Meditación en el Amor Benévolo

Para esta meditación presentamos un texto traducido y adaptado del Venerable Soma Thera, que se basa en la meditación enseñada por Buda sobre el Amor Benévolo.

Buda enseñó durante su vida que la meditación en el Amor Benévolo es clave para obtener bienestar en el aquí y ahora, y más adelante en el futuro. La meditación del Amor Benévolo es una práctica intachable. Sus frutos son todos positivos, no hay productos secundarios negativos en esta práctica. Buda nos legó varios discursos detallados acerca del Amor Benévolo y de cómo practicarlo.

La palabra ‘Amor Benévolo’ es la traducción al español de la palabra ‘metta’ proveniente de la antigua lengua Pali. La palabra ‘metta’ tiene sus raíces en la palabra ‘amistad.’ De manera que de lo que realmente hablamos cuando nos referimos al Amor Benévolo es de una profunda y vasta amistad hacia otros seres y hacia nosotros mismos.

Esta cualidad de amistad profunda debe ser generada en la mente, cultivada y practicada a menudo. La gente por lo común siente que tales experiencias como el Amor Benévolo o la amistad profunda son cosas que deben surgir espontáneamente, que no son cosas en las que uno deba ejercitarse, que deben simplemente suceder, o que caen a la mente del cielo. Pero Buda enfatiza una y otra vez que, a pesar de que este Amor es un estado celestial, una morada sublime, una condición divina de la mente y el corazón, sucede a partir de uno mismo y no hacia uno mismo. Cada uno de nosotros es el fabricante de nuestro propio cielo.

Cuando Buda dio el discurso sobre el Amor Benévolo, hizo hincapié – y es interesante notar esto – en que la primera parte de la enseñanza es meramente preliminar al Amor Benévolo, es decir, lo que debe hacerse antes de poder practicar satisfactoriamente el Amor Benévolo.

Detallando estos aspectos preliminares, nos dice que “Esto es lo que debe hacerse por uno que es hábil en lo bueno y que conoce el camino de la paz.” “Hábil en lo bueno” quiere decir que debemos saber lo que es bueno (hábil) y lo que es malo (inhábil) en lo que concierne a pensamiento, palabra y acción. Al conocer “el camino de la paz” como un Noble Camino, sabemos los pensamientos, lenguaje y acciones hábiles e inhábiles. Por lo tanto, este conocimiento es requerido para lograr la generación regulada del Amor Benévolo. Esta es la base sólida para la práctica. Requiere de sabiduría y conocimiento.

Buda continúa: “Sean capaces y rectos, francos y de lenguaje amable”.

“Capaces y rectos” son tipos de virtudes, tipos de actitudes. “Franqueza” es, nuevamente, una cualidad de carácter, una carencia de desvío en nuestra conducta, una carencia de maquinación o premeditación maliciosa, el ser abierto y sin dobleces, pero también “de lenguaje amable.” El lenguaje aquí es auténtico y al mismo tiempo benéfico. Así pues, estas cualidades también son, en sí mismas, fundamentos del Amor Benévolo.

Buda también menciona otros requisitos previos para la práctica del Amor benévolo, “ser humilde y sin engreimiento, contento y fácilmente satisfecho”. Humildad quiere decir carecer de ego, es un tipo de flexibilidad. La humildad a veces se compara con el pasto verde, mientras que un árbol rígido es comparado con la rigidez y el engreimiento. Cuando sopla un viento fuerte, el árbol rígido se quiebra mientras que el pasto simplemente se dobla y no tiene dificultad, ya que es leve y flexible. De manera que el ego leve, la personalidad flexible, no es alterada por los hechos de la realidad, ya sea acerca de ella o acerca de otros, ya que no se ha investido a sí misma con dimensiones falsas o engrandecidas en forma inapropiada. Estas personas experimentan poco sufrimiento en sus vidas.

Como base para practicar el Amor Benévolo, Buda nos dice que uno debe estar “contento y fácilmente satisfecho”. El contento y satisfacción proveen el espacio necesario para la generación de una experiencia como es el Amor Benévolo. Si uno está constantemente lleno de ambición y de la tensión que acompaña a la ambición – el impulso de acumular, el impulso de obtener poder – entonces no hay espacio para la naturaleza pacífica y expansiva del Amor Benévolo. Estos son estados mentales mutuamente excluyentes. El estar descontento y ser exigente se opone a la atmósfera del estado de Amor Benévolo.

Buda entonces nos recuerda que aquellos que deseen practicar el Amor Benévolo deben vivir “sin un excesivo cargo de obligaciones y viviendo de forma frugal.” En la vida normal de la sociedad a veces es difícil no vivir sin exceso de obligaciones. En una vida con aspiración espiritual, es ciertamente ideal el llevar una vida simple con un pequeño espacio de meditación, viviendo sin muchas obligaciones. Pero este es un logro al que también el laico debe aspirar.

Buda nos dice que uno no debe llenar su vida con actividad frenética, pensando que el mero correr de aquí para allá es sabio o provechoso. Más bien, uno debe dedicarse a actividades que le sean propias por naturaleza, necesarias y de ayuda para nosotros y para los demás, pero sin distraernos continuamente. El cultivo del Amor Benévolo requiere de una mente sin distracción.

La frugalidad es una de las formas en las que puede permitirse tener más tiempo a su disposición, sin ser descuidado gastando dinero y acumulando cosas. Uno debe ser modesto y moderado, siempre sabiendo lo que es y lo que no es apropiado, distinguiendo lo que es necesario de lo frívolo, con el objeto de que la mente no se encuentre abarrotada con cargas. Entonces uno tiene el tiempo y la oportunidad para cultivar aquello que es duradero y de verdadero valor.

Buda procede luego a mencionar otros estados hábiles para generar el Amor Benévolo: “pacífico y calmado, sabio y hábil.” La paz y la calma mental son también fundamentos para el desarrollo del Amor Benévolo. Y el reverso también es verdad: el Amor Benévolo es el fundamento de la paz y la calma. De manera que si deseas practicar la meditación de la calma, a menudo es de mucha ayuda iniciar con la del Amor Benévolo. Y si deseas practicar la meditación del Amor Benévolo, a menudo ayuda el iniciar con la de la calma. Las dos se apoyan mutuamente.

En el momento de comenzar la meditación Buda indica que: “Uno debe desear que todos los seres se encuentren contentos y seguros, que todos gocen de bienestar.” Esta es la aspiración esencial del Amor Benévolo o la amistad, que los seres se encuentren contentos, seguros y con bienestar. Cuando emanamos Amor Benévolo podemos usar frases como: “¡Que todos los seres estén contentos, que todos los seres estén en paz, que todos los seres se encuentren libres de peligro, que todos los seres gocen de bienestar!”

A continuación hay una serie de categorías. Buda se asegura de que incluyamos a todos los seres, sin restricción. Nos dice: “Cualesquiera seres vivientes en existencia, sin omitir a ninguno, ya sean débiles o fuertes, grandes, medianos o pequeños, visibles o invisibles, aquellos viviendo cerca o lejos, los nacidos y por nacer, que todos los seres se encuentren felices”. Más adelante deseamos: “¡Que los seres no se engañen unos a otros, que no se desprecien, que ningún ser – debido al enojo o la mala voluntad – desee hacer daño a otros!” De manera que deseamos que entre todos los seres haya Amor Benévolo.

El símil final con el cual Buda completa la imagen para ilustrar el Amor Benévolo es la hermosa frase: “Así como una madre protege con su propia vida a su hijo, su hijo único, así con un corazón ilimitado uno debe querer a todos los seres vivientes, irradiando amistad sobre todo el mundo; arriba hacia los cielos, abajo hacia las profundidades, hacia afuera, sin límite, sin la menor mala voluntad.” De manera que tenemos el símil del afecto de una madre hacia su hijo único, en donde protege con su mismísima vida la de su hijo. Esto quiere decir que uno promueve lo positivo y desalienta lo negativo. Uno debe explorar y mantenerse en la naturaleza del amor que una madre tiene por su hijo único.

Buda entonces describe cómo y cuándo debe de practicarse esto. “Ya sea parados, caminando, sentados o acostados, uno debe mantener esta remembranza.” De manera que la postura no es importante. Es algo que uno hace con la propia mente, ya sea antes de dormir o al despertar, al medio día, durante el trabajo, sentados calladamente en el bosque, en una sala de meditación, ya sea en grupo o en soledad, uno practica “manteniendo esta remembranza.” Uno debe recordar así esta actitud durante el día.

“Se dice que esta es la morada sublime.” El cielo se cultiva y se genera aquí y ahora mediante la propia mente. Y es mediante la propia mente, y de ninguna otra manera, como uno produce el refinamiento de la conciencia que corresponde al cielo. La meditación en el Amor Benévolo llena muchas necesidades y deseos en nuestras vidas, pero es nuestra responsabilidad practicarla. Este Amor no depende de quién nos quiera. Sólo depende de generar un amor incondicional hacia otros a partir de nosotros mismos.

De manera que en la práctica de meditación uno puede invocar la imagen y la experiencia del amor de una madre hacia su hijo único, irradiando hacia el exterior de uno mismo y dirigiendo esos rayos de amor hacia otros seres. O uno puede iniciar irradiando la experiencia sublime hacia sí mismo. Es posible comenzar enviando rayos de amor hacia seres hacia los cuales uno siente una cercanía natural. Después poco a poco se envían hacia aquellos que se encuentran más distantes afectivamente, e incluso hacia los que consideramos contrarios a nosotros. Al final uno puede irradiar Amor Benévolo hacia todo el universo completo habitado por los diversos seres.

Todas estas son sugerencias y técnicas. No existen reglas estrictas para esta práctica. Lo que queremos saber es ¿en qué áreas de la vida puedo practicar el Amor Benévolo? y ¿qué es lo que funciona mejor para mí? Imágenes, poemas, y textos de canciones – todas estas cosas pueden funcionar para diferentes personas. Cada uno puede explorar técnicas propias y encontrar aquellas que funcionan efectivamente. Este es el proceso de la meditación. Uno no puede meditar “de más.” El Amor Benévolo siempre será algo apropiado para practicar. En este mundo nunca es ni será una desventaja.

Para terminar Buda nos provee una lista de beneficios que surgen de la meditación repetida en el Amor Benévolo. Dirigiéndose a sus seguidores, les dijo:

“Oh practicantes, existen beneficios del Amor Benévolo que surgen de la liberación del corazón. Si esta meditación se repite, se desarrolla, se incrementa, si se hace de ella un hábito, si se hace de ella una base, si se experimenta, practica, y se inicia bien, son de esperar los siguientes beneficios:

– Los seres humanos y no humanos se vuelven afectuosos hacia uno

– Uno se siente protegido en todo momento

– No nos sentimos dañados por los males que nos sucedan o que nos dirijan otras personas

– La mente está en calma con facilidad

– Nuestro semblante y espíritu se muestran serenos

– Aunque uno pierda algo, enferme o envejezca, se siente alegre y tranquilo

– Uno evoluciona hacia condiciones más favorables

– Se está bien despejado y lúcido durante el día

– No se experimentan pesadillas ni miedos irracionales

-Se duerme bien."

Es indudable que estos son beneficios verdaderamente deseables en cualquier vida presente o futura. Podemos ver que el Amor Benévolo no es algo que se practica mediante una mera reflexión ocasional, sino que debe ser una meditación “repetida, desarrollada, incrementada, se debe hacer de ella un hábito, se debe hacer de ella una base, se debe experimentar, practicar, e iniciarse bien”, de manera que pueda tener los beneficios mencionados.

Si la meditación es fragmentaria, tendrá resultados parciales solamente. Si es una práctica que profundiza hasta la médula, entonces tendrá un resultado profundo y pleno. Constituye una protección para uno y para los demás, tanto para el cuerpo como para la mente. Conduce a gran estabilidad y salud mental. Nos permite obtener el máximo disfrute de esta vida y nos predispone a un destino óptimo para el futuro. Así pues, espero que estas palabras y reflexiones de Buda acerca del Amor Benévolo o amistad profunda os inspiren en vuestra meditación.

¡Que todos se encuentren bien, contentos y en paz!