María Victoria
Pasa María Victoria,
pasa por veinticuatro,
y yo no tengo novia,
pero tengo su paso.
Se van, se van mis ojos,
se van en ese instante.
Y con mis ojos todo
lo que poseo parte.
El mundo es de la niña,
y yo del sin remedio.
Se va, se va mi vida,
presa de su misterio.
Pasa María Victoria,
casi tocando el suelo,
y pasa la derrota
más dulce que recuerdo.
Ya sé que está prohibida
esa fruta en aromas,
pero mis ojos miran,
miran y se enamoran.
Escogeré un camino
donde ella no me salga
y espero que conmigo,
venga también mi alma.
Pasa María Victoria,
y lo olvidó la muerte,
solo un segundo pasa,
y está pasando siempre.