01. EL NACIMIENTO FAVORABLE

Castle Street alrededor de 1.900

La palabra “nacimiento” se refiere al surgimiento de la idea equivocada de “Yo” o “mío”. No se refiere al nacimiento físico, como generalmente se supone. La asunción equivocada de que esta palabra “nacimiento” se refiere al nacimiento físico es un obstáculo mayúsculo para comprender las enseñanzas de Buda.

Un nacimiento favorable para una vida emergente nueva es entonces aquel que forma un escenario sobre el que la Identidad encontrará difícil el mantenerse. Nacer entre la abundancia y el poder como lo hizo Buda, no es en sí mismo ni por sí mismo un nacimiento favorable. Lo que fue favorable era la sensibilidad de su madre y su educación, junto con el componente genético del Dharma debido a un temperamento “aversivo” heredado de su padre.

Así fue en condiciones de relativa pobreza en Plymouth, en su antiguo barrio marítimo (el Barbican), en el número 2 de Castle Street, donde nació Arthur Easton. Antes se llamaba el Callejón de la Condenación (Damnation Alley), rebosante de vida local, descrita por los observadores de su tiempo como “asquerosa de día” con una “segunda comunidad ofreciendo lo espantoso del distrito por la noche – una población de los desheredados y disolutos que inhalaban sus propios olores pestilentes y se disipaban con la noche”.

Sin embargo, el autor de este texto fue alumbrado en circunstancias favorables en Castle Street, con un padre inteligente de temperamento aversivo y una madre de sensibilidad.

Pero ¿para qué contar este relato? Se espera que aquellos que lo lean, aun en la masa abundante del Samsara manchado, puedan recibirlo como una lección de que todas las criaturas humanas, cualesquiera sean su estatus, raza, educación o circunstancias desafortunadas, pueden avanzar sobre un camino natural y correcto.

La verdad no se recopila de los libros, ni siquiera de los sutras, que pueden resultar de gran ayuda, sino de las experiencias de cada día, que forman la base necesaria para el avance. Para el autor comenzó en el nacimiento, pero para otros a los cuarenta o más, un nuevo nacimiento dentro del Samsara manchado puede comenzar con vigilancia diaria y una conciencia de las enseñanzas disponibles preparadas.

Arthur, el padre, un orgulloso pescador, trabajador duro y no bebedor, tenía en aquella época su propio barquito de pesca, que llamó “Mi Delicia” con el número de registro PH 57. ¡Sí, Mi Delicia! Lo recuerdo bien y era su delicia. Su mujer e hijo también eran su delicia.

Antigua fotografía recuperada de "Mi Delicia"

Según me contaron, declaró cuando el niño nació: “ningún hijo mío va a vivir en un lugar semejante”. Y así nos mudamos tan pronto como fue posible a Smeaton Terrace, con una vista de la Explanada marítima de Plymouth y la Torre Smeaton, reconstruida sobre el viejo faro Eddystone, y el mágico mar del estuario de Plymouth.

El niño, sano y en forma, fue bautizado con el nombre del padre, Arthur, luego sería llamado Pequeño Arthur según la costumbre. El segundo nombre fue Montague, el apelativo del abuelo por parte de padre; después William, el apelativo del abuelo por parte de madre. Así pues el pequeño Arthur fue identificado siempre en aquellos primeros años con esos nobles nombres.

Entonces la ilusión de este cuerpo/mente captada como “yo”, junto con todo lo que era “mío”, entró en el mundo de la Dualidad del Samsara.

Arthur Frederick Easton. Pescador de Plymouth en 1.946