2. LA BASE DEL SISTEMA DE MEDITACIÓN DE BUDA

Empecemos afirmando con claridad que la base del sistema de meditación de Buda hundía sus raíces en la meditación brahmánica de los jhanas. Sin embargo, tras permitir que esas raíces alimentaran el árbol de su meditación, cuando llegó el momento de desarrollar su propio camino, logró –bien por accidente o deliberadamente– injertar una rama bastante diferente en el tronco principal brahmánico.

El objetivo de los Mantras y Brahmanas era el ideal cósmico. Lo que había que alcanzar era una unidad con Brahman, lo cual incluía la libertad de los impedimentos aquí y ahora. En su seno estaba inherente la idea de que es adecuado perfeccionarse uno mismo en la vida actual, convirtiéndose en Brahman. Esta moksha, o liberación, no consiste en convertirse en algo nuevo, sino que revela la naturaleza Bráhmica que está oculta.

Ahora bien, no cometas el error de creer que esta naturaleza Bráhmica se parece en absoluto a la naturaleza búdica.

EL CULTIVO DE VAIRDGYA (Desapego)

En la disciplina de los Upanishads, esto implica como principal objetivo la extirpación de la base de todo mal. Este desapego es una actitud hacia el mundo que brota de eliminar todos los impulsos egoístas de la identidad. Al eliminarse el mal, debido a ignorar la naturaleza de la realidad que es Brahman, se produce la adquisición del conocimiento Bráhmico correcto (jnana).

No resulta sorprendente por tanto descubrir que la meditación era una herramienta esencial emn el sistema brahmánico, junto con el estudio con un maestro apropiado y la continua reflexión mental sobre lo aprendido con el fin del alcanzar una convicción intelectual.

La forma más elevada de meditación era la llamada Nididhyasana, una percepción espiritual.

Un método era el de la CONCENTRACIÓN, el método de dirigir la unidireccionalidad a un tema de meditación con la idea de volverse uno con el fenómeno, y el segundo era el de la REALIZACIÓN, en el que se cultiva la imaginación simpatética y supone de hecho el poder de colocarse en el cuerpo-mente de otro. Este último era claramente un vehículo esencial para realización Bráhmica. Se pueden elegir distintas dianas para la meditación, pero cada una de ellas se examina en cuanto a la unidad como si la estuviera mirando Brahman mismo.

Cada tema de meditación se introduce en ella un vez se ha realizado una clara organización y preparación y se contempla sobre la base de una realización Bráhmica imaginada, lo cual, cuando se ha hecho mucha meditación sincera, acaba por convertirse en una certeza cognitiva.

Cada tema de jhana se introduce, se le aplica VITAKKA y luego VICARA sostiene la diana.

VITAKKA Y VICARA

En ambos casos, la concentración y la realización, el tema de la meditación se introduce en la fase de Sampaticchanna. Le sigue la continuación normal, con la selección de Adhimokka y la disposición de la mente hacia el objeto mediante Manasikara.

Ahora la transición importante viene cuando el tema claramente entra de hecho en Vitakka. Aquí no hay una conexión verbal, pero el tema entra por vía de una descripción verbal. Luego se ensambla correcta y rápidamente y entonces ocurre la atención sostenida de Vicara.

Todas las meditaciones requieren este estado mental verbal y, cuando se aplica, todas las connotaciones mentales, todas las conexiones con palabras, conceptos y frases desaparecen y lo que queda es el sostén, que es no-verbal, que el tema requiere normalmente.

Cuando la tarea pre-programada es de concentración, entonces el proceso de sostener examina todas las características no verbales del tema y luego la memoria las extrae y se convierten en una parte habitual del proceso de obtener un conocimiento libre de impedimentos.

Cuando se programa la meditación de realización, lo mismo ocurre con Vitakka, pero cuando entra en juego Vicara, entonces es la unidad con Brahman la que examina el tema de la meditación.

EL SISTEMA DE BUDA

Debemos hacernos dos preguntas: qué le llevó a Buda a modificar o ignorar los procesos tradicionales de Vitakka y Vicara, y en segundo lugar, cuáles fueron los cambios que introdujo en sus meditaciones que nunca se habían conseguido antes.

Para contestar estas preguntas es crucial entender la mente de Buda, que de una manera u otra alteró esa idea de la unidad con Brahman. La información histórica con respecto a su juventud es muy escasa, así que debemos examinar los datos de los que disponemos y determinar el momento en que pudo ocurrir este cambio.

Varios informes y Sutras afirman que su edad en el momento de la meditación bajo la pomarrosa iba desde los pocos meses hasta los veintinueve años. Si descartamos la ficción romántica de los años de infancia y adolescencia, el rango de edades debería de estar entre los dieciséis y los veintinueve. Entonces, si examinamos los acontecimientos importantes de su vida en ese momento, encontramos los siguientes candidatos potenciales:

1) al completar su educación formal

2) sus competiciones en relación con las cualidades de un guerrero

3) la selección de una mujer

4) la llegada de su hijo

5) los encuentros con la enfermedad, la vejez y la muerte

6) sus experiencias de rechazo de la conducta típica en palacio

Aquí habría que mencionar una cuestión. La experiencia con la enfermedad, la vejez y la muerte tuvo un gran efecto. Él mismo lo describió así: “Me curé de mi embriagadora locura con la juventud, la salud y la vitalidad”. Eso nos aporta otro vislumbre de su condición como príncipe que pocas veces se revela.

Ahora debemos establecer la fecha de su experiencia bajo la pomarrosa sobre la base del estado mental que le permitió desviarse de las meditaciones tradicionales de los jhanas.

CAMBIOS EN SUS CREENCIAS

Debemos recordar que el acontecimiento debe de haber sacudido su fe en su propio sistema de creencias, forzándole a buscar alternativas que no fueran la realización de Brahman. Eso no quiere decir que rechazara la realización de Brahman, pero encontró que ese sistema no era eficaz para responder a sus nuevas preguntas.

Si repasamos la lista anterior, parece más probable que su sentada bajo la pomarrosa tuviera lugar después de sus encuentros con la enfermedad, la vejez y la muerte, lo cual situaría su edad entre los veinticinco y veintinueve años –una edad auspiciosa sin duda para que una persona de sus características aversivas cuestionara todas las ideas y conceptos establecidos.

Eso explicaría por tanto la razón para que su mente explorara otros horizontes. La pregunta ahora es en qué sentido se apartaba su meditación de los jhanas de la tradicional. Ciertamente no entró en la meditación de la manera normal, en Vitakka, que es la operación normal que se da por supuesta.

LA MEDITACIÓN BRAHMÁNICA

Tradicionalmente, en la concentración normal Vicara examina las características no verbales del tema, y en la meditación de realización la unidad mental con Brahman se sustituye por simplemente desprenderse de Vitakka como atención aplicada y de Vicara como atención sostenida. Entonces, sentado con vigor y entusiasmo, el meditador entra en un área subconsciente donde la conceptualización verbal cesa y las experiencias cognitivas se revelan a sí mismas.

Entonces la realización Bráhmica da paso a la “experiencia de Brahman” en relación con el tema de meditación. El problema es que el concepto de Brahman está en sí mismo encadenado a la dualidad (Brahman y no-Brahman), de manera que el meditador es incapaz de dejar la “última conceptualización” abstracta, que sigue siendo cognitiva. En otras palabras, aunque resulte útil como motivación cognitiva, no libera al meditador del dominio de lo cognitivo.

Por el contrario, la meditación de Buda, privada de la certeza interna de la realización Bráhmica, se quedó flotando por algún motivo dentro del entusiasmo y vigor. Al quedarse en ese trance, Buda descubrió una experiencia diferente. Fue una experiencia que no intentó definir y que simplemente aceptó sin examinarla mentalmente.

Cuando le preguntaron mucho más tarde en su vida por qué no siguió penetrando en esa zona en aquel momento, su respuesta fue que “no quería ni pensar” en la probabilidad de encontrarse con su propio “apego a los fenómenos del samsara”. Esto explica por tanto su intento de purificar su cuerpo-mente mediante la austeridad durante tantos años y también su reacción aversiva a las delicias palaciegas, que terminó por llevarle a la búsqueda de un nuevo camino de realización, sin negar la realización Bráhmica como potencial.

Sin embargo, había dado el primer paso titubeante en una zona completamente nueva de la meditación superior.

Fue esa zona de meditación superior la que se convirtió en la base de las futuras meditaciones de los jhanas, samatha y vipassana. En la meditación posterior de samatha y vipassana, se modificó la Vitakka y Vicara específicamente para proveer diferentes formas de explorar la percepción, la memoria y la cognición en el Budadharma.