Llueve otra vez

Llueve otra vez detrás de mis frontales.

Entre oreja y oreja nubes bajas,

oscuras como cajas,

se disfrazan de fieros animales.

Una mujer he visto cuatro veces

con los ojos comunes de nosotros.

Cuatro mil con los otros:

con los de padecer horas y meses.

Llueve otra vez

donde no hay más conmigo

que fieros animales,

que tiernos enemigos.

Llueve otra vez

detrás de mis frontales.

Oh, campo sin abrigo.

Oh, calle sin portales.

Llueve tan bien, que el fin de la semana

en vez de ser domingo en mi cabeza,

es sólo la tristeza

helándome el cerebro y la mañana.

Una mujer que nunca me provoca

me ha condenado a lluvias sin motivo

y desde entonces vivo

ahogado en el deseo de su boca.

(1979)