¿Karma?

«Aparta el rostro de los engaños del mundo; desconfía de tus sentidos: son falsos. Dentro de tu cuerpo, en el santuario de tus sensaciones, busca en lo impersonal al "Hombre Eterno". Una vez lo halles, mira hacia dentro; tú eres el Buda.» Una descripción tradicional de la ley del karma

En una descripción tradicional de la ley del Karma, se dice: «La ley del Karma es la ley de la retribución de los actos; nuestros actos (karma) producen obligatoriamente sus frutos (phala). Para que un acto produzca fruto, debe ser moralmente correcto (kusala) o moralmente incorrecto (akusala). El Karma es condicionado por un movimiento de la voluntad, el cual, por cuanto deja un vestigio en la psique del agente, orienta el destino en una dirección determinada por la retribución correspondiente».

Pero si el concepto del Karma fuese tan directo, se podría preguntar, con mucha razón, ¿por qué un hombre como Jesús el Nazareno, después de una vida dedicada a la Compasión Universal, fue crucificado?

Claramente hay algo que se nos escapa en el concepto de ley expresado arriba.

Se podría modificar el concepto y decir que la recompensa viene en una vida próxima,

que es una idea muy atractiva y muy seductora para la Identidad y una motivadora social eficaz. Pero la verdad de la ley del Karma es mucho más elegante que esto. Veámosla.

Buda dijo muy claramente que las consecuencias de dos acciones iguales no tienen el mismo resultado.

Las consecuencias de un acto dependen de muchos factores tangenciales a la acción original. Una acción correcta no necesariamente resulta, en esta vida, en una consecuencia perceptiblemente favorable; y una acción incorrecta no necesariamente resulta, en esta vida, en una consecuencia perceptiblemente desfavorable.

La recompensa por una acción recta es mucho más simple, bella y elegante de lo que puedas imaginar.

Cuando tienes acciones, actitudes y intenciones correctas, con ecuanimidad, se refuerza el ciclo de Actitudes, Intenciones, y Acciones Correctas, y con ello la Ecuanimidad.

Parece una recompensa mucho más adecuada y magistral, porque es la fórmula que permite que alguien pueda seguir en el camino de la liberación.

La retribución para las acciones no rectas es también mucho más simple, bella y elegante de lo que puedas imaginar.

Hay un refuerzo de Acciones, Intenciones y Actitudes Incorrectas, así como de la falta de Ecuanimidad.

Parece que esta retribución es también mucho más adecuada y salomónica, porque es la fórmula que empuja a esta persona a seguir en el camino hasta encontrar la verdadera salida de su camino de Ignorancia.

Pero el efecto de un acto, sea corporal, mental, o verbal, no está determinado principalmente por la realización misma del acto, ni por las actitudes a la base del acto, sino sobre todo por su intención.

Para mantener rondas constantes de karma positivo, te hace falta constancia en el ciclo de reforzamiento con el proceso de Acciones Rectas, Intenciones Rectas, Actitudes Rectas y Ecuanimidad.

Así hay un crecimiento constante de Karma positivo.

Las formaciones kármicas están condicionadas por la Ignorancia.

    1. Las formaciones kármicas (la actividad volitiva, la intención) están condicionadas por la Ignorancia.
    2. La conciencia está condicionada por las formaciones kármicas.
    3. La mente y el cuerpo están condicionados por la conciencia.
    4. Los seis campos sensoriales están condicionados por la mente y el cuerpo.
    5. La impresión está condicionada por los seis campos sensoriales.
    6. El sentimiento está condicionado por la impresión.
    7. El deseo está condicionado por el sentimiento.
    8. El apego está condicionado por el deseo.
    9. El devenir está condicionado por el apego.
    10. El nacimiento está condicionado por el devenir.
    11. La vejez, la aflicción y la muerte están condicionados por el nacimiento.
    12. La Ignorancia está condicionada por la vejez, la aflicción y la muerte.

Los doce funcionan con causalidad y condicionalidad mutuas.

La ronda completa es la Rueda del Sufrimiento:

El Surgimiento Condicionado.

¿Qué son la Causalidad y Condicionalidad mutuas?

La causalidad mutua es una cadena de causas y efectos.

Si un elemento de la cadena se rompe, no hay causalidad.

Si una semilla no se planta, no hay brote.

Sin brote no hay hoja, etc.

La condicionalidad mutua necesita la presencia de cada uno de los seis elementos (dhatu) para manifestarse:

Tierra (solidez), Agua (Cohesión), Fuego (Nutrimiento), Viento (Aliento), Espacio, y Tiempo. Si falta uno de los elementos, la semilla puede morir.

La Ignorancia es la Gran Oscuridad, la captación falsa, el no-conocimiento.

Cuando se habla de la producción de karma positivo, es el proceso que actúa para disolver la Ignorancia.

La producción de karma negativo es el proceso que incrementa la potencia de la Ignorancia.

¿Cómo se puede destruir esta cadena?

-> Disolviendo por lo menos uno de sus componentes:

    1. La conciencia
    2. La mente y el cuerpo
    3. Los seis campos sensoriales
    4. La impresión
    5. El sentimiento
    6. El deseo (Trishna)
    7. El apego (Upadana)
    8. El devenir
    9. El nacimiento
    10. La vejez, la aflicción y la muerte
    11. La Ignorancia (Avidya)
    12. Las formaciones kármicas

Para cortar la cadena, el método del Theravada es disolver EL DESEO y EL APEGO. Por tanto, la respuesta de los Theravadines es la renuncia al deseo y al apego.

En el método del Mahayana para cortar la cadena es disolver LA IGNORANCIA. Por tanto, el foco de todas las prácticas Mahayana es LA DUALIDAD.

Las formaciones kármicas están continuamente en cambio. Este cambio se acumula y refleja en la Energía Sutil.

Conceptualmente es posible saber cuál es el estado kármico de una persona en cualquier momento. El único lugar donde hay un sentido de la existencia de karma (con gran imprecisión) está en la Conciencia.

Por eso se dice que el karma es como un río de la Conciencia.

Pero la energía sutil acumulada no es la misma cosa que la Conciencia.

Por culpa de esta confusión, hay muchos errores conceptuales sobre el karma.

¿Qué significan los componentes en rojo?

    1. La conciencia
    2. La mente y el cuerpo
    3. Los seis campos sensoriales
    4. La impresión
    5. El sentimiento
    6. El deseo
    7. El apego
  1. El devenir
  2. El nacimiento
  3. La vejez, la aflicción y la muerte
    1. La Ignorancia
    2. Las formaciones kármicas

EL DEVENIR es como la masa de pan antes de que se repose. Está completamente hecha, pero necesita de la condicionalidad apropiada para transformarse en el nacimiento. Es como conocer la DUALIDAD sin haber captado todavía la esencia de la Identidad.

EL NACIMIENTO es el comienzo de la conciencia de sí mismo, la Identidad. Es fugitivo porque con cada cambio en el Surgimiento Condicionado, hay un nuevo nacimiento.

LA VEJEZ, LA AFLICCIÓN Y LA MUERTE son las consecuencias naturales del nacimiento y de la Identidad.

Con cada cambio en la cadena del Devenir y del Nacimiento, hay un nuevo Devenir y Nacimiento. El Devenir de la nueva semilla de la Identidad es la Muerte de la vieja. Por tanto, hay una constante transformación de la Identidad en medio de la vida aparente.

Esto es la REENCARNACIÓN ORDINARIA.

La REENCARNACIÓN ORDINARIA es un proceso continuo en la vida de cada persona.

Es la acumulación gradual de la energía sutil en las formaciones kármicas.

Puede representarse como una línea continua, interrumpida por la muerte.

¿Qué pasa con esta energía en el momento de la muerte?

En el momento de la muerte, esta energía se libera del cuerpo huésped (la conciencia última) y tiene un nivel energético.

Si, en el momento de la muerte, la energía está en crecimiento y presenta una protección sutil para la propia naturaleza, se considera que posee una valencia positiva.

Si no es así, se considera que posee una valencia negativa.

Sin memoria propia, conciencia u otra característica de la conciencia última, la energía puede encontrar otro huésped (una conciencia primera).

Eso es la REENCARNACIÓN EXTRAORDINARIA.

Examina ahora la Estrofa 5 de las Nueve Estrofas de Kambala que presenta recomendaciones para meditar en nueve temas.

5. La reencarnación es un espejismo

«Se dice que la reencarnación surge por el poder (energía) del Karma y se caracteriza por los seis dominios: Es como un espejismo»

Las formaciones kármicas (la actividad volitiva, la intención)

están condicionadas por la ignorancia.

La conciencia

está condicionada por las formaciones kármicas.

La mente y el cuerpo

están condicionados por la conciencia.

Los seis campos sensoriales

están condicionados por la mente y el cuerpo.

La impresión (percepción)

está condicionada por los seis campos sensoriales.

La única manera que puedes entender la REENCARNACIÓN ORDINARIA y la REENCARNACIÓN EXTRAORDINARIA es por los seis sentidos porque los seis sentidos (visión, audición, gustación, tacto, olor y la mente) son los únicos contactos entre el mundo interno y el mundo externo.

Por vía de los sentidos, hay una percepción de la relación entre el externo, el interno y los cambios percibidos, que permiten la noción del tiempo.

El cambio y el tiempo definen la vida de cada persona y también la interrupción de la vida, que es la muerte.

Con contemplación en la vacuidad de los sentidos, se puede ver la muerte como un espejismo y ver que el cambio del cuerpo y mente, en cada momento de esta vida, no es diferente del cambio de un cuerpo a otro cuerpo después de la muerte.

Así se puede ver la reencarnación ORDINARIA en la EXTRAORDINARIA, y la EXTRAORDINARIA en la ORDINARIA, y ver que no hay diferencia.

En el momento del cambio en la REENCARNACIÓN ORDINARIA, después del Devenir, no existe ningún rastro del viejo ciclo.

Todo desaparece, y lo único que sigue es la acumulación de energía, en un microsegundo, cuando se transmite, con su valencia, a la nueva ronda del Surgimiento Condicional en este cuerpo.

En el momento del cambio en la REENCARNACIÓN EXTRAORDINARIA, después del Devenir, no existe ningún rastro del viejo ciclo.

Todo desaparece, y lo único que sigue es la acumulación de energía, en un microsegundo, cuando se transmite, con su valencia, a la nueva Conciencia del nuevo cuerpo.

Por tanto, la muerte es sólo un punto en la perpetuación de la energía de las Formaciones Kármicas, artificialmente marcado y notado por nuestro concepto de la muerte y por el cambio de huésped.

Es sólo nuestro egoísmo dual el que crea una posesión individual del espacio y del tiempo entre el nacimiento y la muerte.

Nuestro egoísmo es la base del sufrimiento en las conceptualizaciones de la muerte y el falso júbilo ante el aparente nacimiento.

Sería más apropiado expresar un gran júbilo por el proceso de la muerte, que ofrece la posibilidad de ayudar a todos los seres sintientes.

Shan-jiàn