COMENTARIO A LA MEDITACIÓN 1

En la primera parte de esta Introducción aparecen algunas trampas. Ahora os aclaramos las trampas para asegurarnos de que todo lo que leáis lo hacéis siempre con la recta atención y la recta intención.

Mirad el título del primer párrafo de “La Meditación 1”

La meditación es nuestra propia naturaleza.

¿Habéis visto la trampa en este título que os pusimos la semana pasada? La trampa era que este título no presentaba toda la verdad sobre la meditación, sino sólo una parte de la verdad. Esta semana en este comentario, aprenderemos la diferencia entre la meditación y la meditación natural. A este fin, habrá otros títulos que entrarán más profundamente en el tema de lo que es la meditación.

La meditación natural es nuestra propia naturaleza.

Es verdad que la meditación natural es una parte de nuestra propia naturaleza junto con el proceso de dormir, de encontrar confort natural (sin la interferencia de la mente y el yo), de encontrar seguridad natural (sin la interferencia de la mente y el Ego), y de encontrar una experiencia de unidad con todo lo que existe, (sin la interferencia de la mente y el Súper Ego).

También hay otros elementos de nuestra propia naturaleza que son importantes: las actitudes de nuestra propia naturaleza y la alegría natural (no la felicidad falsa); las intenciones de nuestra propia naturaleza y la compasión natural (no la compasión falsa del ego); las acciones dirigidas por nuestra propia naturaleza, y el amor benevolente (no el amor que hemos aprendido desde que éramos niños); y la ecuanimidad (no la indiferencia intelectual).

Todavía hay más elementos importantes que son una parte de nuestra propia naturaleza: la curiosidad y creatividad; el humor que no está contaminado por la identidad; juegos físicos que preparan nuestro cuerpo para cualquier eventualidad del futuro; y juegos mentales no competitivos que preparan nuestra mente intelectual para cualquier eventualidad del futuro.

La meditación natural no es nada nueva; nacimos con ella.

La mente sí que es algo nuevo, pero la meditación natural es nuestra propia naturaleza. Puesto que la meditación natural es una parte de nuestra propia naturaleza, ¿por qué se nos hace tan difícil meditar?

Porque queremos ser libres del sufrimiento y luchamos contra lo que pensamos que nos lo impide.

Porque queremos ser libres del sufrimiento y buscamos lo que pensamos que nos ayudará a serlo.

Si luchamos contra los impedimentos (pensamientos, emociones y sensaciones que nos impiden ser libre), nunca encontraremos la libertad. Es importante no luchar, pero también es importante no rendirse a la agresión de los pensamientos, emociones y sensaciones.

La meditación nunca puede ser la propia naturaleza.

La meditación es el camino para encontrar nuestra propia naturaleza. Al principio hemos dicho que la meditación natural es una parte de nuestra propia naturaleza. Al ser así, está claro que hay dos tipos de meditación:

1. La meditación natural, que es una parte de nuestra propia naturaleza.

2. La meditación que es el camino para encontrar nuestra propia naturaleza

La pregunta es: ¿Cuándo encontraremos nuestra propia naturaleza?

La respuesta es: Cuando seamos completamente libres de la dominación de la mente y podamos retornarla a su función natural como una herramienta.

La segunda pregunta es: ¿Cuándo entraremos en el camino de meditación?

La respuesta es: Cuando encontremos la manera natural de minimizar la potencia de la mente. Cuanto más utilicemos la mente, más distantes estaremos del camino.

La propia naturaleza se encuentra en el relajo, en vivir de momento a momento. No hay que buscar nada. No hay que luchar contra nada.

También hay dos trampas en esto.

El “relajo” no es una relajación de nuestra mente y cuerpo. Al contrario, la relajación es realmente dejar conceptos de la mente. De esta manera nuestra propia naturaleza puede incrementar su voz y promover la responsabilidad natural de nuestra propia naturaleza, y no la social falsa.

Hay que acordarse de no luchar contra los pensamientos, emociones y sensaciones y no rendirse a estos.

Hay que acordarse de no buscar en nuestra mente por soluciones.

Tenemos que usar la mente como una herramienta cuando hacemos las prácticas de la meditación. No debemos permitir que nuestra mente domine la meditación. No debemos permitir que la mente disfrute con la meditación, ni con los ritos, ceremonias o dogmas.

“Vivir de momento a momento” no es abrir la puerta completamente a nuestras identidades y vivir sin responsabilidad. “Vivir de momento a momento” significa restringir la herramienta que es nuestra mente a los deberes del momento. No tenemos que utilizar la mente buscando en el pasado o futuro.

Dijimos:

“La libertad que buscamos no depende de nada que esté fuera de nosotros.”

Hay también dos trampas en esta frase.

Nunca tenemos que buscar por la libertad (ni por el despertar o iluminación). Si buscamos por la libertad, nunca la encontraremos. Simplemente tenemos que andar en el camino de la meditación, con las enseñanzas y la vigilancia diaria.

La segunda trampa está en: “no depende de nada que esté fuera de nosotros.” La trampa está en la palabra “depende”. Esto no significa que podemos hacer todo por nosotros mismos, dentro de nosotros mismos. Sólo significa que la liberación se encuentra dentro de nosotros y mantenida por una vigilancia interna.

Antes de su muerte, Buda dijo que se hiciera refugio solamente dentro del Dharma, que está dentro de ti.

Algunas personas tienen mente fuerte y con apego a ésta y piensan que esta frase significa que una persona puede encontrar su propia naturaleza sin la ayuda de un maestro.

Estas personas apoyan su causa diciendo que Buda encontró el despertar sin maestro. Buda tuvo dos grandes maestros que le ayudaron hasta la octava Jhana de la meditación, que es el estado de “ni percepción ni no percepción”, la cesación de experiencia mental en la cual no hay una persona que conozca, ni una cosa de conocer.

Buda fue más allá de esta octava Jhana, y encontró el despertar y la no-mente, pero no podría haber alcanzado este estado si no recibe primero las enseñanzas de estos dos maestros. La arrogancia de nuestra mente hace que pensemos que podemos encontrarlo solos. Entonces, tenemos que intentar ser ajenos de nuestra propia mente cuando leemos o escuchamos las enseñanzas del Dharma. No nos resulta fácil, pero como Buda dijo “perseverar con diligencia”.

Dijimos en la primera enseñanza: “Cuando comes, simplemente come, entrégate al comer. Eso es tu propia naturaleza. Cuando andas, simplemente anda, entrégate al andar. Eso es tu propia naturaleza.”

Esto no significa que tengas que ser consciente de cada cosa en cada momento. Necesitamos confiar en nuestra propia naturaleza. Pero no podemos equivocarnos utilizando este concepto para dar total libertad a nuestro Yo, Ego y Súper Ego para hacer lo que quieran. Para conseguir el estado de naturalidad de nuestra propia naturaleza, necesitamos calma, paciencia, determinación, perseverancia y habilidad para hacer introspección que esté libre de la mente.

En la primera enseñanza dijimos que la clave de la meditación (camino), es. “Atestiguar. La atención continua.”

Atestiguar es como tirar una flecha a un objeto. Esta flecha vuela en una dirección específica para conectar con una diana específica.

Pero hay otro aspecto de esta atención continua, porque una flecha necesita energía para la proyección del vuelo.

Entonces, la segunda clave de la meditación (camino) es la energía.

Entonces podemos decir que hay una asociación triple en la meditación:

Recta atención

Recta energía

Recta concentración o contemplación

En este momento, has podido captar una lección importante. No intentar entender las cosas con tu mente. Las palabras crean trampas. En budismo decimos que la primera puerta del Dharma son palabras y frases. Si nos liberamos de la dependencia de estas palabras y frases, podremos abrir la puerta.

Así termina la segunda enseñanza sobre la meditación.