CONDICIONES ESENCIALES PARA MEDITAR

La meditación necesita tres condiciones esenciales para funcionar, sea cual sea el método que utilices.

1. Mantén un estado mental relajado

No luches con la mente, no controles la mente, no te concentres.

2. Observa con una conciencia relajada

No te involucres en lo que observas; simplemente mira.

3. Observa sin juzgar

No juzgues, no te juzgues, no evalúes.

En breve, los tres esenciales son:

relájate, observa, no juzgues

Observando estas tres condiciones esenciales, gradualmente un gran silencio descenderá sobre ti. Todo movimiento cesará. Serás, pero no tendrás un sentido de "soy"; sólo habrá un espacio puro.

Manténte relajado

Millones de personas se pierden el gozo de la meditación porque la consideran seria, tenebrosa, o religiosa. Eso es un gran error. Una persona realmente meditativa es feliz y disfruta enormemente de la vida. No es seria, sino relajada.

Sé paciente

No tengas prisa. Has sembrado la semilla; ahora siéntate en la sombra y observa lo que pasa. La semilla brotará y florecerá a su debido tiempo, pero tú no puedes acelerar el proceso.

No confundas la sed con la impaciencia. Guarda la sed y desecha la impaciencia.

En la sed hay anhelo sin lucha; en la impaciencia hay lucha sin anhelo.

En la sed hay espera sin demanda; en la impaciencia hay demanda sin espera.

En la sed hay lágrimas silenciosas, en la impaciencia hay llantos desesperados.

No busques resultados

El ego, la mente, siempre busca resultados. Nunca se interesa por el acto en sí. Quiere saber en cualquier situación "¿Qué puedo ganar?". Si la mente puede conseguir sus objetivos sin hacer nada o por medio de un atajo y sin muchos riesgos, lo hará. La mente es muy astuta, pero nunca es sabia; es simplemente lista.

La meditación sólo aparece a aquellos que no estén orientados a los resultados.

Hay que abandonar el método cuando ya no sirve

Todo método funciona si se utiliza correctamente y si se abandona cuando ya no sirve. Si se sigue llevando la balsa encima de la cabeza durante toda la vida, después de cruzar el río, uno se muere bajo el gran peso.

Reestablecerse en el ser original

Una vez que hayas cruzado a la otra orilla y hayas abandonado el peso del método, automáticamente empiezas a establecerte en tu ser original. Ya no te apegas a nada, ya has dejado todas las balsas en la orilla, ya no necesitas ir a ningún lugar. Todos los sueños y deseos han desaparecido. En ese momento te relajas completamente. Has llegado a casa.

Al principio sólo vislumbrarás momentos de tu ser interior

Al principio sólo vislumbrarás fragancias fugitivas de tu ser interior. A veces, durante segundos, como una brisa, te transportarás al otro mundo, al mundo de la no-mente. Luego se amontonarán las nubes otra vez y la mente volverá a sus sueños, sus deseos, sus estupideces.

Durante un momento las nubes se separarán y verás el sol. Pero luego las nubes volverán otra vez; el cielo se oscurecerá y el sol desaparecerá. Ahora te cuesta creer que el sol existe. La mente te dice que ha sido sólo una imaginación. Parece tan increíble, tan imposible que eso te haya pasado a ti.

Lentamente las vislumbres se hacen más sólidas

Cuando estás en profunda meditación, lentamente, los vislumbres de tu ser interior empezarán a hacerse más sólidos. Con el tiempo, se establecerán para siempre. Llegará el momento en que la conciencia se purificará cada vez más, y de repente llegará a ser completamente pura. Será el momento de abandonar el método, olvidarse del remedio, establecerse en el ser interior, y simplemente ‘ser’.

¿Qué hacer entre sesiones?

Entre sesiones, cuando el cielo se vuelve a tapar con las nubes, sigue utilizando el método, aunque ya lo hayas abandonado en la profunda meditación.