Yo me se una historia

Yo me sé una historia de la alegría

que fue una historia de la tristeza.

Yo me sé la historia

de cómo el hierro no fue piedra

y se convirtió en metal.

Yo me sé la historia de cómo el hombre

se fue pareciendo un poco al hombre

cuando hundió en la tierra una punta dura

como el hambre, con las manos apretadas.

Como toda historia tuvo comienzo

y seguramente tendrá final,

después que los árboles hagan sombra

y la tierra se empareje

queriendo abrirse.

Hay que ver esas manos.

Hay que ver esos rostros ir contra el aire,

junto a la tierra de por las tardes

-encallecida de madurar-,

arrastrando ese sol

con paciencia y sudor.

Yo me sé una historia de muchos días,

hacer el pan nuestro de cada día,

batallar por la mañana,

tarde,

noches,

días

y semanas,

y reír.