Jaroj 1937-1953

UN SIGLO DE ESPERANTO EN ARAGÓN

Antonio Marco Botella

Zaragoza - 2000


XXXVII

1937/1938/1939 - Sólo guerra, crueldad y muerte

Desde el comienzo de la guerra civil, todos los Grupos de Esperanto de Aragón fueron cerrados, sus libros quemados en la plaza pública y sus partidarios, como mínimo denostados. Hubo una sola excepción en toda la España "nacional", Frateco de Zaragoza, que ciertamente quedó totalmente paralizado, pero que nadie se atrevió a poner un pié en su sede, gracias a su presidente, D. Ramón de Salas, que como comandante del ejército, y además ocupando un alto cargo de orden público de Zaragoza, dijo en alta voz para quienes sugirieron destruirla: "el presidente de esa sociedad soy yo; si alguien intentara hacer el menor daño a esa Sociedad tendría que vérselas conmigo, y yo estoy seguro que ninguno de vosotros lo va a intentar, ni siquiera pensar acercarse a su puerta".

Efectivamente, mientras el presidente vivió, los hombres de la pistola al cinto jamás lo intentaron.

No fue esa la suerte que corrieron un gran número de esperantistas de Aragón, unos astutamente se fueron al frente de combate buscando el único refugio que tenían a mano, pero otros muchos ni eso consiguieron: ejecutado fue el Vicepresidente de Frateco, Isidoro Achón, así como José Carnicer, presidente de Zaragoza Esperantista; también lo fue el presidente de Esperanta Kultura Klubo S. González y su hermano; el 21 de septiembre era fusilado D. Joauin Larrumbe Tomás, no se sabe bien si por ser uno de los fundadores de "Esperanta Kultura Klubo" o por ser maestro nacional, porque junto a él eran también ejecutados 64 maestros nacionales más, y así un gran número de esperantistas de primera fila.

No deseo alargar este capítulo negro de nuestra historia, ni dar cifras y nombres de tanto asesinato, solo añadiré que todo aquel que lo desee puede consultar, entre otras muchas, la obra del profesor Julián Casanova El pasado oculto - Fascismo y violencia en Aragón, Ed. 1992 y podrá obtener listas completas, nombres, cifras, fechas de la ejecución, lugar y dirección de la victima...

Ante tanto desmán, los esperantistas católicos de varios países occidentales dirigieron una carta de protesta al mismo general Franco, que respondió negando su antipatía al Esperanto, pero no se trataba sólo de ejecuciones sino también de su política, pues cuando sus tropas conquistaban cualquier ciudad, el Grupo de Esperanto, al igual como cualquier otro centro cultural, era arrasado y sus libros quemados públicamente.

Cuando la guerra civil ya se acercaba a su fin, una bala perdida en un campo de batalla levantino, acabó con la vida de nuestro último presidente democráticamente elegido, D. Ramón de Salas y Bonal. Frateco perdió con él, su más firme defensor, su único valedor de toda una época de violencia y de muerte.

XXXVIII

1940-46.- El interminable tunel de la postguerra

El fin de la guerra civil no fue de ninguna manera el término de todos nuestros males, de la política de involución, de la intolerancia, de confrontación con la cultura, con toda idea progresista, libertades o democracia, toda esa política de violencia continuó vigente, inamovíble.

Frateco de Zaragoza era el único centro de Esperanto que oficialmente seguía autorizado en España, aunque ni directivos ni socios se atrevieran a visitarlo, y mucho menos intentar realizar cualquier actividad. Unos pocos esperantistas zaragozanos, más o menos simpatizantes con el régimen, pero también fieles al ideal de nuestro idioma internacional, entre ellos algunos directivos, se reunían los domingos en un café, y un buen día los que aun se consideraban directivos acordaron reunirse en la sede de Frateco, calle Roda 14-16, para intercambiar ideas, pero ni remotamente pensando en programar alguna actividad, que en aquel ambiente sabían sería imposible.

En uno de esos finales de mes en los que se reunían, exactamente el 10 de noviembre de 1941, cuando el presidente Sr Orós y el directivo Sr Larruga esperaban a sus colegas en nuestra sede de la calle Roda, una veintena de jóvenes falangistas entraron en su salón principal, y en presencia de ellos mismos, rompieron documentos, libros de su Biblioteca y en general cuanto quisieron, ante la mirada impasible de ambos directivos, que sabían perfectamente que no podían hacer nada, ni siquiera protestar, lo suyo era quedar mudos si no deseaban algo peor para la integridad de sus personas...

Acabada su "heroica" tarea, los "valientes" jovenes cogieron algunos otros documentos del Centro, entre ellos el libro de actas y la lista de socios y se los llevaron, luego en actitud arrogante se marcharon desafiantes.

El presidente Orós, abogado, y buen conocedor de las actitudes del régimen con los actos de violencia de los suyos, dirigió un escrito al Sr. Gobernador Civil informándole de los hechos, de ninguna manera protestando, porque de no informar se les podía abrir un expediente por omisión de un delito, protestar le podría llevar a la cárcel por enemigo del régimen. Los documentos que se rompieron o llevaron tenían un valor histórico excepcional, que hoy nos aportarían datos valiosísimos.

El Excmo. Sr Gobernador Civil y Jefe Provincial del Movimiento jamas contestó al escrito del Presidente. Su silencio implicaba complicidad y tácita aprobación a esa infracción de la ley, que entonces era de lo más normal.

En medio de esas turbulencias un atisbo de luz se asomó por la ventana de nuestro horizonte con el fin de la 2ª Guerra Mundial y vuelta a la actividad de los esperantistas de la Europa occidental: supimos en España que en 1946 ya se publicaba el importante periódico esperantista "Heroldo de Esperanto", un directivo de Frateco escribió al redactor Teo Yung indicándole que nuestra sociedad deseaba recibir su periódico, pero que no podríamos pagarle (entonces no se permitía enviar dinero al extranjero).

Se empezó a recibir dicho periódico, y fue un canadiense, Sr D.B. Hackett, quien se ofreció voluntariamente a pagar nuestro abono.

Cualquier frase de agradecimiento se quedaría corta para expresar el reconocimiento de los esperantistas zaragozanos a esa acción solidaria.

Otra pequeña novedad dentro de aquel medio chauvinista y refractario a la Cultura fue, que la revista "El Hogar y la Moda" había publicado un artículo sobre el Esperanto, y que leído por unos portugueses despertó el deseo de aprenderlo, no se sabe bien como supieron que Frateco era el único Centro autorizado en España: varias cartas de portugueses llegaron a nuestra sociedad solicitando gramáticas, que de inmediato les fueron enviadas.


XXXIX

1947 - Difícil resurgimiento del Esperanto en Aragón

A principio de año, de acuerdo con los Estatutos de Frateco, debía de celebrarse la Junta General ordinaria de la sociedad, pero eso no sucedía por la circunstancia política en que vivíamos desde el año 1936, sin embargo se pensó dar un paso adelante renovando la Directiva y comunicándole los nombres de los propuestos al Gobernador Civil, como era preceptivo, el cual tenía la potestad de vetar a cualquiera de ellos. La señal de aprobación que consistía en el llamado "silencio administrativo" varió inesperadamente: cada directivo debia ser individualmente aceptado por el Gobernador. La nueva Directiva la componian:

        • Presidente, D.José Orós Gimeno.

        • Vicepresidente, Pedro Marqueta Roy.

        • Secretario, José Martinez Martinez.

        • Vocales, Natividad Calvete, Flora Siibert, Maria Casasnovas, Dr. D. Fernando de la Puente, Lorenzo Til, Jesús Puertolas y el padre D.Emilio Pérez.

Todos los directivos eran de marcada tendencia católica, lo que ofrecía una garantía de que no iban a ser vetados por la autoridad, pues en esos momentos, a nivel nacional, ya influían ostensiblemente en el gobierno de la nación los católicos, que junto con la presión de los países democráticos europeos, eran en realidad la única esperanza de una tímida evolución progresista que permitía la dictadura militar.

Rarísimo como signo de tolerancia fue, que los primeros cursos de Esperanto autorizados después de la guerra civil fueran en las cárceles, uno en Barcelona y otro en la carcel Modelo de Alicante.

Sin embargo eso aún era muy poco para atreverse a una mayor actividad, por ello cuando Frateco recibió una carta desde Valencia de Federico Rivelles (persona muy afecta al régimen) proponiendo: "que por ser la vuestra, la única sociedad esperantista autorizada oficialmente en el país, liderásemos una petición al gobierno de la nación para fundar una sociedad a nivel nacional, que de aprobarse tendría su sede en Zaragoza".

Reunida con carácter de urgencia la Directiva, se rechazó por unanimidad la proposición por considerar "que la situación política de nuestra ciudad no estaba todavía suficientemente madura para dar ese paso. Ahora bien, si Valencia lo conseguía los esperantistas zaragozanos daríamos toda nuestra colaboración al proyecto".

No se conformaron los valencianos con la negativa y por ello Federico Rivelles vino personalmente a Zaragoza para insistir en los mismos, pero las posiciones no se modificaron. Por la información del Sr Rivelles, se deducía que la capital más adecuado para sede de la Federación en ese momento era Castellón de la Plana. La dificultad que ofrecía sin embargo era, que en esa ciudad no había personalidades esperantistas capaces de liderarla. Por fin fueron los esperantistas valencianos quienes dirigieron al gobierno de la nación esa petición, y los zaragozanos, Sres José Orós y Eusebio Maynar colaboraron en el proyecto redactando los Estatutos.

Cuando todo se daba por perdido, el 15 de diciembre, aniversario del Dr. Zamenhof, cuando los esperantistas valencianos se preparaban para celebrar el homenaje al Maestro Zamenhof, llegó el consentimiento del gobierno de la nación autorizando a la Federación Española de Esperanto a ejercer su actividad en pro de nuestro idioma internacional en todo el territorio nacional. Pero ese permiso, uno más de los que se daban de cara a los paises democráticos de nuestro entorno, todavía no reflejaba la verdadera situación en que se vivía, pues de inmediato varios grupos de esperantistas de distintas provincias, como por ejemplo Alicante, solicitaron de su Gobernador la correspondiente oficialización recibiendo un no rotundo a la apertura de sus Sociedades.


XL

1948 - Optimismo moderado en "Frateco" por la legalización del Esperanto en España.

La noticia del permiso gubernamental para la fundación de la Federación Española de Esperanto en Valencia, fue recibida en Zaragoza con un optimismo más bien moderado: era ciertamente un paso hacia adelante, pero aquí no se percibía ese régimen de apertura y normalización que debiera reflejar esa oficialización: no se notaba todavía ni en el ambiente, ni de hecho, esa liberalización del régimen que proclamaba la prensa.

Reunida de inmediato la Directiva de Frateco, se acordó adherirse a la naciente Federación a título colectivo, e informar a su Comité que estábamos dispuestos a colaborar con todas nuestras energias en la tarea común, a la vez que a título individual y voluntario la mayor parte de nuestros socios se inscribian como tales en las filas de la Federación.

El Gobernador Civil no autorizó todavía la celebración de la Junta General Ordinaria, que preceptivamente debiera tener lugar a principio de año, a pesar de la presión de los esperantistas católicos.

En el mes de abril se inició un Curso de Esperanto en nuestra sede, casi subrepticio, ya que no se anunció en parte alguna, dirigido por el secretario de la sociedad, Don José Martinez Martinez (empleado del Ayuntamiento). Era el primero después de acabada la guerra, pero la realidad era, como dejamos dicho, que subyacía aun en el pueblo un ambiente de acusado temor y gran desconfianza, y fueron muy pocos los que participaron en el mismo, aun cuando la parte positiva era que todos ellos eran jóvenes, la realidad era que aquel Curso a semiescondidas, una hora a la semana, no podía llamarse como tal Curso.

La Directiva, reunida muy discretamente en nuestra sede en la calle Roda 10, (ahora calle Santa Isabel) aprobó adquirir de la Vda. del que fuera presidente de "Frateco", Sr Salas Bonald, 100 ejemplares de la obra "Sangre y Arena", (Sango kaj Sablo) de Vicente Blasco Ibañez, que en su día tradujera el citado ex-presidente, muerto en los días finales de la guerra civil por una bala perdida en el campo de batalla en un momento en que no se daba ningún combate…


XLI

1949 - Primeros pasos firmes del Esperanto en Zaragoza

Fue muy importante para la reactivación del Esperanto en la capital aragonesa después de la guerra civil, la llegada a nuestra ciudad de un esperantista levantino, Antonio Marco Botella, que puesto en contacto con dos de los alumnos del curso que se impartía en ese momento dirigido por D. Eusebio Maynar (el jueves, dos horas por semana), acordaron impulsar con más firmeza la actividad esperantista.

El proyecto era, que el Sr. Marco impartiera el curso de Esperanto y los dos alumnos, José Guio y Salvador Morales, hicieran una buena propaganda en la Sociedad de Montañeros de Aragón, en el que ambos tenían muchos y muy buenos amigos jóvenes, con los que proveerían el Curso de suficientes alumnos.

Con esa finalidad, el Sr. Marco se entrevistó de una manera informal con los directivos de Frateco un domingo por la tarde, en el café Levante del Paseo Pamplona de Zaragoza, para solicitarles el correspondiente permiso.

Accedieron los directivos a la petición y sin demora comenzó el curso elemental con bastantes jóvenes, y no mucho más tarde otro curso para quienes ya tenían esos conocimientos elementales, con una novedad añadida muy importante: los cursos eran de dos horas diarias en días alternos, tres días para cada curso, pero se asistía diariamente al Centro como punto de reunión de amigos.

Se hicieron populares los Cursos y una veintena de jóvenes engrosaron las filas de Frateco dándole vigor y entusiasmo, aun cuando sus directivos siguieran sin aparecer por el Centro.

No tardaron en llegar las primeras dificultades, sin duda muy serias: los alumnos empezaron a recibir la visita de policías en sus domicilios particulares, entre las dos y tres de la madrugada, lo que en aquellos años de terror resultaba enormemente temible. Claramente se vio que se trataba de intimidarlos, de hacerlos desistir de su asistencia a clase: se les preguntaba por qué aprendían un idioma de comunistas y qué pretendían con ello; si hablaban de política; qué opinaban sobre el régimen de nuestra nación; si deseaban tener contactos con los países comunistas del Este, etc. etc.

Naturalmente, aunque no sufrieron violencias físicas, al alumno que le tocaba esa desagradable visita ya no volvía al curso.

Un buen día, la visita fue para el director del Curso, Sr. Marco, pero esta vez no de madrugada sino a la hora de la comida, en el Hotel Restaurante "Vasconia", frente al Mercado Central, donde él se hospedaba. Las preguntas fueron, más o menos, del mismo talante que las dirigidas a sus alumnos y en un tono bastante distendido, con el que se pretendía, tal vez, quitar importancia tanto a la visita como a las preguntas. Al término del interrogatorio fui invitado a presentarme a las doce del día siguiente en la Comisaría Central de la Policía, en la calle Ponzano (dispense el lector si aquí me veo en la necesidad de narrar los hechos en primera persona).

Yo trabajaba como Jefe de Sección en una potente empresa textil de entonces, CAITASA, por lo que para dejar el trabajo a media mañana me veía obligado a pedir el correspondiente permiso al Director, previamente justificando el motivo de la petición. Era Director de la misma D. Antonio Comet, a quien expliqué detalladamente todo el tema, incluidas las visitas nocturnas a mis alumnos: D. Antonio me denegó el permiso hasta tanto no hablara él mismo por teléfono con la policía.

Cuando lo hubo hecho, me llamó a su despacho y me informó que ya nunca más la policía visitaría en la madrugada a mis alumnos; claro está que yo quedaba obligado a no permitir que durante el Curso mis alumnos hablasen de política. Yo no precisaba ya presentarme en Comisaría. Desde ese día la Policía ya no molestó más ni a mis alumnos ni a mi mismo, sin embargo las zancadillas nunca faltaron; por ejemplo el 16 de abril de este año el presidente de Frateco, tuvo que acudir al Juzgado para responder a una demanda judicial, interpuesta no se sabe por quien, "por subalquilar uno de los salones de nuestro Centro para dar clases sobre Socialismo". Ridículo, pero bueno, ¡así eran las cosas!

El presidente Orós, de profesión abogado, exigió nombres y apellidos de los denunciantes y pruebas que dieran un mínimo de credibilidad a la denuncia. Nunca el juez dio respuesta alguna a las exigencias de nuestra defensa.

El 1º de Enero de este año, la Federación Española de Esperanto empezó a editar en Valencia un Boletín mensual, que tendría, entre otras finalidades, informar y coordinar las actividades de los esperantistas en todo el país.


XLII

1950 - Progresa notablemente el Esperanto en Zaragoza

El 29 de enero de este año, a las 10,30 de la mañana, tuvo lugar en nuestra sede social, la primera Junta General Ordinaria de Frateco después de la guerra civil autorizada por el Jefe Superior de Policía, aunque con la presencia obligada de un policía en el estrado de la presidencia.

Otra limitación era, que la asamblea no podía nombrar los miembros de la nueva Directiva, únicamente proponerlos al Gobierno Civil, que era quien decidía. Por ausencia del presidente Orós, la asamblea estuvo presidida por D. Eusebio Maynar Dupla, que no pudo leer el acta anterior porque, como se recordará, el libro de actas había sido sustraído por falangistas en su asalto al Centro en noviembre de 1941.

Se propuso la siguiente Junta Directiva que, varios meses más tarde era aprobada por el Gobernador Civil:

        • Presidente: D. José Orós Gimeno.

        • Vicepresidente: D. Pedro Marqueta Roy.

        • Secretario: José Martínez Martínez.

        • Vocales: D. Eusebio Maynar, Dr. Fernando de la Puente, Lorenzo Til, Maria Casasnovas, Jesus Puertolas, sacerdote padre E. Pérez, F. Mujica, M. Pinilla y José Guio.

Como ya hemos mencionado, la Directiva solo pudo entrar en funciones unos meses después de haber sido propuesta.

Los Cursos de Esperanto fueron anunciados en "Heraldo de Aragón" y "El Noticiero", por primera vez después de la guerra, que fueron dirigidos por F.Mujica el Elemental y A. Marco Botella el Superior, aun cuando la continua afluencia de nuevos alumnos obligó a improvisar dos nuevos cursos, que quedaron a cargo de José Guio y Salvador Morales.

En el mes de septiembre, fue fundada en Zaragoza la "Asociación Católica Española de Esperanto", que presidió el Dr. D. Fernando de la Puente Solsona, que como veterano socio de Frateco (desde el año 1920) nos hizo llegar un mensaje de colaboración. Su sede quedó oficialmente establecida en la calle Zurita, 13.

En diciembre fallecía uno de nuestros socios fundadores más ilustres, D. Pedro Ramón y Cajal, doctor en Medicina y Cirugía, catedrático de Histología y más tarde también de Ginecología, eminente investigador de gran prestigio en el mundo, sus trabajos alcanzaron un alto nivel, como los de su hermano Santiago (Premio Nobel de Medicina 1906); fue miembro de varias instituciones científicas nacionales e internacionales. Frateco, que unas semanas antes de su fallecimiento había rendido un homenaje a su saber y a su persona, participó en bloque en las honras fúnebres que le tributó toda Zaragoza.

También por primera vez después de la guerra civil, los esperantistas celebramos el 15 de diciembre el Día de Zamenhof con una cena colectiva, que estuvo precedida, primero por una lectura de textos sobre el creador del Esperanto en un salón de nuestro Centro, y más tarde por una conferencia pronunciada por el Dr. Fernando de la Puente en el salón de actos de la Agrupación Artística Aragonesa, que versó sobre una biografía del Dr. Esperanto. La novedad estuvo en pasar un film sobre la actividad esperantista en Budapest, algo sorprendente en ese momento, pues se trataba de un país del llamado bloque comunista de la Europa Oriental.

Fue este año el primero que iniciaba una normalización de la actividad esperantista en nuestra región, ahora bien sólo en Zaragoza capital, a los pueblos de Aragón todavía les quedaba un largo camino de madurez política a recorrer.


XLIII

1951 - El 12º Congreso Nacional, 1º después de la guerra civil

Zaragoza, Valencia, Tarrasa y Sabadell eran en este año las ciudades de España donde el Esperanto se vivía con mayor intensidad. La Federación Española de Esperanto tenía como proyecto prioritario realizar un Congreso Nacional, cuyo primer objetivo era reunirnos personalmente todos cuantos, sin distinción de credos e ideologías, activábamos ya a cara descubierta en el país.

Esa reunión a nivel nacional se debía airear convenientemente en la prensa y no solo como propaganda, sino sobre todo para dar confianza a todos aquellos de nuestros colegas que aun no se atrevían a declarar su condición de esperantistas.

Los necesitábamos urgentemente que vinieran a engrosar nuestras filas, aunque no fuera más que a título individual, pues en algunas capitales de provincia los respectivos Gobernadores aun se negaban a autorizar la refundación de Grupos de Esperanto.

La primera decisión consistía en elegir la ciudad donde habría de celebrarse: se pensó en Zaragoza, pero la Directiva de Frateco dio un no rotundo, a pesar de que los jóvenes estábamos dispuestos a realizarlo.

Había muy poca disposición entre los veteranos dirigentes para dar ese paso, porque se temía una reacción violenta de los más radicales del régimen. No había mucho para elegir, y al fin se decidió que el Congreso se realizara en Terrassa, para lo cual se solicitó el correspondiente permiso al ministro del Interior. Se hicieron todos los preparativos necesarios, pero los meses pasaban y el ansiado permiso no llegaba.

Ya se habían perdido todas las esperanzas de obtenerlo, incluso se proyectó que a falta de esa autorización nos reuniéramos de forma privada en un café de Barcelona, lo que en realidad entrañaba bastante riesgo...

En el último momento llegó el permiso del ministro y nos reunimos en la ciudad de Terrassa. Zaragoza estuvo representada por una decena de esperantistas. Fue todo un acontecimiento ver a los congresistas desfilar en manifestación con sus banderas por las calles de Terrassa hasta el Ayuntamiento, donde fuimos recibidos por el teniente Alcalde de la ciudad, que nos dio la bienvenida protocolaria. El Congreso tuvo un éxito por encima de lo esperando. Para muchos nos pareció un sueño del que no queríamos despertar.

El 11 de febrero de este año tuvo lugar la Junta General Ordinaria de Frateco en nuestra sede social, autorizada por el Gobernador pero con el correspondiente policía en el estrado de la presidencia. Se propusieron casi los mismos miembros para la Directiva, pero ya entraron caras nuevas con ideas más liberales, como Domingo Cebollero, José Guio y Salvador Morales. En realidad los jóvenes dominábamos todos los escenarios de la actividad del Centro, y de los veteranos solo de vez en cuando uno de ellos hacia acto de presencia, D. Pedro Marqueta Roy.

Los Cursos eran dirigidos, los Elementales por José Guio, Salvador Morales y Francisco Máñez, dos Superiores por A. Marco Botella. En el acto de apertura de los Cursos, o sea ya en septiembre y con numerosa asistencia, fue presentado como nuevo profesor del Centro el veterano Francisco Máñez, de Cheste, condecorado en 1927 por el Gobierno de la nación con la Medalla del Trabajo por sus denodados esfuerzos en la enseñanza del Esperanto, ahora residente en Zaragoza. A continuación Pedro Marqueta y Antonio Marco informaron ampliamente de sus impresiones sobre el Congreso de Terrassa.

Un trío de montañeros esperantistas compuesto por José Guio,Salvador Morales y Antonio Marco, interviene en una Marcha Nocturna de Orientación por la Montaña, organizada por Montañeros de Aragón y obtiene el primer premio.


XLIV

1952 - Las aulas de Frateco al completo

Efectivamente, las aulas de nuestro Centro se mostraron claramente insuficientes para dar cabida a tantos alumnos como nos llegaron. Dirigieron Cursos Francisco Máñez, Salvador Morales, Antonio Marco, Eduardo Buesa, Fco. Soto y Demetrio Berges. Éramos gente joven, con mentes abiertas a todas las ideas, suspirando por un futuro y mirando más allá de nuestras fronteras: deseábamos ponernos en contacto con el mundo exterior que nos rodeaba, con las gentes de otros pueblos, escapar de un ambiente carente de libertades que nos ahogaba, que pensábamos/pensamos que el Esperanto es un instrumento que nos puede servir para alcanzar ese ideal de libertad, paz, intercomprensión y progreso al que aspiramos en un mundo mejor.

Nuevamente nuestra Directiva fue consultada por la Federación Española de Esperanto para celebrar en Zaragoza el Congreso Nacional de este año, pero de nuevo los veteranos dirigentes se negaron a aceptarlo: el Congreso se celebró en Valencia y los esperantistas zaragozanos llenamos un coche de tren al completo. Pocas veces he visto a los jóvenes gozar más a fondo en la simple conversación con extranjeros en Esperanto, o vivir más plenamente todos y cada uno de los actos del Congreso: los debates sobre programas, la lectura de los poemas premiados en el Certamen Literario, la excursión por la Albufera, el banquete en un restaurante junto al mar...

Desde ese marco fantástico se veía muy lejos el mundo dictatorial que nos regía, las presiones políticas del cada día, la ausencia de las libertades con las que la mayoría de ciudadanos soñábamos... Está claro que para valorar justamente algo muy preciado, nada mejor que carecer de ello!

Por primera vez después del fin de la guerra civil se rebasaron en Frateco los cien socios, sin contar algunos que pagábamos directamente al Cajero, cuyos nombres por deseo expreso de los mismos, no estaban registrados en parte alguna, para no perjudicar a la Sociedad, ya que se trataba de personas "no afectas al régimen", y la Directiva estaba obligada a entregar cada año a la Autoridad la lista de socios. El número de cien no expresaba exactamente su real significado, puesto que aquí éramos en su mayoría jóvenes, que acudíamos diariamente al Centro, practicábamos el idioma y bullíamos mucho.

Más todavía, los domingos salíamos de excursión, (para su coordinación, Jaime Benito, nuevo directivo, había creado una Sección Excursionista) y cuando no lo hacíamos nos reuníamos también en el Centro, para lo cual habíamos solicitado el correspondiente permiso a la Directiva.

El 15 de diciembre, en el Dia de Zamenhof, antes de la cena colectiva para celebrar nuestro homenaje al Maestro, Jaime Benito, Salvador Morales y Antonio Marco organizaron una Exposición pública de documentos, periódicos y libros, que fue muy visitada.


XLV

1953 - La expresión pública de nuestra fortaleza - La UNESCO

El 15 de febrero se celebra en el salón de actos de la Cámara de Comercio la Junta General Ordinaria de Frateco, la realidad era que los numerosos socios activos hacían ya imposible celebrarla en nuestros locales de la calle Santa Isabel. Lo que no cambió fue la presencia de un policía en el estrado. El debate principal giró en torno a la organización en Zaragoza del 15 Congreso Nacional de Esperanto que debía celebrarse en 1954.

Como ya era habitual, los veteranos directivos dieron su respuesta negativa, pero los jóvenes ya no aceptamos esa imposición y a pesar de los malos augurios que daban como seguro el fracaso de un Congreso en Zaragoza, los jóvenes aceptamos la responsabilidad de ser nosotros los que lo organizáramos. El Vicepresidente Sr. Marqueta se puso de nuestra parte y después de un gran debate se nombró el Comité Organizador, que consistió de las siguientes personas:

        • Presidente, D. Pedro Marqueta Roy.

        • Vicepresidente, Dr. Fernando de la Puente Solsona.

        • Secretario, Salvador Morales Sada.

        • Vocales para las distintas actividades: Pilar Larruga, José Guio, Antonio Marco, Maria Casasnovas, Juan Montañés, Eduardo Buesa, Eugenio Ferrer y José Marftinez.

        • Presidente de Honor Don Manuel Maynar Barnolas, decano de Derecho la Universidad de Zaragoza y pionero de Esperanto, no solo de nuestra ciudad, sino también destacada personalidad a nivel nacional

Las dificultades se presentaron ya apenas se dieron los pasos iniciales para su organización: primero fue que el dueño del piso de nuestra sede nos denunció por "incumplimiento de contrato". El error y grave era, que nuestro presidente había subarrendado a los Filatélicos de Zaragoza uno de nuestros salones donde se reunian los domingos por la mañana, desde luego sin permiso del dueño.

Se perdió el juicio ante los tribunales ordinarios. Ante esa circunstancia el presidente de Frateco informó a la Federación Española de Esperanto que renunciaba a organizar el Congreso. Empezó el debate de nuevo, ahora todos contra el Presidente, incluso la Federación que ya lo tenía programado. Por fin se llegó a un arreglo: el dueño del piso consentía en aplazar el desahucio hasta después de celebrado el Congreso Nacional en septiembre de 1954. Eso no sólo nos permitiría mantener nuestra sede hasta la celebración del Congreso Nacional, sino también darnos tiempo para buscar un nuevo local.

En septiembre fallecía uno de nuestros fundadores más distinguidos, D. Emilio Artigas y Trigo, director de cursos en nuestro Centro durante muchos años de varias generaciones de esperantistas, incluso durante varios años profesor de Esperanto en la Universidad de Zaragoza, hombre probo, honesto donde los haya, trabajador infatigable e idealista fervoroso. Su último deseo fue que su cuerpo fuera enterrado envuelto en la bandera esperantista, y así se cumplió.

Otro problema grave que ya veníamos arrastrando de años anteriores era, la falta de espacio para atender todos los Cursos que había que organizar para atender la demanda de nuevos alumnos, no bastaba que en cada habitación se dieran dos cursos consecutivos, ni que el portero nos cediera una habitación más de las destinadas a su vivienda. El piso se nos había quedado muy pequeño para cubrir todas nuestras necesidades. Los profesores en ese año fueron J. Martínez, A. Marco, D. Cebollero, F. Máñez, D. Berges, J. López... A finales de año, nuestro colega Salvador Morales inició un Curso Elemental de Esperanto en la sede de la sociedad deportiva Montañeros de Aragón.

Con tanto problema no parece raro que la representación aragonesa en el Congreso Nacional de Bilbao fuese un tanto reducida: F. Máñez saludó en nombre de Frateco, y S. Morales declamó un poema en el Certámen Literario.

Es digno de resaltar, que en este año se hizo público el siguiente texto de una Resolución de U.N.E.S.C.O. acerca del Esperanto que decía así:

La Conferencia General de la UNESCO, Considerando:

a) que habiendo sido presentada a las Naciones Unidas una petición internacional en favor del Esperanto, firmada por 492 organizaciones, que totalizan 895.432 particulares, y remitida por el Secretariado de dicha Organización al de la UNESCO.

b) que UNESCO está en condiciones de poder apreciar los resultados conseguidos por el Esperanto en el desarrollo de las relaciones intelectuales y de comprensión entre los pueblos.

Requiere al Director General para que comunique la petición a los Estados Miembros, y emprenda, como una de las actividades normales del Secretariado, las necesarias tareas preliminares para permitir a la Conferencia General la decisión, en su octava sesión, sobre la acción que debe emprenderse acerca de esta petición.

Antonio Marco Botella