Para los que se resisten mucho a una conexión con los conceptos chinos de los órganos y el Jing, una vez más una investigación muestra que una disfunción hepática sistémica (en particular del hígado o los riñones) está a veces involucrada con problemas en el sistema sensorial. El hígado tórpido, baja (fría) o alta circulación hepática, o enfermedad en el riñón, pueden contribuir a una visión, audición, olfato o gusto deficientes. En ocasiones la toxicidad sistémica es el vínculo entre problemas del sistema hepático y disfunción del sistema sensorial.