Hoy es la víspera de siempre

Hoy es la víspera de siempre,

los días, eternamente

no me dejan definir.

Y siempre estoy como esperando

que cuando al fin pase algo

aún me quede por decir,

por sentir, por retener,

un pedazo siquiera de mí.

¡Qué tal, tú!

Hoy es la víspera de siempre. Da igual.

Hoy ha salido el sol por ese lugar

en que suele aparecer.

¡Qué tal, tú!

Es delicioso conocerte y me da igual

verme de pronto en un recodo y, total,

volver a desaparecer.

¡Ay, la vida! que se llena de instantes,

que se llena de gentes,

que se llena de igual.

¡Ay, la vida! con su víspera muda,

con su infancia desnuda,

con su ocaso fugaz.

(1968)