Tu imagen

Tu imagen me llegó

a las seis menos diez

y no pude dormir

ni un instante después.

Te confundías con mis sábanas,

te me enredabas en la sien.

Lucías tan real

que casi fui feliz.

Pero a las seis y diez

me comprendí sin ti.

Eran mis solitarias sábanas

y una habitual mañana gris.

Y tú eras mi viento, mas no a favor.

Eras mi barca en el pedregal,

eras mi puerta sin tirador,

eras mi beso buscando hogar.

Y tú eras un parto de antigüedad,

maña de un diablo despertador.

Eras espuma de soledad,

carne con llagas de desamor.

Y así fuiste la otra mitad

de amanecer

que no alumbró jamás.

(1978)