La cocainomana

(Miguel Matamoros)

Era una cocainómana consuetudinaria

que le entregó su alma a la voluptuosidad

para vivir gozando una vida imaginaria

y no sufrir viviendo una vida de verdad.

La conocí una noche de lúbricos placeres

en una burda infecta de un trágico arrabal,

ella era la elegida entre todas las mujeres

sensuales y lascivas del dios del bacanal.

No quiero más cocaína,

no me quiero envenenar.

Yo quiero vivir, Celina,

sufriendo la vida real.

No quiero coca que me sofoco

a mí la coca, mamá, me pone loco.

Que es gozar un sufrimiento

el sufrimiento es el goce,

cuando más grande es el goce

mayor será el sufrimiento.