo el juicio por sentir lascivo.

Los bellos ojos negros de ella,

tienen algo o mucho que embrujan:

son ojos que hacen soñar despierto

en mil placeres y amores sin cuento…

Cuando las trenzas de sus cabellos

caen sobre su espalda desnuda

creando un bello negro sobre blanco

similar al de la noche con la blanca luna,

se siente una gran fascinación

como el nacimiento de algo nuevo,

se diria que la bella aurora

desconsolada y triste llora

por la muerte de un hermano,

y los vestidos negros abandona

cuando la luz del dia aflora…


El historiador Ibn Sa'id, añade al citar a esta poetisa, que Hamda tenia una hermana que también era destacada poetisa, Zainab bint Ziyad, dotada de especiales calidades, pero a pesar de mis diversas investigaciones no he conseguido hallar ninguno de sus alabados poemas.

Antonio Marco Botella