Los cazabrujas de dores

(Primer acto)

Los cazadores salen,

los cazadores bailan,

los cazadores sueñan

con un planeta

de brujas por quemar.

Los cazadores miran,

los cazadores buscan,

los cazadores prenden

una candela

para salvar a Dios.

(Segundo acto)

Ahora sale una niña

bien correcta

y aunque la niña

se ha cortado las trenzas,

los cazadores tiemblan

ante aquella belleza.

Pero uno tiene

cara de aberrado

y grita que dónde está

su cinturón de castidad.

Y se lo tiran

para quemarla en la hoguera,

por brujita,

para quemarla en la hoguera,

pobrecita,

para quemarla en la hoguera,

ay.

(Tercer acto)

Pero entra nuestro héroe

seguido de una pila de mujeres

que le dicen canciones y poemas,

viejos, niños, todos agradecidos.

El héroe está a la moda:

pantalones de pliegues,

zapatos de dos tonos,

la patilla cortada

y el pelito bien corto.

Y se ríe al ver los cazadores

con sus pelos tan largos

y las mallas estrechas

arrastrando a la niña

a morir en la hoguera

en nombre de Dios.

Entonces los cazadores enfurecidos

sueltan la niña y se abalanzan sobre nuestro héroe

que ya espera en guardia y desarmado.

Nuestro héroe se mueve rápido, esquiva los espadazos

y responde con sus puños limpios y les da:

uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve

diez piñazos bien dados,

y todos se derrumban.

Mientras todos lo aclaman

como es natural

va y recoge a la niña

que ya está desmayada,

le da un beso y despierta

y se van muy felices,

sabiendo que no quedan

cazadores de brujas.

(Cuarto acto)

Los cazadores salen,

los cazadores bailan,

los cazadores sueñan

con un planeta

de brujas por quemar.

Los cazadores buscan,

los cazadores miran,

los cazadores prenden

una candela

para salvar a Dios.

(Telón)