PRE-PROGRAMACIÓN ESENCIAL

PRE-PROGRAMAR LA MEDITACIÓN -CONCENTRACIÓN O CONTEMPLACIÓN- Y EL DEVENIR DE LA CONCIENCIA

Nadie habla de la pre-programación en la meditación o la contemplación, y sin embargo es una parte importante de las prácticas que tienen éxito. Todo el mundo fija la vista en los resultados de la meditación hasta tal punto que se extravían por completo al convertirse en meditadores o contempladores.

Buda y los antiguos maestros son buenos guías, y es fácil comprobar que ellos no mencionaron nada sobre la necesidad de pre-programar. ¿Por qué?

Bueno, si analizamos el primer requisito de la pre-programación, se trata de la creencia firme y segura que la meditación y contemplación para alcanzar la vida del Dharma es lo más importante en la vida, aparte de las necesidades básicas de medios de vida, alimento, cobijo y pertenencia sin apego alguno de la identidad.

En las antiguas sanghas, el acto de “llevar una vida errante” implicaba precisamente esa actitud y la confianza de que se podía alcanzar una vida del Dharma.

Hoy, cuando el Dharma se ha extendido en una versión manchada como religión y como una vía mental acariciada por la inteligencia cognitiva, al tiempo que las redes de comunicación están llenas de los que imparten consejos sin haber experimentado la luz verdadera del Dharma, realmente hay pocas oportunidades de vivir una vida errante sin hogar.

Por otra parte, la vida monástica se ha convertido en dogma, ceremonia y una especie de egoísmo elitista.

Permitid que os presente las palabras de Drugpa Kunley:

Si me volviera un Lama sería el esclavo de mis discípulos y acompañantes, y perdería mi libertad de acción. Si me hiciese un monje ordenado me obligarían a guardar la disciplina, y ¿quién puede guardar sus votos inquebrantablemente? Si me volviera un sabio debería comprometerme con el descubrimiento de la naturaleza de la mente –¡como si eso no fuera evidente de por sí! Que yo sea o no un mal ejemplo para alguien depende totalmente de la inteligencia del individuo en cuestión.

Además, si un hombre está destinado a pasarse su tiempo en el infierno e imita a Buda, no se salvará; y si un hombre está destinado a la budeidad, el tipo de ropa que use es irrelevante y su actividad es natural y espontáneamente pura. Al desear una casa permanente, o al marcarse cualquier objetivo materialista, uno se desvía del camino porque fortalece la idea de “yo” y “mío”.

En la medida en que se les rinde veneración a los monjes, su potencial para el apego emocional es tanto mayor que el del hombre común. Habitualmente es cierto que la motivación inicial para fundar un monasterio es el deseo de establecer un lugar donde los aspirantes puedan meditar.

Eso es digno de elogio, pero cuando la necesidad de protección comunal da lugar a disputas en su seno y polémicas con el entorno, lo que en principio era un compañerismo sagrado se vuelve un cubil de ladrones porque todos sucumben a las motivaciones egoístas.

Si no captas el espíritu de los Budas,

¿de qué sirve seguir las escrituras del Dharma?

(Como dice un sutra budista: “Buen hombre, los defensores de la enseñanza correcta no tienen que observar los cinco preceptos ni practicar las reglas apropiadas de comportamiento. Al contrario, deberían blandir cuchillos y espadas, arcos y flechas”).

Sin un aprendizaje con un maestro competente,

¿de qué sirven el gran talento y la inteligencia?

Si eres incapaz de amar a todos los seres como si fueran hijos tuyos,

¿de qué sirven la oración solemne y el ritual?

Si ignoras el único propósito de los Tres Votos,

¿qué ganas quebrantándolos uno a uno?

Si no comprendes que el Buda está dentro de uno mismo,

¿Qué realidad se puede encontrar fuera?

Si eres incapaz de fluir naturalmente en la meditación,

¿Qué se puede ganar luchando con el pensamiento?

Si eres incapaz de regular tu vida según las estaciones y el tiempo,

¿Quién eres sino un loco aturullado?

Si no se capta intuitivamente una perspectiva iluminada,

¿Qué puede ganarse mediante la búsqueda sistemática?

Si pierdes tiempo y energía, malgastando tu vida,

¿Quién reembolsará tus deudas en el futuro?

Aunque lleve ropa tosca y escasa, soportando grandes penalidades,

¿qué gana el asceta con sufrir los infiernos en esta vida?

El aspirante que se esfuerza sin instrucción específica

no logra nada, igual que una hormiga que trepa por un montón de arena.

Recibir instrucción pero ignorar la meditación sobre la naturaleza de la mente

es como pasar hambre cuando la despensa está llena.

El sabio que se niega a enseñar o escribir

Es tan inútil como la joya de la cabeza del Rey Serpiente.

El loco que no sabe más que parlotear constantemente

No hace más que proclamar su ignorancia a todos.

Si entiendes la esencia de la Enseñanza, ¡ponla en práctica!

Tómate la molestia de examinar cada línea y mira de verdad qué tal lo estás haciendo si estás en el camino del Dharma.

¿Ves tus errores? ¿Vas a volver sobre tus pasos ahora y ver de verdad en qué consiste seguir el camino del Dharma y por qué es lo más importante que puedes hacer? Si no crees que es así, entonces ponte a pensar en tu vida y tu posición... y no lo hagas intelectualmente, siéntelo de manera profunda.

El siguiente requisito previo es que hay que ver la locura total de la civilización que ha construido el ser humano... recordando que el problema no son los inventos de su mente, su creatividad o curiosidad, sino la presencia de la identidad, incluida esta terrible identidad colectiva que es la mente globalizada que se está desarrollando en estos mismos instantes.

Así que el segundo punto trata realmente de ver tu identidad, sabiendo que no es real, y saber con certeza que existe una verdadera naturaleza de Buda.

Si no lo crees totalmente, entonces evalúa tu posición una vez más y decide quizá que la vida de sufrimiento sí es para ti, después de todo.

El tercer requisito es carecer de cualquier idea de entrar en el camino del Dharma para obtener alivio del sufrimiento, para ganar una vida mejor sin confusión, para alcanzar el despertar o, aún mejor, la iluminación, o para lograr liberarte de los pensamientos y expectativas sobre el futuro.

El único punto de vista correcto y natural es descubrir la verdad acerca de la fuerza vital que poseemos, sea la que sea, sin pensar en la moralidad ni en nada similar.

Ahí tenemos la base para la pre-programación; si la tienes, puedes seguir el camino del Dharma correctamente, incluso como laico.

A esto debemos añadirle la creencia firme de que no hay existencia individual de ningún fenómeno y que cuando percibimos lo que creemos que es sufrimiento, no hay sufrimiento en absoluto; es sólo un concepto que se debe mantener como la ilusión de la existencia del sufrimiento humano universal.

Si tienes la suerte de haber desarrollado estas actitudes después de escuchar con atención las enseñanzas del Dharma, y te das cuenta de que el Dharma verdadero está más allá de las palabras que se usan para expresarlo, entonces estás listo para empezar con la pre-programación.

¿Qué es esta pre-programación? ¿Algunas vez has visto a un saltador de altura que parece balancearse hacia adelante y detrás antes de lanzarse a la carrera con gran concentración? Eso es pre-programación. Es imaginar con precisión dónde vas a estar corriendo, las zancadas, el impulso que te eleva, el giro del cuerpo en el aire, de hecho todo lo que planeas hacer. No es un repaso intelectual; el atleta se está imaginando a sí mismo como si de verdad estuviera en plena acción.

Bien, eso es la pre-programación.

¿Recuerdas cuando eras niño y simulabas que estabas haciendo algo maravilloso? Eso es pre-programación. Lo fantástico de esta pre-programación es que todo es perfecto, mientras que en los sueños es el inconsciente el que manda... En la pre-programación, o llamémosla fantasía consciente, la conciencia natural lo hace todo a la perfección.

Así pues, lo único que tenemos que hacer es imaginar que estamos meditando, y hacerlo una y otra vez, dondequiera y cuandoquiera que podamos... La práctica asidua hace que la meditación o la contemplación sea perfecta.

Por tanto, imagina que estás sentado y que desarrollas el devenir de la conciencia perfectamente sin ningún pensamiento en absoluto.

Luego, cuando llegue el momento de hacer de verdad la meditación, no habrá problemas, la respiración será directa y no habrá impedimentos.

Si la meditación no funciona, entonces vuelves a trabajar más sobre la pre-programación.

Así estarás haciendo lo que hacían los meditadores de antaño. Cuando no estaban meditando, estaban practicando el Dharma correcto y pensando en sus meditaciones.

Ahora, dentro de la pre-programación debes añadir dos ingredientes... la comprensión total del tema de la meditación y su desarrollo, junto con el conocimiento de que puede haber experiencias dentro de la meditación que nunca hay que interpretar o evaluar, sino que se les debe permitir existir como una ilusión en sí.

El Dharma natural se encarga del resto.

Puedes ver que si lo haces todo correctamente con mucha pre-programación, no tienes que hacer nada cuando te sientas a meditar o contemplar.

Sólo queda una advertencia: no intentes sentarte ahí con una mente vacía en esa meditación o contemplación. Como dijo Huineng, “lo único que conseguirás será estar sentado con la mente vacía, y nada más”.

ALIENTO

Como base que es, no extendemos el método de la respiración más allá de la atención concentrada en la respiración, usando al principio un enfoque simple de contar. En meditaciones más avanzadas entramos en un área que llamamos el Devenir de la Consciencia, pero aquí lo que nos interesa es un remedio para los problemas del día a día.

Empezamos inhalando y exhalando, notando las experiencias táctiles de la respiración pasando por las fosas nasales. Cuando esa observación concentrada está bien establecida, entonces empezamos a contar las respiraciones, contando cada inhalación y cada exhalación, empezando desde uno hasta diez, y luego se empieza de nuevo. Contar de esta manera ayuda a los novatos a controlar los pensamientos pues pronto se verá fácilmente que la mente empieza a vagar; así pueden volver a la tarea de respirar y contar.

Cuando pase un pensamiento, simplemente identificalo como un pensamiento, por ejemplo como un pensamiento que brota como consecuencia de una sensación de incomodidad en el cuerpo, o como una emoción, o como un salto abstracto en algún incidente del pasado o del futuro. Date cuenta de ello, simplemente diciendo con la mente "sensaciones", "emociones" o "pensamientos" y entonces deliberada y conscientemente deja que se vaya y vuelve a contar otra vez desde uno.

Cuando seas capaz de mantenerte contando y de volver repetidamente desde diez a uno sin esfuerzo y sin pensamientos que interfieran, entonces es el momento de empezar a contar cada ciclo de la respiración: la

inhalación y la exhalación contarán como uno, la siguiente inhalación y exhalación como dos, etc.

Cuando esto esté establecido, entonces simplemente deja de contar y concéntrate en la respiración, siendo constantemente consciente del "inhalando", y del "exhalando".

En estas meditaciones aplicadas no trates de controlar el ritmo, simplemente respira tan naturalmente como puedas. La respiración normal tiene aproximadamente quince respiraciones por minuto. Quizá encuentres que el ritmo de las respiraciones se reduce. Eso es un buen signo pues la mente y el cuerpo están más descansados, y el ritmo cardíaco, la circulación y el metabolismo se ralentizan.

Cuando esto esté bien establecido, entonces es el momento de ir a las meditaciones específicas.

Permite que la calma y la paciencia sin expectativas ni preocupación prevalezcan sobre tus problemas para dirigir la atención a la tarea en cuestión.

LA UNIFICACION DEL QI DEFENSIVO SENSORIAL

Los cinco órganos principales del Qi Defensivo Sensorial son los ojos, los oídos, la nariz, la lengua y los sensores conocidos como tacto, que incluyen la presión, el dolor y el calor.

Los verdaderos detectores son, por supuesto, los conos y bastones de la retina de los ojos; las células ciliadas vestibulares del oído, que son estimuladas por el movimiento semicircular de de los fluidos en el utrículo y el sáculo; el bulbo olfatorio de la nariz; las papilas gustativas de la lengua y los receptores propioceptivos y otros sensores

incluyendo la presión y la temperatura.

Mientras que estos sensores son la llave de todo lo que se recibe, la defensa descansa en los componentes programados que tienen que ver con las irritaciones hacia el sistema.

La principal tarea de estos sensores es transmitir la información a donde las experiencias son investigadas gracias a la comparación con experiencias pasadas en la memoria. Y la tarea principal del sistema sensorial es advertir al sistema si la irritación es nueva o si fue encontrada con anterioridad, en cuyo caso puede ser correctamente

identificada como peligrosa para el sistema, beneficiosa para el sistema o simplemente neutral.

Si el estímulo es nuevo e irreconocible, entonces una alarma es enviada y una posterior investigación es iniciada.

La recepción es un sistema muy complejo, y funciona perfectamente bien si no hay ninguna interferencia.

Pero en este nivel meditativo estamos interesados solamente en una cosa que es el sentido colectivo de todas las sensaciones táctiles de tal manera que hay un sentido corporal. Eso significa que cada parte del cuerpo donde hay una experiencia de presión, calor, movimiento o incluso dolor o incomodidad, debe ser traída conjuntamente como una EXPERIENCIA del cuerpo. Se aparece como una experiencia general y puede darte la impresión de que estás separado de tu propio cuerpo, flotando, o siendo inflado. No importa, siempre y cuando el cuerpo sea experimentado como un todo sin ninguna experiencia específica de las partes.