Adán y Eva en la Selva Moderna

Todo es completo e impecable tal como es. Todo lo que ocurre es manifestación de la conciencia primordial y no difiere de su naturaleza.

Dicha conciencia primordial es el campo del que surgen y en el que se sumergen tanto la confusión como la iluminación.

Éste es el rugido del leopardo, que somete las confusiones y errores rampantes de aquellos meditadores que han abandonado los vínculos materialistas para meditar en lo más profundo de la esencia.

El camino de la No Mente tiene como fin el estado primordial de la mente. Esta es virtualmente la mente de Adán y Eva de las leyendas bíblicas.

El peregrino, al final de este Camino, puede encontrarse en la misma condición que Adán y Eva en el paraíso, la tierra pura.

Pero nuestro peregrino Buddhista necesita comer la manzana de la sabiduría, como Adán y Eva, sin caer en la trampa de la serpiente, Mara, y discriminar perfectamente la Dualidad. Sabiendo la verdad de la No Dualidad, entonces puede liberarse del peligro de la Ignorancia.

¿Para qué entrar en el camino del Buddha Dharma?

¿Para eliminar tu inquietud y encontrar una dirección en la vida?

¿Para escapar de todos los sufrimientos y el dolor?

¿Para alcanzar la escurridiza iluminación?

Estos son motivos corrientes, pero aquellos que siguen en el camino con diligencia, con una mente abierta y flexible, pueden encontrar mucho más.

Pueden encontrar lo más profundo de la esencia:

la luz brillante de la propia naturaleza.

¿Qué es la luz brillante de la Propia Naturaleza?

En el Budismo, se puede considerar la Luz Brillante igual que un cristiano puede entender la interiorización de la visión de Dios.

Pero en el Budismo no hay Dios, ni dioses o diosas, ni demonios en el sentido cristiano. Todos son herramientas en el camino de la Meditación recta.

El equivalente de Dios es el Estado Primordial, que es el Estado Original de los seres, sin la conciencia de la Dualidad, sin presencia de la actividad de la mente.

La experiencia del Estado Primordial, que no es una visión ni una percepción, es la gran liberadora. Su función, extrañamente, es la de devolver la mente de los seres a la condición de Adán y Eva en el jardín del Edén, no para siempre, sino el tiempo suficiente para captar la verdad de la No-Dualidad. Después de ese momento, la mente pierde su dominio y comienza a funcionar como una gran y magnífica herramienta para servir y no para dominar a los seres.

Éste es el despertar Budista, pero no es la iluminación final.

El concepto de los Mundakas

Por supuesto, la ausencia de Dios en las prácticas espirituales Budistas puede provocar un rechazo del Budismo.

Pero si alguien puede aceptar el concepto de Dios de los Mundakas y los Keniyas de la India, quizá no tendrá ningún conflicto con los conceptos Budistas.

Según los Mundakas, Dios sólo es conocible a través de la comprensión interna (pratibodhaviditam). Un hombre cuya naturaleza está purificada por la gracia del conocimiento es el único que puede ver a Dios, meditando en él como si no poseyera partes, como un todo.

El ser infinitesimal se llama cetas (razón pura) o vijñana (cognición pura).

Dios es invisible, incomprensible, sin sustancia; es el eterno, el único realmente existente, el omnipresente, el infinito, el inagotable y la fuente de todos los seres.

Está desprovisto de forma. Es no nacido; no tiene aliento ni mente, es puro (shubra), no decae, y es más elevado que lo elevado. A través de Él se genera el aliento, la mente, los órganos de los sentidos, el éter, el aire, el fuego, el agua, y la tierra.

La tierra es el sostén de todo, mientras que Dios es la verdadera naturaleza de todo (sarvabhuta-antaratma).

En el hombre, Dios es la esencia que asume la naturaleza de la mente y actúa como guía de los sentidos.

Lo que es más puro en su naturaleza exterior y lo que es más puro en su naturaleza interior son sólo uno.

No se puede percibir a Dios en la naturaleza ni en el hombre mediante el estudio de los Vedas y las ciencias védicas ni por los sentidos.

Tampoco los sacrificios dedicados a los dioses y antepasados ni las penitencias y ayunos pueden purificar nuestra naturaleza. Los ríos no pueden lavar nuestros pecados.

El mejor medio de comprender a Dios o purificar nuestra naturaleza es el Yoga correcto, la Meditación.

Nuestro punto de vista

El mejor medio de comprender el Estado Primordial o purificar nuestra naturaleza es el Yoga correcto, la Meditación.

Cuando los sabios perciben a Dios, y comprenden lo inmortal en ellos, que está inundado de felicidad, entonces desaparece el estorbo en sus corazones, todas las dudas se resuelven y todos los trabajos se echan a perder.

Y cuando mueren, los elementos se disuelven, y las facultades sensoriales se desvanecen de manera similar, pero el alma (la energía sutil), el elemento imperecedero, se une con Dios.

Así, como los ríos que fluyen desaparecen en el mar, del mismo modo el hombre sabio, liberado de la identidad, va hacia lo Divino.

-- Konopanisinad

Puedes ver que comprender a Dios y purificar nuestra naturaleza son sinónimos.

También es así en el Budismo. Comprender el Estado Primordial es purificar nuestra propia naturaleza.