XIV - Breve comentario sobre la lírica hebrea

ZARAGOZA EN LA POESÍA DE AL-ANDALUS

XIV - BREVE COMENTARIO SOBRE LA LÍRICA HEBREA EN AL-ANDALUS

verkis: Antono Marco Botella


Antes de adentrarnos en la mención de poetas zaragozanos entre los que se cuentan los de origen hebreo, conviene que hagamos un breve comentario sobre la poesía hebrea, como ya hicimos en su momento respecto a la ibérica y árabe, las otras dos más importantes minorías raciales que con la judía daban consistencia a la población de Al-Andalus. Sin embargo conviene subrayar, que la convivencia durante siglos de estas tres minorías, dieron lugar a una simbiosis en el aspecto lírico, que difícilmente nos permitiría distinguir, qué elementos específicamente aportaron los nativos ibéricos, cuales los árabes o los hebreos llegados a nuestro país.

Todos ellos coincidieron en que el idioma a utilizar para la lírica debía de ser el árabe, por su superioridad expresiva sobre los ordinariamente hablados por las otras dos minorías, a lo que se unía el esplendor de una lírica no solamente rica tradicionalmente sino plenamente actualizada, manteniendo como forma poética la clásica qasida árabe.

Los ibéricos poseían el poso glorioso de la poesía greco-romana, ya extinta desde la caída del imperio romano y cuyos únicos valores se conservaban estáticos en conventos y cenobios, mientras en lo popular utilizaban como idioma un latín corrupto transformado en el llamado romance; el judío poseía también el brillo de su poesía bíblica del pasado, más que gloriosa, pero en lo popular un idioma poco flexible e inactualizado, incapaz de expresar los más delicados sentimientos del ser humano. Una de sus mayores dificultades tal vez consistía en no haber poseído nunca poesía profana propia.

La minoría hebrea se fue incrementando poco a poco en Al-Andalus por la honestidad de sus gentes y las capacidades burocráticas que en todo momento aportaron a la sociedad andalusí: se había generalizado la idea entre las personalidades políticas, económicas y militares de la época, que todos aquellos que no poseían un secretario hebreo no podían mantener un sólido prestigio en su habitual actividad. En cada ciudad importante crecieron los barrios judíos, poco a poco pero de forma imparable, y su influencia se hizo notable.

Muy pronto, a tenor del ambiente lírico generalizado en Al-Andalus, los hebreos iniciaron su escalada poética y entre ellos florecieron grandes poetas, y así, aunque utilizando inicialmente el idioma y la qasida árabes, nació en Al-Andalus para la lírica hebrea su poesía profana.

Si hacemos un poco de historia sobre la misma, parece incuestionable, que la poesía profana hebrea nace en Córdoba bajo el reinado del primer califa Abd al-Rahmän III (891-961), bajo los auspicios y eficaz impulso del políglota y famoso médico judío Hasda'y ibn Saprüt (Jaen 915-Córdoba 970) Entre los primeros poetas que aparecen bajo su mecenazgo es obligado destacar la figura de Duna' ibn Labrat (920-980), el cual estableció los cauces de la métrica árabe en la poesía judía.

Este poeta escribió, principalmente, poemas báquicos, panegíricos y temas amorosos, entre los cuales son realmente muy buenos los panegíricos dedicados a Ibn Saprüt.

Puede calcularse el periodo de oro de esta escuela hebrea en unos cien años, a la cual dieron gran esplendor cuatro extraordinarios poetas: Öemuel ibn Nagrella (933-1056), Öelomo ibn Gabïrôl (1020-1053), Môse ibn Ezra (1055-1135) y Yêhuda ha Levï (1075-1161), y, junto a ellos, una pleyade de poetas no tan brillantes. De todos ellos, solo hablaremos de aquellos que nacieron o vivieron en la taifa de Saraqusta, (pues a ellos va dedicado este modesto estudio) y en esa taifa incluimos todos los territorios de la Marca Superior.

Antonio Marco Botella