Más allá de las palabras

更奥秘于言

Jesús el Nazareno dijo,

" Yo soy El Camino". Puesto que en el Budismo, la verdadera naturaleza de cada persona es el Camino y también la aparente Meta, cada persona puede decir, "Yo soy El camino". ¿Quién, entonces, es el Caminante? Tu propia Naturaleza. El Caminante, el Camino y la Meta son uno e indivisible. Las diferencias individuales son sólo máscaras detrás de las cuales se esconde la Naturaleza Humana universal y el Camino invisible.

LOS CUATRO INCONMENSURABLES

ESTÁN MÁS ALLÁ DE LAS PALABRAS

En el Budismo Mahayana, la vía gradual está basada en el desarrollo paulatino de la bodhichitta o "mente de Iluminación" por medio de la bodhichitta de la INTENCIÓN, con las experiencias directas de Compasión, y por medio de la bodhichitta de la ACCIÓN, con las experiencias directas del Amor Benevolente.

Los principales elementos de la bodhichitta de la INTENCIÓN, de acuerdo con la tradición Ñingmapa recogida por Azom Drugpa, son "Los cuatro inconmensurables, catalizadores de la Iluminación".

(1) ecuanimidad

(2) amor benevolente

(3) compasión

(4) júbilo por el bien de otros

Práctica simple de los cuatro sublimes estados de la mente

La Compasión, Benevolencia, Júbilo y Ecuanimidad

Con pensamientos de Compasión, primero hacia el este, luego hacia el sur, después hacia el oeste, luego hacia el norte; luego arriba, abajo y todo alrededor, identificándose con todo, uno llena el universo entero con pensamientos de compasión, con un corazón que se ha vuelto grande, amplio, ilimitado, purificado de toda mala voluntad.

Dirige esta Compasión a todas las criaturas sintientes del mundo sin excepción. Comienza por los amigos y la familia y gradualmente incluye a los desconocidos y a los enemigos.

Haz esta práctica tres veces más con: Benevolencia, Júbilo, y Ecuanimidad.

En la meditación Theravadin documentado en el Vishuddimagga,

estos cuatro estados son importantes temas de meditación. Se llaman los Cuatro Sublimes Estados.

La bodhichitta de la ACCIÓN está constituida por los seis o diez paramitas (trascendencias).

Cuando se habla de seis, son:

(1) Dana (generosidad)

(2) Sila (disciplina)

(3) Kshanti (paciencia)

(4) Virya (perseverancia)

(5) Dhyana (absorción)

(6) Prajña (sabiduría)

Cuando se habla de diez, se les agrega:

(7) Upaya (medios hábiles)

(8) Pranidhana (aspiración piadosa)

(9) Bala (poder)

(10) Jñana (gnosis/sabiduría primordial)

Los cinco primeros paramitas corresponden al método (upaya), que resultan en la acumulación de beneficios espirituales (punya).

Estos cinco nutren, soportan y mantienen el sexto. En tanto que desarrollos en el sendero, se van manifestando espontáneamente, de manera sucesiva, a partir del momento en que el bodhisattva accede al sendero de la verdadera comprensión, descubriendo vivencialmente la inseparabilidad de la sabiduría de la experiencia directa del estado primordial.

En el sistema Theravadin, la meditación sobre la Ecuanimidad puede permitir que alguien alcance el cuarto Jhana. La meditación sobre los otros tres Estados Sublimes: Amor benevolente, Compasión, y Júbilo, permite alcanzar el tercer Jhana.

Después del octavo Jhana, Buda entró en el estado primordial. Para los Theravadin, es el estado donde hay una cesación total de los fenómenos físicos y mentales: un estado idéntico al del Mahayana; el "descubriendo de la inseparabilidad de la sabiduría de la experiencia directa del estado primordial."

Este descubrimiento está Mas Allá de las Palabras

Puedes ver claramente que en la meditación base de los sistemas Theravadin y Mahayana

hay diferencias sólo en el color del espectro. Los dos están en el mismo arco iris.

Todos los conceptos de separación entre el Theravadin y el Mahayana estriban en su manera de ver

el fenómeno del camino y en las etiquetas que utilizan para describirlo.

El desarrollo en el sendero gradual del Mahayana también puede entenderse en términos de la superación de dos grupos de obstáculos que mantienen a los seres en el ignorancia.

El primer tipo de obstáculo es el de las pasiones (kleshavarana), que se habrá superado al pasar del séptimo al octavo nivel. (bhumi)

El segundo tipo de obstáculo es el del conocimiento no intelectual (jñeyavarana), que se habrá superado al pasar del décimo al decimoprimer nivel.

El decimoprimer nivel constituye, en este vehículo, el punto de llegada de la vía y se considera como la Budeidad (la realización suprema).

Esta Realización Suprema está Mas Allá de las Palabra

No es fácil explicar exactamente los matices de la vía gradual del Vajrayana. La diferencia principal está en el concepto de refugio y la relación con el Guía Espiritual. En los sistemas Theravadin y Mahayana, el Guía Espiritual no es una figura de autoridad incuestionable. Es un kalyana mitta (amigo noble) que ayuda a cada adepto a aprender en el camino.

En el sistema Vajrayana, la relación entre el Maestro y el adepto es de refugio, porque el Maestro (lama), es Buda en palabra, cuerpo y mente.

En el Vajrayana se toma refugio también en una gran variedad de Budas, Bodhisattvas, Deidades y Guardianes unidos bajo el personaje del Guía Espiritual. Estas figuras representan aspectos de la verdadera naturaleza de cada persona, que es Buda.

No es un refugio diferente del refugio básico. Es simplemente una extensión del refugio en el Dharma dentro de cada persona.

El Verdadero Refugio está Más Allá de las Palabras

Las prácticas relacionadas con el refugio son sutiles y psicológicamente complejas. En una breve explicación no se puede explicar la riqueza de las practicas y meditaciones. Pero hay una pequeña historia, narrada por Lama Taranatha, que puede ser muy ilustrativa sobre la relación entre el adepto y estas figuras.

Abhayakaragupta era oriundo del Sur de India. Su madre era brahmana (casta sacerdotal) y su padre era kchatriya (casta guerrera). Desde una edad muy temprana manifestó extraordinarias dotes intelectuales y se afanó en el estudio de toda clase de textos, incluidos los Vedas, la gramática y la filología. Llegó a dominar las tradiciones textuales, así como los tantras de las escuelas no Budistas. Parece haber sido una persona meticulosa, como se esperaba lo fueran los brahmanes, fiel a las normas que ordenaban eludir a las personas y situaciones propensas a la profanación, incluidas las personas de castas inferiores y sustancias como la carne de vaca y el alcohol.

Una buen día, se había encerrado en su jardín y estaba recitando Mantras, cuando se le apareció una hermosa doncella. Dijo: "Soy una joven chandala (casta indeseable) y quiero practicar contigo." "Eso es imposible," respondió Abhayakaragupta. "Soy una persona de casta superior y sería una deshonra."

La doncella se ausentó, pero cuando Abhayakaragupta volvió la cabeza, comprobó que las puertas seguían cerradas por dentro. Eso provocó ciertas dudas en su mente. Se preguntó si la joven a la que había visto no sería de algún modo extraordinaria. Para disipar sus dudas, decidió consultar a un yogui Budista que conocía.

"Es muy lamentable que no aceptaras su invitación," respondió el yoguin, "porque esa doncella era la diosa Vajrayogini, la Buda hembra. Te habría otorgado el siddhi (la realización). Tienes una clara afinidad espiritual interna con los Budistas," prosiguió el yogui. "Deberías ir al Este y hacerte Budista."

Abhayakaragupta fue a Bengala y siguió la sugerencia del yoguin. Pero en lugar de ingresar en el camino de la meditación, se ordenó como bhikshu y siguió la senda de la erudición. Se le conocía como experto en Vajrayana, pero no lo practicaba.

En una ocasión, se encontraba en el patio de un templo, cuando apareció una doncella con un trozo de carne de vaca, chorreando de sangre. "Soy una joven chandala," dijo la recién llegada. "He sacrificado este animal especialmente para ti. Cómetelo." La invitación era una afrenta para Abhayakaragupta como brahmán y monje Budista. "Soy un bhikshu de pura casta," respondió Abhayakaragupta. "¿Cómo puedo comer la carne de una vaca sacrificada para mi?" Entonces la joven chandala desapareció del patio.

Entonces empezó a recorrer caminos hasta encontrar varios maestros de los que recibió instrucciones orales sobre la meditación. Por último, acudió a un maestro tántrico y recibió todas las enseñanzas sobre el Vajrayana. Durante la noche del octavo día del mes, mientras estaba meditando, apareció en su celda una doncella, cuyo aspecto era de la criada que servía agua a su maestro. De su cesto, sacó numerosos objetos para una fiesta litúrgica tántrica.

"Me ha mandado tu maestro, para celebrar contigo un ganachakra," dijo. "Nunca lo he practicado," respondió Abhayakaragupta. "No importa. Hagámoslo ahora," insistió la doncella. Pero Abhayakaragupta, debido a sus escrúpulos e ideas preconcebidas, se negó a participar. "Conoces trescientos tantras y has recibido sobre los mismos la mejor instrucción oral," dijo la doncella. "¿Cómo puedes llegar a dudar de su puesta en práctica?" Recogió los objetos festivos y se retiró. De pronto oscureció en la celda. Cuando Abhayakaragupta examinó la puerta, comprobó que seguía cerrada por dentro.

Abhayakaragupta le contó a su maestro entonces lo ocurrido. "Era Vajrayogini que te ha ofrecido el alcance de la realización, pero lo has rechazado," dijo el guru. Entonces, Abhayakaragupta, desesperado, se negó a comer durante siete días e invocó a Vajrayogini. Durante la séptima noche, vio en sueños a una anciana. Comprendió que se trataba de Vajrayogini y le ofreció su confesión y sus súplicas.

Entonces, Vajrayogini adquirió su forma real y le dijo, "A lo largo de muchas vidas, has recitado mi Mantra y me has hecho muchas ofrendas. En esta vida, te he ofrecido el siddhi en tres ocasiones distintas, pero tú no has estado dispuesto a aceptarlo. Por ello, no alcanzarás la realización suprema en esta vida."

A partir de entonces, Abhayakaragupta adoptó el estilo de vida de un yoguin. Enseñó a los demás. Cuando compuso los textos, se dice que ya no hablaba por boca propia, sino que estaba impregnado de la presencia de Vajrayogini, que enseñaba a través de él. Tan milagrosas eran sus enseñanzas que, cuando hablaba, a veces caían flores del cielo.

Esta historia muestra el carácter del Budismo Vajrayana.

Las prácticas no son una cuestión de formas o conocimientos.

La verdad está en la Experiencia Directa y Personal de la realización primordial.

La confianza en las Deidades, Mantras, Mudras y Refugio en el Guru, son las claves.

Con su orgullo e ignorancia, Abhayakaragupta pretendíapracticarlo.

Desde una distancia prudencial, repetía Mantras sin entrar en su verdadero corazón.

Se apegó a su propio ego, y mantuvo una dignidad falsa con los ritos y ceremonias.

Solo cuando fue finalmente capaz de abrir su mente con flexibilidad

pudo ver la auténtica sabiduría.

Shenrab Miwoche, nacido en el año 1856 a.J.C., introdujo la transmisión oral del Dzogchen al mundo, pero pasaron más de mil quinientos años antes de que Garab Dorlle introdujese la actual tradición de las enseñanzas completas y las prácticas avanzadas.

LOS VERSOS ORIGINALES DE SHENRAB MIWOCHE

Con respecto a la condición de la Base o zhi está escrito:

Nuestra propia gnosis o cognitividad no-dual es la Base de todo.

Con respecto a la Naturaleza del Sendero o lam está escrito:

El sendero auto-perfecto se encuentra más allá del esfuerzo y del progreso.

Con respecto al significado del Fruto o drabu está escrito:

El Fruto es la auto-perfección de nuestra propia condición.

Con respecto al principio de la Vision o tawa está escrito:

A la luz del sentido verdadero no hay nada sobre qué pensar.

Con respecto al principio de la Contemplación o gompa está escrito:

A la luz de sentido verdadero no hay nada sobre qué meditar.

Con respecto al principio del Comportamiento o chopa está escrito:

A la luz del sentido verdadero no hay conducta que adoptar.

Con respecto al ejemplo está escrito:

El ejemplo de la mente es el espacio.

Con respecto al signo característico está escrito:

El signo de la mente es la verdadera condición de la mente.

Con respecto al significado de la mente está escrito:

El significado de la mente es la verdadera condición de la existencia o bon.

Puedes ver que el Dzogchen está relacionado menos con el yoga físico y más con el nivel de la mente y la energía sutil. La fuente de nuestra auto-liberación es nuestro propio estado de Rigpa, que es el verdadero estado natural No-Dual. Esto es nuestro refugio, el Dharma dentro, la Visión (tawa).

Esto no significa que el Maestro no tenga una gran importancia, pero el Maestro necesita, como fuente de sus enseñanzas, tener su propia Visión (tawa).

La relación de los practicantes con las Divinidades es distinto que en el Vajrayana, porque en el Dzogchen, la vía no consiste en transformarse en la Divinidad, sino sentir continuamente, por medio de la Contemplación, que somos la Divinidad. Eso es el Mahamudra.

El trabajo del Maestro es ayudar a todos los practicantes a abrir la puerta para encontrar el estado de la Divinidad dentro de sí, sin entrar en el Camino de la Transformación.

Mahamudra está Mas Allá de las palabras

El Dzogchen tiene diez principios esenciales, igual que en el Vajrayana. Sus principios están también relacionados con las Divinidades, los Mantras, los Mudras, el Samadhi, las Ofrendas, el Samaya, etcétera. Lo que es muy interesante es que en el Dzogchen, los diez principios esenciales son la ANTÍTESIS de los diez principios Vajrayana.

Por ejemplo, donde en el Vajrayana hay una Divinidad, en el Dzogchen hay una anti-Divinidad y así seguido... Una antítesis no es una negación, como en la física, donde la Sustancia tiene una anti-Sustancia y la Esencia tiene una anti-Esencia. Parece una paradoja, pero se puede captar la antítesis sin la presencia de la mente.

Si ves el símbolo de Yin Yang, hay una división en negro y una división en blanco que parecen opuestos, pero realmente son una unidad. El pequeño círculo negro dentro del blanco es el anti-blanco y el pequeño círculo blanco en el negro es el anti-negro.

En el Vajrayana, las Divinidades tienen Sustancia (negro) y Esencia (blanco). La Sustancia tiene una Esencia. Los dos son una parte de las prácticas y son una sola cosa.

En el Dzogchen, sin la presencia de la mente, el practicante dirige sus contemplaciones a la anti-Sustancia (el pequeño círculo blanco) y a la anti-Esencia (el pequeño círculo) de la Divinidad.

La Esencia de Todas las Cosas está Más Allá de las palabras