El día en que voy a partir

No te muevas.

Quiero conservar este instante así:

tú junto a la ventana, como a contraluz,

yo echado en el lecho, queriendo mirar

los ojos profundos del sol

detrás de tu cuerpo feliz,

desnudo, desnudo. Y ya es

el día en que voy a partir.

No te muevas,

si puede estar quieta la felicidad,

si puede volverse de piedra el amor.

Convierte en estatuas los días y el mar.

Quizás me comprenda mejor.

O al menos conforme ya esté

repleto de piedras, sin sed,

el día en que voy a partir.

No te muevas

y dime si es hora de irse a dormir.

temprano me espera un sabor de mujer.

Lo tengo guardado en los ojos. Y sé

que un beso muy frío será,

el beso que no me darás,

las noches, los días después

del día en que voy a partir.

(1969)