5. ENTENDER LA SUTILEZA Y EL GRAN DILEMA

EL GRAN DILEMA DE HOY

La pregunta es, ¿cuántos de los que leen esto pueden entender de verdad la sutileza de esa primera meditación bajo la pomarrosa? No es tan fácil como te puedes imaginar, porque la lógica y el pensamiento lateral por sí solos no son suficientes.

Debemos recordar que estamos hablando de meditaciones de los jhanas y de un cambio de dirección por parte de Buda que llevó a la capacidad de modificar Vitakka y Vicara para generar tanto la meditación supramundana como la meditación vipassana (una absorción deliberativa); ambas son bastante diferentes de cualquier meditación anterior.

También hizo posible la incursión en las meditaciones avanzadas de los tibetanos y los chinos, así como las meditaciones Dao y Chan que presentamos.

Sin embargo, cuando consiguió su gran avance –que divergía de las meditaciones de jhanas previas de los brahmanes en la medida en que no había barrera cognitiva en Vicara, de manera que se podían tener Experiencias Cognitivas DIRECTAMENTE sin el más mínimo impedimento– eso todavía no empujó su meditación a las experiencias más sutiles completamente más allá de las PURAS EXPERIENCIAS COGNITIVAS ni más allá de la ÚLTIMA CONCEPTUALIZACIÓN. Eso habría de ocurrir más tarde.

La segunda parte de su éxito estribó no en la meditación en sí, sino en su estado de mente antes de que empezara cualquier meditación.

Es este estado el que es esencial para cualquier seguidor del Budadharma. No importa un comino cómo entiendes de bien si no estás libre de estos apegos.

¿Cuál era el estado de la mente de Gautama?

ASCO HACIA EL MUNDO Y SUS PLACERES

Gautama era un hombre bien educado, con una mente inteligente y destreza física. Su temperamento era aversivo, con disposición hacia la sensibilidad. Sin duda en su vida protegida y privilegiada había desarrollado su visión ideal del mundo, que quedó hecha añicos por sus encontronazos con la enfermedad, la vejez y la muerte.

Podemos decir, por tanto, que su visión de su propia vida, de todo lo que le rodeaba a él y al propio palacio, era de gran asco y que incluso rechazaba ver dentro de sí mismo esta tendencia a aferrarse y apegarse a los fenómenos.

Una cosa que es segura es que su primer trance estuvo libre de toda doctrina previa y posterior, y como consecuencia no desarrolló postulados teóricos en la meditación. La experiencia del sufrimiento y la presencia del gozo y el rapto no le transmitieron ningún mensaje claro en relación con las Cuatro Nobles Verdades, pero fueron la base para sus descubrimientos posteriores.

UNA MENTE LIBREPENSADORA

El ambiente en el territorio Shakya era bastante liberal y por ahí pasaban muchos ascetas, que en ocasiones ofrecían discursos interesantes. El resultado fue que Gautama desarrolló una mente librepensadora, que contribuyó a sus meditaciones. No recurrió a los métodos comunes de los brahmanes, ni tampoco usó cuentas de oración devocionales, ensalmos, ni rituales tradicionales.

Tampoco contempló ninguna entidad metafísica ni tenía en su mente una masa de abstracciones filosóficas. Sus pensamientos estaban apartados de los placeres mundanos, lo que le permitió organizar su trance con mayor eficacia. Muchos piensan que empleó la técnica de observar la respiración, pero eso fue un añadido muy posterior a su sistema del Dharma.

Algunos textos sugieren que su tema fue el origen (prabhava) y la destrucción (apyaya) del mundo, pero es una conjetura equivocada. Es cierto, no obstante, que como resultado de sus experiencias, especialmente la visión del asceta, surgió la pregunta de “¿Cuál es el bien supremo?”.

Sus dudas respecto de la eficacia de los sistemas brahmánicos también se vieron sacudidas probablemente antes de que se sentara en esa meditación de la pomarrosa, y ese fue un factor importante, ya que Buda luego se refirió a esa meditación como una “meditación de la mente”, en la que el tema simplemente se introduce en Vitakka, se sostiene en Vicara, y se le permite ir adonde quiera cuando los dos se disipan, de manera que es la mente misma la que abraza el tema sin interferencia mental predispuesta.

Al explicar este primer trance, Buda dijo: “Recuerdo cuando estaba sentado bajo la sombreada pomarrosa en el campo de labranza de mi padre Shakya que, lejos del deseo sensual y de pensamientos malvados, había organizado y morado en el primer jhana con Vitakka, Vicara, rebosante de gozo y placer nacido del aislamiento, ‘Este quizá sea el camino al despertar Bodhi’”. Mucho más tarde, cuando había concluido sus austeridades, en ese momento una voz interna dijo, ‘Este es el camino al Bodhi’.

PERPLEJIDAD: LA LIBERTAD RESPECTO DEL SABER

En dos palabras podríamos decir que su pregunta era “¿Qué demonios está pasando aquí?”, en la que deliberó sobre cómo reconciliar el placer concomitante con el sufrimiento humano fundamental.

Desde un punto de vista Chan, podemos suponer que se sentó con el aparente conocimiento cognitivo del sufrimiento y la injusticia, llevándolo a Vitakka y estableciendo un gran “¿Qué?” al estilo Chan, sin que hubiera ni rastro de la más mínima respuesta. No estamos sugiriendo que ese fuera el origen del “¿Qué?” del Chan, sino más bien que su estado mental era de una total perplejidad, en la que no podía ni siquiera definir realmente la pregunta, sabiendo que probablemente no había ninguna respuesta razonable.

LA LIBERTAD RESPECTO DEL SER Y DEL DESEO DE SER

Así pues, si nos colocamos en su posición, ¿qué podríamos decir que condensara su estado mental en una breve frase? Era un estado mental en el que no había absolutamente ningún pensamiento consciente o subliminal sobre quién era, qué era ni lo que podría ser.

Simplemente quería saber lo que la mente podía decirle al estar libre de toda restricción consciente. Descubrió al menos que la mente era brillante, pura y flexible y se deleitó en el gozo y la ecuanimidad con una única idea futura en mente, que era estabilizar su meditación.

Había también otras cualidades básicas que poseía, en parte debido a su temperamento: saddha, virya, y sati.

Saddha es una tendencia consumada a moverse con pasión hacia lo que se considere que merece el esfuerzo.

Virya es un vigor fuerte, que es una resistencia a la locura personal contraria a su propia razón.

Sati es una memoria bien formada.

Más tarde, pasada la meditación de la pomarrosa pero antes de abandonar el palacio, desarrolló Samadhi y, mediante las meditaciones brahmánicas, Panna, que consideramos como discernimiento válido.

AUSENCIA DE DUDA ESENCIAL O ARREPENTIMIENTO

Aun estando perplejo, Gautama no albergaba duda alguna en cuanto a la eficacia de los trances cuando se realizan correctamente, sin “yo” o “mío”. Tampoco tenía ninguna exigencia de que le respetaran, así que su búsqueda reflejó esa condición de ausencia de Identidad y de arrepentimiento.

UNA IDEA EQUILIBRADA DEL CUERPO Y MENTE

Su idea básica era que el cuerpo/mente funcionaba solo para recordar, y por tanto desechó la pereza y la fatiga corporal y mental tanto antes como después de la meditación. Date cuenta sin embargo de que durante el primer trance había una conciencia de fondo respecto del cuerpo, la mente y la discriminación.

EL DILEMA PRESENTE

El dilema actual que se debe confrontar es que hay dos vías erróneas que los seguidores del Budadharma pueden tomar en relación con la verdad de este nuevo acceso.

La mayoría lo rechazará como algo bien sabido pero de poco valor, y la minoría, apegándose a las palabras que aquí se presentan pero sin mayor penetración, creerá que entienden de verdad y que de hecho están haciendo sus meditaciones usando el sistema de Buda.

Ten mucho cuidado con tu auto-evaluación.