Y nada más

Esta extraña tarde,

desde mi ventana,

trae la brisa vieja

de por la mañana.

No hay nada aquí:

sólo unos días que se aprestan a pasar,

sólo una tarde en que se puede respirar

un diminuto instante inmenso en el vivir.

Después mirar la realidad y nada más.

Y nada más.

Ahora me parece

que hubiera vivido

un caudal de siglos

por viejos caminos.

No hay nada aquí:

sólo unos días que se aprestan a pasar,

sólo una tarde en que se puede respirar

un diminuto instante inmenso en el vivir.

Después mirar la realidad y nada más.

Y nada más.