C - Meditación en la Semilla de la Adicción

Llegamos ahora a la etapa final en la batalla contra la adicción, pero debe quedar bien claro que la persona adicta no debe proceder al siguiente nivel de “pelar las capas” bajo ninguna circunstancia hasta que se haya estabilizado bien el nivel anterior.

En la primera meditación aprendimos a encontrar la “experiencia X”.

Y digamos que, teóricamente, es fácil entenderla, pero no es fácil de ejecutar de una manera correcta para que esta fuerte "experiencia X" quede al descubierto.

Uno de los grandes problemas aquí es que la mente, si no eres muy cuidadoso, la falsificará. Recuerda que no estamos buscando cómo te sientes con la adicción al ejecutarse, o qué piensas acerca de la adicción.

Lo que surge es algo subliminal y normalmente no consciente.

Usando esta experiencia X como parte de la transformación del nivel siguiente, tras la estabilización se produjo la aparición de un cierto disgusto por la conducta a la que uno era adicto. No será algo fuerte, pero estará presente.

Ahora bien, eso no es lo mismo que el disgusto que puedes haber desarrollado mentalmente por tu adicción... tampoco es algo emocional… es una respuesta visceral que puedes sentir en la parte baja del abdomen cada vez que te acercas a la adicción o que incluso cada vez que piensas en ella.

No será lo bastante fuerte como para evitar tu adicción continua, pero es el primer signo de que la meditación está funcionando para ti y que la Naturaleza de Buda está presente como homeostasis fisiológica.

El tercer nivel de meditación involucra por tanto a esta Naturaleza de Buda.

Así pues, ¿qué es exactamente esta Naturaleza de Buda?

En lenguaje trascendental, podríamos decir que es un espíritu natural que es la naturaleza básica de la criatura humana, que permite una comprobación y un equilibrado de todos los impedimentos y manchas presentes en la mente contaminada.

Fisiológicamente podríamos decir que es un sistema homeostático que intenta corregir la armonía y equilibrio cuando existen errores que causan estrés y tensión en el sistema.

Cuando está funcionando correctamente, ninguna adicción puede tener lugar. Cuando la Identidad está presente, entonces la homeostasis protectora queda cortocircuitada.

Por tanto, esta meditación está dirigida a restaurar esa homeostasis.

La Meditación

La base inicial triple permanece igual, pero esta vez en la pre-programación uno debe conceptualizar la Naturaleza de Buda. Con estas meditaciones sencillas solo puedes usar la mente cognitiva, pero hazlo lo mejor que puedas para generar un sentido abstracto de lo que es esta Naturaleza de Buda sin usar palabras. Luego dale a esa experiencia una palabra simple que se asocie con ella como nombre… No debe haber cadenas conceptuales de pensamiento u otras asociaciones.

Este sentido abstracto, que tiene un alto nivel de certeza y confianza adjunta, debe enlazarse con la Experiencia Y de la última meditación.

En la meditación, la evitación más fuerte de la adicción se notará al final de cada meditación, o bien aparentemente durante la meditación, como una ilusión.

Lo que se experimenta entonces es una aparente experiencia negativa. Una vez más, aquí no se puede revelar cómo es o la mente la inventará. Basta con decir que se trata de una experiencia desagradable y negativa. A esta experiencia la llamaremos Experiencia Z.

Acompañando esta experiencia puede surgir una incredulidad o un sentido de desesperación, pero eso solo es una respuesta mental.

Con meditación continua, esta Experiencia Z dará paso a un sentido de Ecuanimidad que no debería ser de ninguna manera una indiferencia mental, así que debes vigilar cualquier signo de indiferencia mental como escape y permtiri que se vaya.

Poco a poco, con sucesivas meditaciones desarrollarás una gran resiliencia y resistencia a la aparente Identidad que es adicta. Pero aún no será suficiente. La Identidad no será desbancada por una simple meditación como las presentadas aquí, pero ahora uno debe aceptar cognitivamente este rechazo de la aparente Identidad de uno mismo cuando surge. En meditaciones sucesivas, con gran calma, paciencia y determinación que no sean mentales y una perseverancia natural, lo que saldrá es un sentido natural de querer ayudar a otros, algo completamente diferente del sentido mental que puedes haber desarrollado en otras ocasiones.

En un momento, cuando menos se lo espere, emergerá un camino de acción que es antagonista a cualquier adicción. En ese punto sin apego mental, uno simplemente debería fluir con este impulso, manteniéndose con esta meditación hasta que cese toda adicción, y se vea ahora que la experiencia Y ha perdido toda fuerza como factor de la adicción.