América, te hablo de Ernesto

Con una mano larga

para tocar las estrellas

y una presión de dios en la huella,

paso por tu cintura,

por tu revés y derecho,

el curador de hombres estrechos.

Preparando el milagro

de caminar sobre el agua

y el resto de los sueños

de las dolencias del alma,

vino a rajar la noche

un emisario del alba.

Y con voz tan perfecta

que no necesita oído,

hizo un cantar que suena a estampido.

En todos los idiomas

el emisario va a verte.

En todos los idiomas hay muerte.

Aunque lo entierren hondo,

aunque le cambien la cara,

aunque hablen de esperanza

y brille la mascarada,

llegará su fantasma

bien retratado en las balas.

(1972)