Al venir hacia acá

Al venir hacia acá

iba mirando el color de la acera.

Era gris, como siempre,

algo sucia y gastada.

También conté las grietas

y había cuarenta y tres nidos de hormigas.

Al venir hacia acá

iba escuchando el sonido del aire.

Era confuso y mezclado

en camiones y puertas.

La gente se besaba

y había ruidos sin nombre ni apariencia.

Al venir hacia acá

iba lentamente,

como una ceremonia

secreta del camino.

Al venir hacia acá

iba sonriendo,

tranquilo y poderoso

como cualquiera que anda.

Al venir hacia acá

iba tocando la piel de algún árbol.

Eran húmedas, suaves

(eran pieles de árbol).

También corté unas hojas

para soltarlas al aire de la noche.