Viñeta

Hablo del fondo del agua de un charco

que está estancada en la calle común.

Hace arco iris de aceite de autos,

después de la lluvia que vino del sur.

Un remolino levanta unas hojas

que desaparecen muy verdes aún.

Y una silueta en silencio

que va llena de sombras de sí,

pasa la calle, detiene su andar

en la vidriera de un viejo almacén.

Y los libros viejos parecen querer

arrastrarle muy dentro entre el polvo y después

cruza la calle y se vuelve a parar

frente a un viejo florero con flores de sal.

Va a respirarlas y cuenta se da

que son flores sintéticas.

Ríe y se va.

Y esa silueta en silencio,

que va llena de sombras de sí,

va penetrando en el atardecer,

bajo su cielo, que insiste en llover.

(1968)