El gigante

Un gigante,

cuando era infante,

lanzaba pedos

que daban miedo.

Y aquel bellaco

a un gran saco

fue traspuesto,

por molesto.

El gigante,

porque era infante,

gritó tan duro

que hasta el futuro

llegó su queja,

cierta y vieja

como un viento

descontento.

No se sabe si al fin la grey

supo tratar gigantes

poco elegantes,

pero de ley.

Dale a tu niño besos,

pues para eso

nos llora el rey.

(2008)