Sin hijo ni árbol ni libro

¿Quién lo ayuda a ir al cielo?, por favor

¿Quién puede asegurarle la otra vida?

Apiádense del hombre que no tuvo

ni hijo, ni árbol, ni libro.

Sé quien pasó la vida maldiciendo,

recorriendo en silencio viejas calles,

de mujer en mujer como un mendigo

sin hijo, ni árbol, ni libro.

Los hombres sin historia son la historia.

Grano a grano se forman largas playas.

Y luego viene el viento y las revuelve,

borrando las pisadas y los nombres

sin hijo, ni árbol, ni libro.

Quiero un día saber que un guardaparques

se sentaba cansado en algún banco.

Pobre hombre de arena, campesino,

borracho de las sombras de mi calle

sin hijo, ni árbol, ni libro.

Díganlo todo un día alguna vez,

cuando no haya miserias y desastres.

Apiádense del hombre que no tuvo

ni hijo, ni árbol, ni libro.

El que apretó una tuerca con acierto.

El que dijo de pronto una palabra.

El que no le importaba ser un hombre

sin hijo, ni árbol, ni libro.

(1970)