El tren blindado

En la ciudad que posee la isla en el centro

hay un tren descarrilado —museo nacional—

que los amantes fecundan con sabia del cuerpo.

¡Viva ese hierro vencido por la claridad!

¡Viva ese lecho de amor!

Gentes que merecen el amor

pagarán, pagarán por todo.

Porque el que merece suele ser

el que suele tener deber.

Bienaventurado ha de ser

el que siembra para los otros,

el que en la semilla dejará

un girón de su propio ser.

El tren blindado florece su estampa de hierro

desde que aquella guerrilla le molió la sien,

descarrilado por un manotazo del pueblo

para que un hombre se viera con una mujer.

¡Viva ese lecho de amor!

(1971)