MEDITACIÓN PARA CONCENTRAR LA MENTE

Siéntate con la espalda recta y relaja tu cuerpo. Toma la decisión de mantener la atención

sobre el objeto de concentración durante toda la sesión.

Para sentirte más cómodo y reforzar el poder de la meditación puedes visualizar a tu padre a la derecha, tu madre a la izquierda, tú mismo con tus enemigos o los que te perturben delante, tus amigos, familiares y los que te apoyen detrás. Todo el resto de los seres alrededor.

Elige uno de los siguientes métodos para practicar la atención consciente sobre la respiración:

a. Fíjate en la sensación que se produce en las fosas nasales al entrar y salir el aire de la respiración. Mantén tu atención en esta percepción sutil y observa la total duración de cada inspiración y de cada espiración.

b. Utiliza el método descrito anteriormente, pero concentrándote en cómo se hincha y deshincha el abdomen con cada inspiración y espiración.

Con cualquier método que elijas, respira de forma normal y pausada.

Inevitablemente, aparecerán pensamientos, pero mantén una actitud neutral frente a ellos, sin atraerlos ni rechazarlos. En otras palabras, no reacciones con disgusto, preocupación, excitación o aferramiento ante ningún pensamiento, imagen o sensación que aparezca. Advierte meramente su existencia y vuelve tu atención al objeto de meditación. Aunque tengas que hacerlo cincuenta veces por minuto ¡no te sientas frustrado!

Sé paciente y persistente, tus pensamientos disminuirán. Imagina que tu mente es como un lago claro y en calma, o como un cielo amplio y despejado; las ondas aparecen sobre la superficie del lago y las nubes cruzan el cielo, pero pronto desaparecerán sin alterar su quietud. Los pensamientos vienen y se van, son transitorios, momentáneos. Reconócelos y deja que se vayan, vuelve una y otra vez tu atención a la respiración. Permanece contento con tu estado presente.

Acepta cualquier estado mental en que te encuentres y todo lo que pueda surgir en tu mente. Líbrate de la expectación, del aferramiento o de la frustración. No tengas deseos de estar en otra parte, de hacer cualquier otra cosa o incluso de sentirte de otra forma. Permanece satisfecho tal como estás.

Al finalizar tu sesión, dedica la energía positiva creada en tu meditación para el beneficio de todos los seres sin excepción.